El Gobierno del Reino Unido encargó a Sir John Chilcot preparar un informe sobre la participación británica en la Guerra de Irak desde la invasión en el año 2003 hasta la retirada en 2009. La investigación la propuso en el año 2009 el entonces primer ministro Gordon Brown.
La pasada semana se dio a conocer el devastador documento. Muestra la “generosa” participación del Reino Unido y su adhesión, calificada por la prensa inglesa de “poco sensata” de acompañar a George W. Bush en esa bestial invasión y ocupación de Irak.
Otro “daño colateral” de esta vandálica operación es que hace pocos días un camión atestado de explosivos ha estallado en un mercado de Al Karrada, un barrio en el centro de Bagdad. Me angustia, pues estuve comprando en ese zoco, entre especieros, artesanos, mercaderes, aceiteros.
En la zona se fundó durante el califato de Harun Al-Rashid la «Casa de la Sabiduría». En su entrada se leía: «La tinta de los científicos vale tanto como la sangre de los mártires». Funcionó el primer hospital público gratuito que conoció la humanidad. Y, Al Juarismi creo la primera Cátedra de Álgebra, cuya teoría la escribió en tablillas de arcilla o madera. Es secuela de la ocupación de Irak de estos 10 años.
Chilcot lo deja al descubierto y acusa la responsabilidad que en la guerra tuvo Inglaterra y la inefable “comunidad internacional”, de correveidile, de un asalto armado y ocupación que causó en 10 años mas de un millón de muertos, cuyos daños se harán sentir por generaciones.
Chilcot dio a conocer el Informe de 6.000 páginas, tras siete años de trabajo. El Informe imputa al primer ministro Tony Blair y su Gabinete al dejar al descubierto que se mintió con las presuntas armas de destrucción masiva.
Preocupa que la prensa internacional, y, peor, alguna venezolana trate de ocultar esta terrible prueba contra la derecha. Muestra para horror del género humano la repudiada alcahuetería que Blair demostró con George W. Bush, al enviarle nota con esta perla: “Estaré contigo, pase lo que pase». Muchas personas, entre ellas parlamentarios del propio Partido Laborista, piden que Blair sea llevado a juicio por crímenes de guerra.