Informe de la OIT y Unicef: 160 millones de niños y niñas trabajan en el mundo

Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora este 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo (OIT ) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), publicaron un informe donde se revela que en los últimos cuatro años el número de niños que trabaja ha aumentado en 8,4 millones, elevando hasta 160 millones el número de menores que desempeñan alguna tarea laboral en el mundo.

El estudio, publicado este jueves, advierte que los avances para acabar con el trabajo infantil se han estancado por primera vez en 20 años, invirtiendo la tendencia a la baja que permitió reducir este problema en 94 millones entre 2000 y 2016, reseña la ONU en su portal web.

Ambos organismos advierten que la cifra todavía podría crecer más debido a debido a la Covid-19. Se calcula que la pandemia podría abocar a nueve millones más de niños y niñas al trabajo infantil hacia finales de 2022.  Según las predicciones de un modelo de simulación, esta cifra podría aumentar hasta los 46 millones si los menores carecen de acceso a una cobertura de protección social básica.

El reporte señala que se ha producido un aumento significativo del número de niños de 5 a 11 años que trabajan, una franja de edad que representa algo más de la mitad de la cifra total mundial. Agrega, que desde 2016 también creció en 6,5 millones el número de menores de 5 a 17 años que desempeñan tareas peligrosas, hasta alcanzar los 79 millones.

Advierte que aunque desde el 2008 disminuyó el porcentaje de niños y niñas que trabajan en Asia, el Pacífico, así como en América Latina y el Caribe, la aparición de la Covid-19 pone en peligro ese avance.

El mundo no está en vías de eliminar el trabajo infantil para 2025, como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible, alertan los organismos en su reporte conjunto. Para cumplir esa meta, el progreso global tendría que ser casi 18 veces más rápido que el ritmo alcanzado en las dos últimas décadas.

Señalan que para revertir la tendencia al alza del trabajo infantil es necesaria una protección social adecuada para todos, que incluya prestaciones universales para los niños, aumentar el gasto en educación de calidad y conseguir que todos los niños vuelvan a la escuela, incluidos los que no iban antes de la Covid-19.

Además se debe fomentar el trabajo decente para los adultos, de modo que las familias no tengan que recurrir a la ayuda de los niños para generar ingresos familiares, acabar con las normas de género nocivas y la discriminación que influyen en el trabajo infantil, así como invertir en sistemas de protección de la infancia, desarrollo agrícola, servicios públicos rurales, infraestructuras y medios de vida, recomiendan la OIT y la Unicef.

T/CO
F/Archivo