Un informe presentado este martes por la Organización de la Naciones Unidas (ONU) reveló la falta de fondos por parte del organismo para brindar asistencia humanitaria
De acuerdo con una nota de la agencia de noticias de la organización, www.un.org, en diciembre del año pasado, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), solicitó un total de 16 mil 400 millones de dólares, con el fin de asistir a 22 países — representados en 57,5 millones de personas — que necesitan ayuda humanitaria. No obstante, hasta los momentos solo se dispone de cuatro mil 800 millones de dólares.
No obstante, el informe reveló que, debido a los conflictos que se han generado en diferentes países, es necesario dos mil 400 millones de dólares adicionales al monto solicitado por la OCHA este año, ya que es necesario atender a 8,9 millones de personas más de 37 países.
Con esta nuevo monto, se observa una brecha presupuestaria de 14.000 millones, o un 74% de los fondos solicitados.
Ante esto, el Secretario General Adjunto y Coordinador de la Ayuda de Emergencia, Peter O’Brien, manifestó que “la brecha entre los fondos necesarios y los fondos recaudados sigue ampliándose”, a pesar de que cada año, los países aumentan sus donativos, indica la nota.
Entre los retos se encuentra la ayuda humanitaria a 38 millones de personas, desplazadas por los conflictos en 2014, a diferencia de los 33,3 millones de personas reflejadas en 2013.
Uno de los países que actualmente necesita ayuda humanitaria es Ucrania. La semana pasada, la portavoz de la OCHA, Jens Laerke, informó que un total de cinco millones de personas de esa nación, azotada por un conflicto desde principios de 2014, necesita ayuda humanitaria.
Ucrania está inmersa en una crisis interna desde febrero del año pasado, tras el golpe de Estado contra el presidente Viktor Yanukóvich y el inicio de una ola de represión contra miles de ciudadanos que manifestaban su rechazo a los golpistas.
La operación arreció luego que Petro Poroshenko asumiera la Presidencia, en junio de 2014, al intensificar el envío de tropas militares en el sureste de Ucrania, en especial en Donetsk y Lugansk, regiones que declararon su autonomía de ese país mediante referendos.