Los aviones saudíes han bombardeado la madrugada de este jueves posiciones del movimiento popular yemení Ansarolá, en la ciudad de Saná, la capital.
«La operación es para defender al legítimo gobierno» yemení, ha alegado el embajador saudí en EE.UU., Adel al-Yubeir, quien ha añadido que para ello «hemos consultado (…) a muchos de nuestros aliados, en particular a Estados Unidos».
Durante sus incursiones, los cazas saudíes han destruido cuatro aviones pertenecientes a Ansarolá en el Aeropuerto de Saná, según la cadena catarí de noticias Al Jazeera.
Arabia Saudí ha adoptado tal medida después de que los países ribereños del Golfo Pérsico, a saber, la propia Arabia Saudí, Kuwait, Baréin, Catar y Emiratos Árabes Unidos (EUA), a excepción de Omán, decidieran injerir militarmente en Yemen, en apoyo al expresidente prófugo, Abdu Rabu Mansur Hadi, según un comunicado emitido por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por los países árabes ribereños del Golfo Pérsico).
El miércoles, Riad Yasin, ministro de Asuntos Exteriores del fugitivo presidente yemení, exigió una intervención militar árabe «urgente» en Yemen para frenar el avance de Ansarolá.
Cabe destacar que Mansur Hadi huyó el miércoles de Yemen después de que fuerzas yemeníes apoyadas por combatientes de Ansarolá pudieran hacerse con el control total de la gran base de Al-Anad (en las cercanías de Adén, sur).
Sin embargo, algunos medios de comunicación vinculados a Arabia Saudí desmintieron la huida del expresidente e insistieron en que todavía se encuentra en Adén.
La televisión estatal de Yemen ha ofrecido unos 100.000 dólares por la captura de Mansur Hadi.
Además, soldados yemeníes han detenido al exministro de Defensa Mahmud al-Subaihi, uno de sus principales asesores.
Ante el avance de las fuerzas yemeníes hacia la ciudad de Adén, Arabia Saudí, EAU, Kuwait y Egipto han evacuado a su personal diplomático de esa urbe.