Por Manuel López| Insistir en el consenso (Opinión)

En términos formales, las 18 naciones que se dieron cita el 17 de abril en Doha, capital de Qatar, que representan mas de la mitad de la producción mundial de petróleo, no alcanzaron un consenso para congelar la producción de crudo con la finalidad de estabilizar el mercado.

Esta estrategia impulsada por Venezuela tiene como propósito recuperar los precios del crudo, de manera de volver a retomar uno de los objetivos fundacionales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Aunque todavía no se ha logrado un consenso tan amplio como se esperaba, el simple hecho de que 18 países productores de la OPEP y no miembros de la organización hayan discutido en una misma mesa sobre la estabilidad del mercado petrolero, ha tenido un impacto en los contratos a futuro.

Lo verificable es que desde el anuncio efectuado el 16 de febrero por Rusia, Arabia Saudita, Qatar y Venezuela, la cesta OPEP subió 8% en febrero y 16% en marzo, mientras que el crudo marcador de Estados Unidos (WTI) aumentó 23% en marzo. El otro marcador mundial, el Brent del Mar de Norte, en Europa, subió otro tanto.

Los análisis previos de algunos especialistas se posicionan de la matriz del fracaso, otros le hacen juego a esa vertiente al plantear “posibles causas” de la falta de un acuerdo. Pocos se focalizan en la tendencia del mercado y el impacto que los actuales precios tendrán en las inversiones y, por ende, en los volúmenes de la producción de crudo en el futuro próximo.

Los más persistentes insisten en la necesidad de un consenso tanto en el seno de la OPEP, como en losproductores fuera de la organización: no pierden de vista el objetivo central de la recuperación de los precios de este recurso estratégico.

Para que los buscadores de consensos logren recoger las posición de todos los actores involucrados, requieren mantenerse al margen de las posiciones creadas o de los intereses de influencias que existen en la geopolítica del petróleo.

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