Sergio Martín: La unión es parte de la solución a los problemas internos|La integración es un instrumento para el avance de gobiernos progresistas

Unión de los pueblos e integración regional han estado presente en los proyectos libertarios a lo largo de la historia emancipadora de América Latina, en los que han sido referentes Simón Bolívar y José Martí.

La reciente Cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), es ejemplo de este constante llamado a la unión que a pesar de la diversidad, en el que han coincidido los más de 30 países que se reunieron en La Habana, Cuba.

Tanto el impeachment contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que fue relevada del cargo por 180 días por el Congreso de ese país, como las pretensiones injerencistas del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que busca aplicar la cláusula de la Carta Democrática, son la expresión de los conflictos que se originan por las dos visiones del mundo que están en pugna, sostuvo el economista, Sergio Martín Carrillo.

El miembro de la Secretaría Ejecutiva del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) consideró que esta nueva arremetida de la derecha en la región, está acompañada por una parálisis en los avances de los procesos de integración por la crisis económica y política que ha afectado a la región.

NUEVA INSTITUCIONALIDAD

“La integración es una necesidad imperiosa para el sostenimiento del ciclo progresista en la región, por lo que se debe reconstituir y darle impulso a la nueva institucionalidad para hacer contrapeso a la arremetida imperial”, recalcó el investigador y profesor universitario.

Martín explicó que la situación económica de algunos países hizo primar la política interna sobre la política exterior, y por tanto, dejar de mirar con tanto empeño la integración regional. “Se olvidaron el plano regional o lo han entendido como un paso más cuando se tienen satisfechas las necesidades internas”, añadió el docente en instituto de investigación en Quito, Ecuador.

Cuando hace referencia a esta nueva institucionalidad en América Latina, el economista se refiere a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Banco del Sur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y el Tratado Comercial de los Pueblos (ALBA-TCP), Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), entre otros.

“Los países se han encerrado en sus problemas internos, perdieron de vista la perspectiva de la integración regional y su institucionalidad como solución a algunos de los problemas que los aquejan”, indicó el economista que visitó Venezuela, junto a grupo de investigadores del Celag para hacer un conjunto de propuestas sobre el momento económico y político de la región y en especial de Venezuela.

Este impulso integracionista, en su criterio, no puede estar aislada del objetivo de seguir profundizando los procesos de transformación populares, pero, advierte Martín, se debe entender la nueva realidad social, las nuevas demandas que tiene la mayoría social.

“Muchas de las clases populares que hasta hace pocos años vivían sin cubrir sus necesidades básicas, ahora ya las cubren gracias a las políticas aplicadas por estos gobiernos”, aseveró el economista para ejemplificar los cambios en la realidad social.

RETOMAR EL IMPULSO

Martín cree necesario retomar el impulso de la integración y comprender que la propia integración es un mecanismo para salir de la crisis económica.

Promover la creación de un Fondo del Sur, poner en marcha el Banco del Sur, replicar la iniciativa del más allá del ALBA-TCP, una agencia de calificación regional, un centro de arbitraje para la resolución de conflictos entre Estados y empresas no gobernada y dirigida por el capital foráneo, son algunas de las propuestas que planteó el economista.

Estas iniciativas configuran, en su criterio, un para dirigido a que la región lleve la iniciativa de la agenda económica mundial. El objetivo de crear una Agencia Latinoamericana de Calificación de Riesgo está orientada a que América Latina se dote de una herramienta real para confrontar una de las nuevas armas de destrucción masiva que utiliza el capitalismo global para

golpear a los estados soberanos, a sus democracias y a sus economías, como es financiamiento.

Son Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch, tres empresas privadas, las que monopolizan la evaluación de cualquier deuda (privada o pública) y las que pueden decir si una deuda pública de un país latinoamericano posee alto riesgo o no de ser impagada, poniéndole desde la máxima nota a la peor.

“Permitir que los capitales privados, quienes a la vez tienen intereses particulares en esa misma evaluación, sean aquellos que puedan considerar que un país está en colapso o default es verdaderamente un

atropello a la soberanía que no debería admitirse. Es un colmo más del neoliberalismo”, sentenció el investigador del Celag.

PELIGROS LATENTES

Martín expresó que en materia de integración también se han acentuado las amenazas. Consideró que la parálisis o retroceso de los procesos de integración regional, en el caso del Mercosur, recrudece la disputa interna por redireccionar el organismo regional hacia el espíritu neoliberal que lo caracterizó en su fundación.

Uruguay, Paraguay, Brasil, y ahora también Argentina, insisten en flexibilizar las normas para que cada nación avance en acuerdos bilaterales extra-bloque y acelerar así las conversaciones para firmar el tratado de libre comercio con la Unión Europea.

Incluso, desde la primera semana al frente del ejecutivo argentino, Mauricio Macri apoyó la idea de la confluencia entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, lo cual podría estar sentando las bases para la construcción de un nuevo gran Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.

“Esta vez iniciado aparentemente desde el Sur, pero con el beneplácito y la participación activa, entre bastidores de los Estados Unidos”, alertó el investigador del Celag.

La posibilidad un acurdo de libre comercio del Mercosur con esa alianza traería serias desventajas, principalmente la merma de soberanía para los países miembros del bloque, tomando en cuenta que este tipo de acuerdos comerciales tienen efectos en materia de propiedad intelectual y en las políticas de compras públicas, que terminarían favoreciendo a las grandes transnacionales extraregionales en detrimento de las pequeñas y medianas empresas locales.

AMIGOS INCÓMODOS

A este avance neoliberal en Argentina, se suma el primer paso para desbancar del poder al Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil. Después de 13 años en el poder y de haber ganado en 2014 por cuarta vez consecutiva las elecciones presidenciales brasileñas (dos con Lula y dos con Dilma), la derecha brasileña busca tomar el poder por “otros caminos distintos al electoral, muy bien acompañada por la derecha internacional”, comentó.

El investigador del Celag comentó que Brasil siempre fue un vecino incómodo para los Estados Unidos. El vecino que por su peso económico, geográfico y poblacional siempre se negó a formar parte del patio trasero de los Estados Unidos.

“Pero en los últimos años, el vecino incómodo se hizo aún más ruidoso y empezaba a tener unos amigos que hacían sombra al poder estadounidense en la región y también fuera de ella”, añadió el investigador.

Estos amigos incómodos aparecían denominados bajo el paraguas de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son los principales países que están disputando y rompiendo la hegemonía estadounidense post-Guerra Fría en el siglo XXI, agregó el economista.

Además este bloque de países ha cuestionado el orden establecido en Bretton Woods. La creación del Banco de Desarrollo de los Brics supone la creación de una alternativa de financiación alejada de las instituciones dominadas por Estados Unidos.

Se trata de una alternativa de financiación fuera de las políticas neoliberales ligadas condicionalmente a la financiación que proveían el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Además Brasil cuenta en grandes cantidades con uno de los recursos más codiciados y geoestratégicos, como es el agua. A las enormes cantidades disponibles en la cuenca amazónica, hay que sumar la cuenca del Plata así como las reservas subterráneas del mayor acuífero del mundo, el Acuífero Guaraní, que Brasil comparte con Argentina, Paraguay y Uruguay.

En el futuro, junto a las disputas que tenemos en la actualidad sobre los recursos energéticos, abundarán los conflictos cada vez de mayor intensidad por el acaparamiento de los recursos hídricos.

FOCO EN POLÍTICAS PÚBLICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

Sergio Martín-Carrillo trabaja en Ecuador y en la actualidad se ha dedicado a investigar el tema de la integración en la región y las relaciones internacionales.

Es docente de la Escuela de Relaciones Internacionales José Peralta del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) de Quito (Ecuador) y miembro de la Secretaría Ejecutiva del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).

Ejerció la docencia universitaria en la Universidad Andina Simón Bolívar de Sucre (Bolivia) y fue consultor internacional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) mediante el Programa Art-Gold Bolivia y consultor internacional en el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural de Bolivia en materia de políticas públicas para el desarrollo productivo.

FORTALECER EL SUCRE

El economista Sergio Martín Carrillo indicó que es necesario que la región fortalezca el Sucre, como medio de intercambio entre los países de la región.

“Debemos usar en estos momentos los diferentes mecanismos a los que tenemos acceso para evitar la escasez de dólares que limita el ritmo de importación necesaria para el país. Por lo que es necesario reactivar un plan especial Sucre”, comentó el directivo de la Celag.

Si se asumen pasos en esta dirección, será posible desdolarizar (no pasar por el dólar) las necesidades de importaciones de las naciones de la región, agregó el también profesor universitario.

En su criterio el Sucre puede resultar efectivo para ahorrador de divisas, impulsar políticas contra cíclicas ante la caída de la demanda mundial por crisis, y servir para estabilizar el valor de las monedas locales, porque permite elevar las reservas internacionales que provienen de las exportaciones tradicionales.

T/ Manuel López
F/ Luis Franco