Interpretaciones de Willy Gil sobre mujeres y comunas se muestran en el MAC

Mujeres y comunas es el título de la nueva exposición del artista y arquitecto Víctor “Willy” Gil instalada en la Sala Taller de el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón (MAC). Se trata de un corpus de unas 16 piezas de mediano y gran formato, elaboradas en su mayoría entre 2017 y 2018, divididas en tres
secciones demarcadas por las principales líneas de trabajo e investigación del autor.

Aunque contiene algunos elementos figurativos, en la muestra predomina un lenguaje definido por elementos propios de la abstracción en sus diversas
tendencias: geométrica, lírica y gestual o de pintura de acción (o action painting).

LENGUAJE MÚLTIPLE

En Mujeres y comunas, Willy Gil apela de nuevo a una gramática plástica original, caracterizada por su condición de arquitecto, evidente no solo en el empleo de las unidades expresivas comunes entre ambas disciplinas (arquitectura y pintura), como el triángulo, el círculo, el cuadrado, el punto, la línea y el plano, sino además en
la sugerencia de estructuras, de caminos, vías y la presencia recurrente de flechas, también en alusión al arte precolombino.

Igualmente, la gramática pictórica de Gil muestra la influencia de artistas nacionales e internacionales de los que se enorgullece en lugar de renegar, como es el caso de Manuel Quintana Castillo, considerado por el arquitecto como uno de los mejores artistas visuales del país.

Como escribió para esta exposición el también artista Enrico Armas Ponce , algunos son “cuadros abstractos caracterizados por el uso del punto, la línea y el plano como señalaba Kandisnky. También está el uso de la linea negra como estructuradora. Es una obra compleja, nueva y creativa. Constituye un lenguaje plástico que explora la realidad latinoamericana, apoyado en una geometría sensible y el uso del color como protagonista. Hay planos de ciudades, mujeres de las comunas y otras lecturas polisémicas que el espectador disfrutará”.

CODO A CODO

En primer lugar, el grupo en el cual se encuentra la pieza que le da nombre a la muestra, refleja, en palabras del autor, “Un homenaje a la mujer venezola- na, que hasta la fea es bella y son las que siempre está al frente de las comunas”.

Este primer segmento, el más figurativo de todo el corpus que compone el discurso ordenado por el curador Clemente Martínez, presidente de la Fundación Museos Nacionales (FMN), surgió de la experiencia de Gil trabajando codo a codo con grupos de mujeres. Como arquitecto del ministerio para las Comunas encargado de apoyar a las organizaciones sociales caraqueñas en la elaboración de proyectos arquitectónicos y urbanísticos, le tocó participar en reuniones y asambleas previas a la elaboración de proyectos de los consejos comunales.

Al regresar a su casa de estos encuentros el arquitecto llegaba a su casa con la necesidad de plasmar esos rostros y esas situaciones.

Así, en algunas de estas pinturas se intuye cierta organización en las distribución y construcción de las caras dibujadas con trazos “picassianos”, pero dentro de un contexto abstracto, con toques urbanos definidos por palabras a manera de grafitis. En los grupo femeninos es posible distinguir, tal vez, a las liderezas e incluso a figuras intrigantes y hasta malignas que no faltan en las reuniones multitudinarias.

En otros la atención se concentra en los rasgos, los ángulos, la figura, la belleza de las formas femeninas de nuestras damas que hasta siendo “feas” son bellas.

LA NIÑEZ PROTEGUIDA

Un segundo grupo lo constituyen cuatro mandalas que forman entre todos, intencionalmente, una cruz como reminiscencias de la religiosidad del artista. Individualmente los mandalas se conforman por un epicentro que bien podría interpretarse como el plano de un espacio lúdico correspondiente quizás a la infancia interior del artista, resguardada por un grueso muro y protegido en la parte exterior por un cerco de flechas que podrían indicar, al mismo tiempo, las diversas posibilidades o vías de escape de ese mundo infantil.

Solo uno de los cuatro mandalas no tiene como centro un espacio lúdico, o al menos infantil, por el contrario, en el centro de éste Gil parece ubicar su esencia de arquitecto dentro de un gran plano en el cual convergen elementos propios de su profesión trasmutados en discurso pictóricopolisémico.

PINTURAS HABITABLES

En el tercer conjunto, el más abstracto de todos, es donde más se nota, a juicio del investigador Félix Hernández, la influencia de Quintana Castillo, probablemente, según explica el propio autor, por la articulación geométrica del espacio demarcado por franjas negras que cumplen la doble función de estructuras divisorias de grandes zonas de color, como escenarios donde se combinan múltiples elementos integrantes de la nomenclatura del lenguaje plástico ya descrito.

Entre el conjunto de lineas, gestos, flechas, símbolos y otras unidades expresivas, se configuran planos de ciudades con sus espacios formales y zonas informales que convierten a estas piezas en “pinturas habitables”, en las cuales el espectador puede sumergirse y aceptar la invitación a ejercer el libre albedrío en cuanto a la interpretación.

Por estar en la Sala Taller, se espera que en alrededor de la muestra se desarrollen diversas actividades formativas con estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela, donde Willy Gil es docente. Por supuesto, también está previsto que se realicen actividades con estudiantes de otras instituciones y con el público en general.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Héctor Rattia
Caracas