IPC: Rehabilitación del MBA tiene 80% de avance

El edificio neoclásico del Museo de Bellas Artes (MBA) cerró sus puertas este año por el inicio de los trabajos de restauración que harán lucir remozada esta infraestructura patrimonial diseñada por el maestro Carlos Raúl Villanueva. Antes de que culmine 2017, se espera que abra nuevamente sus puertas para celebrar el centenario de la primera pinacoteca dedicada al arte fundada en Venezuela.

El arquitecto Alejandro Linares, director del área de Protección Integral del Patrimonio del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), encabeza el equipo que acompaña y supervisa hasta los más pequeños detalles de todo el proceso de rehabilitación. En una entrevista concedida al equipo del Correo del Orinoco, explicó cómo han avanzado en estos procesos en pocos meses.

-¿En qué consisten los trabajos de recuperación de la sede clásica del MBA?

-Los trabajos que se realizan en el MBA por el centenario de su fundación se han basado en trabajos de rehabilitación de los sistemas que componen la edificación clásica. Sabemos que es una obra del maestro Carlos Raúl Villanueva, un monumento nacional por decreto, tiene la declaratoria de protección del IPC y aparece en el primer Censo de Patrimonio Cultural.

“Estos trabajos de rehabilitación -continuó el especialista- se dan para modernizar los sistemas de acondicionamiento ambiental de las salas, una demanda importante para la preservación de las obras de arte, así como de sistemas de drenajes de agua, de los techos -la quinta fachada- con mejoramientos de impermeabilización para evitar la humedad, que por la data de la edificación, que tiene 85 años, vale la pena una renovación y mejoramiento de la impermeabilización”.

Otros trabajos, agregó Linares, son la instalación de “nuevos sistemas de aire acondicionado sobre el techo y mejoramientos en los ductos de aire”. En cuanto a la arquitectura, se hizo primero “un diagnóstico de la infraestructura para buscar y definir los criterios de abordaje de trabajo en cuanto a la rehabilitación del edificio”.

-¿Cuál es el porcentaje de avance de recuperación del edificio?

-Ahorita vamos como en 80%. Hay que ver esto con mucha paciencia. Los trabajos de rehabilitación o restauración tienen una dinámica muy tranquila, tiene unos tiempos específicos y no se puede ver como una obra que comienza desde cero, sino que a medida que abordamos el trabajo nos encontramos con nuevas situaciones, hay que tomar decisiones en cómo continuar, partiendo de que es un edificio con valor patrimonial. Por esto, las obras de restauración a veces tienen un largo proceso.

-¿Cuántos meses llevan estos trabajos?

-Desde marzo estamos reunidos y se iniciaron los trabajos. Se han venido abordando a profundidad los trabajos que tienen que ver con la impermeabilización, que no fue solo quitar un manto sino sanar los techos afectados por el tiempo y la humedad.

POR EL CONTEXTO

-¿El techo era el mayor problema que tenía la edificación?

-Creo que una de las cosas complejas de la edificación han sido las humedades, producto del sitio donde está ubicado el museo, con un alto nivel freático por Parque Los Caobos, su cercanía con Quebrada Honda, Quebrada La Canoa, que le dan unas características particulares al lugar. También hay que ver los embates que ha tenido el edificio con el tiempo. Que un edificio tenga más de 80 años es admirable en una ciudad tan agresiva, por un lado con una autopista de conexión, el Metro que pasa por debajo y que el edificio todavía se mantenga, pero en algún momento ha presentado asentamientos, oquedades en los frisos.

-La fachada del edificio clásico del museo se puede observar completamente limpia. ¿Se hizo un procedimiento especial?

-Sí, se hizo al principio un diagnóstico para evaluar las humedades, las oquedades, ver el estado de las pinturas, los frisos. Se detectaron varias situaciones, se hizo la planificación de remoción, se hicieron las pruebas para sustituir esos frisos, según las características del edificio original. Se trabajaron los alto relieves del maestro Francisco Narváez, que en algún momento se les aplicó pintura, así que se desnudó la obra y la tenemos para el disfrute de todos. Se removieron todas las capas de pintura en la fachada, así como del espacio principal, para mejorar los frisos, redefinir sus almohadillados. Hicimos el estudio de descapado para llegar al color original. Creo que hemos hecho un trabajo importante.

En la parte interna, “en el área de los pasillos, se hizo un trabajo similar y en las salas también” para mejorarlos, puntualizó el arquitecto.

-El jardín y la pileta son ícono del museo. ¿Qué se hizo ahí?

-Desde hace mucho tiempo, el espacio atractivo del museo, el patio central, venía presentando situaciones en el drenaje de sus aguas cuando llovía, con ciertas lentitudes o colapso, por como estaban funcionando los drenajes originales. Se hizo un levantamiento del jardín para evaluar el sistema de cajones, que se usaba en la época, para ver cómo funcionaban, así se hizo una limpieza general a todo eso. Se está mejorando todo el sistema y se hizo uno nuevo, preservando los cajones originales. Eso está proyectado, planificado y se va a poner en uso.

“Igualmente con el borde del área del jardín. Se hizo una reconstrucción, porque se habían presentado asentamientos. Luego de un levantamiento por todo ese pasillo, se reconstruyó. Creo que esto ya está en 100%”, afirmó.

RESPETO AL MAESTRO

-¿Como parte de estos trabajos hay un cambio significativo de arquitectura moderna, o de línea contemporánea que los visitantes apreciarán?¿Se mantiene el diseño del maestro Villanueva?

-Aquí no hay cambios en el edificio. Hay un trabajo de rehabilitación con respeto al trabajo de Villanueva. El IPC ha estado ahí, acompañando a la Fundación Museos Nacionales (FMN), al MBA, a la empresa que está ejecutando la obra y a la empresa inspectora para brindar toda la asesoría de preservación del monumento nacional, el edificio clásico del MBA, un ícono para todos los venezolanos, para los caraqueños.

-¿Cuántas personas laboran en los trabajos de restauración?

-A nivel técnico hay un equipo de unas 15 personas. También hay un gran número de trabajadores. Este es un trabajo de hormiguitas. Llevamos una mesa técnica semanal para hacerle seguimiento a todas las cosas que aparecen y a las que hay que alcanzar, todo para preservar nuestro patrimonio. Cada cosa nueva que aparece (en la rehabilitación) es consultada inmediatamente al IPC, por el compromiso con la responsabilidad del valor patrimonial.

-¿Quiénes integran la mesa técnica?

-La FMN, el MBA, la empresa Prohabitat, la empresa inspectora y el IPC.

-Los trabajos comenzaron hace poco y ya lleva 80% de avance. ¿Cuánto estima que falta para que se culminen?

-No me atrevería a decirlo. Creo que falta muy poco, porque los últimos nodos se han destrabado y viene una aceleración para la etapa final. Ya vamos por la definición de los colores.

-¿Se le van a cambiar los colores?

-No, los colores se mantienen. Son colores crema, parecidos a arena, los colores de las salas son los blancos, se van a destacar los acentos arquitectónicos en las fachadas y en la parte interna. Hemos hecho una evaluación del registro fotográfico, de memoria del edificio, de los acabados de piso, de los juegos de geométricos para respetar todo eso. Aquí no hay innovaciones, ni protagonismo, ni egocentrismo de nadie. Sobre la obra del maestro Villanueva no hay que inventar.

-¿A cuánto asciende el costo de estos trabajos?

– Es algo que no manejo. Nuestra función como IPC ha sido hacer seguimiento, brindar apoyo, acompañar el trabajo para que se haga bien. Ese es el legado que nos dejó el Comandante (Chávez), que podamos realzar nuestra memoria.

T/ Várvara Rangel Hill
F/ Roberto Gil-Miguel Romero-Archivo CO
Caracas