La denuncia se basa en una investigación realizada por las ONG Grupo Palestino de Hidrología, Grupo de Trabajo sobre los Desplazados (DWG) y Oxfam Internacional, y supervisada por la Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Según este informe, el año pasado el gobierno israelí demolió un total de 62 estructuras, con fines residenciales, sanitarios y agrícolas, financiadas por varios países del bloque europeo, entre ellos Francia, Holanda, Gran Bretaña, Polonia e Irlanda.
Entre las obras paralizadas se cuentan 14 depósitos de agua, 34 instalaciones de saneamiento, ocho instalaciones de energía solar, dos escuelas y un dispensario, agrega el informe, que fue publicado en la web EUobserver (http://euobserver.com/).
La investigación cita el día 13 de febrero, cuando excavadoras israelíes dañaron un pozo antiguo de la localidad cisjordana de El Rahawia que estaba siendo reparado con fondos polacos y el pueblo -considerado «ilegal» por Israel-, fue arrasado y sus 83 habitantes quedaron sin hogar.
Otros dos pozos, en este caso financiados por Francia, fueron destruidos por el Ejército israelí el 23 de abril en la zona de Hebrón, lo que provocó una protesta formal del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, según la agencia española de noticias Europa Press.
En total, la Comisión Europea estima que Israel destruyó en la última década infraestructuras valoradas en 49 millones de euros levantadas en los territorios palestinos ocupados con financiación europea.
«Los gobiernos europeos pueden asegurarse que el dinero de sus ciudadanos se utilizará bien, pidiendo al Gobierno de Israel que ponga fin a la demolición de proyectos de ayuda e infraestructuras civiles», señaló un portavoz de Oxfam, Nishant Pandey.
«El precio más alto lo pagan los hombres, mujeres y niños cuyos derechos se violan al verse privados del agua», señaló por su parte el portavoz del Grupo Palestino de Hidrología, Ayman Rabi.
En tanto, DWG advirtió que estos incidentes son sólo «la punta del iceberg», ya que en los cuatro primeros meses de este año Israel destruyó 267 estructuras palestinas en Jerusalén Este y Cisjordania.
La denuncia agrega que paralelamente a estas demoliciones, el gobierno de Israel legalizó unas 7.500 nuevas viviendas para colonos judíos y toleró los ataques violentos de los colonos contra los palestinos.