Violan sistemáticamente la Cuarta Convención de Ginebra|Israel fuerza a las escuelas palestinas de Jerusalén a ‘israelizarse’

Inmediatamente después de la ocupación israelí de Jerusalén y Cisjordania en 1967, los estudiantes palestinos declararon una huelga de larga duración que se prolongó durante varios meses y que obligó al gobierno israelí a suspender su decisión de ‘israelizar’ las escuelas palestinas. Sin embargo, medio siglo después el proceso de israelización es más fuerte que nunca y está avanzando a grandes pasos sin que la comunidad internacional intervenga para frenarlo.

En el sector ocupado de Jerusalén existe una desproporcionada carencia de aulas. Según la ONG israelí Ir Amim, faltan 2.247 aulas, 750 más de las que faltaban en 2007, lo que es una pequeña muestra de la presión que existe en la zona ocupada y de la actitud del gobierno de Benjamín Netanyahu que prefiere tener a millares de niños sin escolarizar a construir escuelas que no sigan el currículo de estudios israelí.

Según Abdel Karim Lafi, hasta hace poco presidente del comité de padres de alumnos palestinos, la problemática de la educación en el sector ocupado de Jerusalén revela mucho de la problemática general de los palestinos. “Estamos ante algo que no es un programa educacional sino un programa político que la mayoría de los palestinos rechazan”, ha señalado Lafi.

Durante años los palestinos han resistido la presión israelí para imponerles su currículo, pero esta resistencia se está quebrando dado que el ministerio de Educación está incrementando la presión año a año con una fuerza considerable. El ministro de Educación, Naftalí Bennett, uno de los más nacionalistas del gobierno, ha sido claro al respecto: “Mi política es clara: quiero impulsar el proceso de israelización”.

Desde 1967 los colegios palestinos habían seguido el currículo jordano, pero tras los acuerdos de Oslo-2 de 1995, una parte de estos colegios se adhirieron voluntariamente al currículo de la Autoridad Palestina. En la actualidad sólo ocho de las 180 escuelas que hay en Jerusalén oriental enseñan el currículo israelí y un número relativamente pequeño dan a ofrecer entre el currículo palestino y el currículo israelí.

La enseñanza del currículo israelí proporciona importantes ventajas económicas a los colegios puesto que les da acceso a generosas subvenciones del ministerio de Educación, incluso para horas adicionales de arte o música, pero, desde el momento en que se privilegia a las escuelas con currículo israelí, el estudiante queda privado de la libertad de elección ya que se tienen en cuenta principalmente cuestiones políticas y responde a una clara injerencia de naturaleza política en los territorios ocupados.

La Cuarta Convención de Ginebra establece que la potencia ocupante tiene la obligación de facilitar el funcionamiento de las escuelas en los territorios ocupados y de respetar la cultura y la educación de la población ocupada, y el artículo 13 de la Convención Internacional para los Derechos Económicos y Sociales señala que se deberá “respetar la libertad de los padres para escoger las escuelas de sus hijos”.

Sin embargo, el ayuntamiento no otorga permisos para la construcción de escuelas palestinas y la financiación del ministerio de Educación excluye a las escuelas con currículo palestino a pesar de que los palestinos pagan sus impuestos como el resto de ciudadanos de Jerusalén. El ministerio de Educación se niega a dar explicaciones y el diario Haaretz en enero calificó las nuevas condiciones impuestas por el ministro Naftali Bennett de “inaceptables educacional, política y moralmente”.

LAS CINCO CLASES DE POLÍTICA QUE ISRAEL DESARROLLA EN JERUSALÉN

De acuerdo con Fuad Hallak, consejero del departamento de negociaciones palestino de Jerusalén, Israel desarrolla cinco clases de política en Jerusalén oriental: 1) restricción de la construcción de viviendas, 2) draconianas medidas para los permisos de residencia que se da a los palestinos, 3) cierre de Jerusalén mediante el muro, 4) expropiación de terrenos y 5) colonización. De este último apartado forma parte los intentos de reemplazar el currículo de los estudiantes palestinos por el currículo israelí.

“En el barrio de Beit Hanina, al norte de la Jerusalén ocupada, se ha cerrado una escuela con el currículo palestino y se ha abierto otra con el currículo israelí. Los israelíes dicen que dan libertad para elegir pero este incidente muestra, como muchos otros, que a los niños se les obliga a cambiar el currículo”, explica Samir Yibril, director de la educación palestina en Jerusalén.

En marzo de 2011 el ayuntamiento envió una carta a cada uno de los colegios palestinos diciéndoles que a partir del curso siguiente solamente se podían utilizar libros de texto aprobados por el ministerio de Educación. “Este fue el momento de mayor presión porque demostró que Israel quiere desconectar a los niños de la cultura árabe”, dice Yibril.

“Otra circunstancia que muestra el carácter de la nueva política israelí es el hecho de que mientras los libros que necesita un alumno israelí cuestan 150 dólares en Tel Aviv, en Jerusalén oriental el ministerio regala esos mismos libros a los estudiantes palestinos, y lo hace deliberadamente para imponer su currículo”, comenta Yibril.

En la actualidad hay unos 1.900 alumnos palestinos que estudian en Jerusalén con currículo israelí. No es un porcentaje muy alto ya que no llega al 10 por ciento, pero esto es así porque los palestinos continuamente llevan a cabo programas de concienciación entre la población. Sin embargo, la presión para cambiar es considerable y la tendencia va en aumento debido a la política israelí de financiar a los colegios que cambian el currículo.

F/Publico.es
F/AFP