Ni unas palabras ofensivas, ni una llamada fuera de tono, ni intereses empresariales enfrentados. Lo que ha generado el último incidente diplomático viral han sido unos bombones, servidos, ni más ni menos, dentro de un zapato.
Puede que en otro contexto esta osadía culinaria no hubiese trascendido más allá de una foto jocosa en Twitter o Instagram. Pero el comensal en cuestión era el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien cenaba en la residencia oficial de su homólogo israelí Benhamin Netanyahu –anfitrión de la visita oficial-, junto a las esposas de ambos.
El cocinero autor de la polémica propuesta es Segev Moshe, propietario de cinco restaurantes y jefe de cocina de Netanyahu. No sabemos si el chef se fijó en la cara de los presentes cuando sacó a la mesa, dentro de un zapato de metal (elaborado por el estudio Tom Dixon), unos bombones de praliné posados sobre una servilleta negra. A priori, por lo que decía en sus redes sociales, estaba muy satisfecho con la idea.
Puede que Moshe no estuviera bien informado sobre los secretos de la ‘gastrodiplomacia’. Y es que, en pocas culturas está bien visto poner los pies o los zapatos sobre la mesa; pero para los japoneses es especialmente ofensivo. Por eso en Japón es habitual descalzarse al entrar en casa o en algunos lugares públicos o sagrados. La imagen de los zapatos de los clientes en la entrada, en los restaurantes con tatami, es un clásico.
Un diplomático que ha estado destinado en Japón ha asegurado en el perióduco israelí Yediot Aharonot (según apunta el Washington Post) que “esto ha sido una decisión estúpida e insensata”. Y ha ido más allá, haciendo una comparación contundente: “Es como servir a un invitado judío unos chocolates en un plato con forma de cabeza de cerdo”.
“¿Comen los israelís dentro de zapatos?” “Yo no soy japonés, pero también estaría ofendido. ¡Qué desagradable” “Un ejemplo muy insensible de creatividad fuera de lugar”. Son algunas de las frases más suaves que le han dedicado los internautas al chef. Seguramente consultará con los expertos en protocolo más a fondo la próxima vez que tenga que preparar la cena de una visita oficial.