Autoridades italianas anunciaron este domingo el cierre temporal de su embajada en la capital libia, Trípoli, debido al deterioro de las condiciones de seguridad en ese país que enfrenta un conflicto interno desde hace años.
La Cancillería de Italia precisó que debido a la situación del país, se repatrió por vía marítima al personal que trabajaba en la embajada.
El ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, calificó como necesaria el cierre de la embajada en Libia. En las últimas semanas, el Gobierno italiano había recomendado a sus representantes el abandono temporal del territorio libio “a la luz de la creciente inestabilidad” en el lugar.
En declaraciones ofrecidas al canal de televisión Sky24, Gentiloni aseguró que Italia “mantiene la cooperación con la comunidad internacional para combatir el terrorismo y reconstruir un estado unitario e inclusivo en Libia, sobre la base del acuerdo negociado por el enviado especial de la ONU (el español Bernardino León)”, citado por la agencia EFE.
En contexto
Desde 2011, tras el derrocamiento y asesinato del líder Muammar Al Gaddaffi, Libia atraviesa una crisis política y social. Mercenarios combaten para tomar el control del país.
En septiembre de 2014 las milicias extremas de Libia han intentado retomar el control del aeropuerto de la ciudad de Trípoli, que agrupa un aeródromo civil y una base aérea militar.
Otra de las amenazas que enfrenta el pueblo de Libia, es el robo de petróleo a manos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que controla militarmente las plataformas petroleras de Libia, así como empresas multinacionales de Estados Unidos (EE.UU.), Francia y demás naciones de la Unión Europea (UE).
El pasado 5 de febrero la Liga Árabe (LA) llevó a cabo una reunión con carácter urgente en la que instaron al diálogo para alcanzar la paz tras más de tres años de crisis en Libia.