Vincenzo Nibali, el ‘Tiburón del Estrecho’, sorprendió a todos en la segunda etapa del Tour de Francia que este domingo llegaba hasta la localidad inglesa de Sheffield. El italiano atacó en los kilómetros finales dando un recital a los que se presumían favoritos y logró su primera victoria y su primer maillot amarillo en una ronda gala. Van Avermaet y Kwiatkowski completaron el podio del día.
Final un poco inesperado el que pudimos presenciar en la segunda jornada de la ‘Grande Boucle’. Nibali, aunque experto en este tipo de ataques, no partía, en principio, en la nómina de favoritos al triunfo, pero su habitual valentía le hizo atacar a menos de dos kilómetros para el final. La falta de entendimiento atrás hizo que el italiano pudiera cantar victoria y está por ver cómo afronta ahora la carrera vestido de amarillo. Tiene equipo para intentar mantenerlo, pero quizás sea algo pronto para exprimir a sus compañeros teniendo en cuenta todo lo que queda por delante.
La primera parte de la etapa estuvo marcada por una escapada del día en la que sólo sobrevivió Kadri, que sin embargo fue neutralizado en la sexta cota (de las nueve que había) que presentaba el recorrido, la Côte de Midhopestones (3ª). Después de coronarlo, y en un duro repecho, el Garmin dio un potente arreón que hizo una gran selección. Para entonces, el líder, Marcel Kittel, ya perdía una minutada por estos acelerones y por un inoportuno pinchazo. El alemán, como ya le sucediera el año pasado, no fue capaz de mantener el amarillo por segunda jornada consecutiva.
Luego llegaría la siguiente cota con el Sky apretando los dientes. El Movistar y el Tinkoff perdían muchos efectivos, pero todavía tenían margen de mejora. Después de la penúltima cota, la Côte d’Oughtibridge (3ª), Rolland intentó la machada, pero fue cazado, en parte, por el gran trabajo del Cannondale, justo antes de la última y temida cota, la Jenkin Road, de apenas 800 metros pero todo un muro para las piernas de los corredores.
Allí ya vimos la primera sorpresa: Contador, al frente del reducido pelotón, lanzaba, aunque tímidos, algunos cambios de ritmo que eran respondidos por sus rivales. Luego llegaría el turno de Froome, que quiso probarse, aunque sin contundencia. Y así, todos juntos, coronaron el duro repecho. En el descenso parecía que todo se decidiría al sprint, pero comenzaron los ataques. Primero fue Bardet, sin éxito. Y luego Nibali, esta vez definitivo.
El italiano se iba solo y Sagan, que partía como el favorito número uno, miraba para atrás para que le llevaran hasta el del Astana. Nadie quiso hacer tal esfuerzo y al final el ‘Tiburón’ cruzó la meta primero por primera vez en su carrera. A dos segundos lo hacían el resto de corredores con Van Avermaet y Kwiatkowski como segundo y primero. Así terminaba el día en el Tour, que mañana viajará al sur para disputar una etapa entre Cambridge y Londres (155 km). Nueva oportunidad para los sprinters antes de viajar a territorio galo.