Este jueves a las 8:00 pm, en la cuenta de Instagram @lpb_aldia, entrevistarán a Gabriel Estaba
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Jack Martínez volvió a dejar su impronta en los fanáticos de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) con su usual franqueza y sencillez: “Fueron alrededor de 10 temporadas. Venezuela es mi segundo país, mi segunda casa. Una liga (LPB) física, la más física después de Brasil. Se defiende fuerte. Para mí no fue difícil encajar”.
El jugador dominicano llegó a Venezuela en 2002 para sumarse a Panteras de Miranda: “La pretemporada fue muy buena. No estaban aún Carl Herrera ni Richard Lugo. Ronnie Thompkins y Arnaldo Amundaray también eran parte del jugo interior. Los primeros 10-12 juegos no tenía mucha oportunidad por todos esos caballos que había. Me daban seis-siete minutos de juego. Después estaba muy molesto con Néstor Salazar. Él estaba muy presionado. Yo no estaba para ser banco. Al final se dieron las cosas y terminé jugando y llegamos a la final ante Trotamundos de Carabobo y ese equipo estaba muy fuerte, muy profundo y Diego Guevara fue la clave. Mi nombre dejó huella allí”.
“En 2008, (Luis) Bethelmy era un chamito, ‘Zancudo’ (Jesús Centeno) era un chamito, Henry Páez, que en paz descanse. El caso es que era un equipo de puro muchacho. Yo también era joven, 24-25 años. No apostaban mucho por nosotros. La cosa fluyó. De los cuatro o cinco años que yo jugué con Cocodrilos de Caracas casi no hubo cambios de importados, gracias a la gerencia. Fueron logros para todos. Nunca se me hizo difícil involucrar a todos los jugadores. Cada quien hizo su trabajo”, resumió Martínez sobre su exitoso paso por la divisa del Parque Naciones Unidas.
El ala-pívot acumuló más de tres mil rebotes y cuatro mil puntos en la LPB: “La rivalidad más grande que yo he tenido es Marinos-Cocodrilos en mi vida profesional. Sin lugar a dudas. Jugar un Cocodrilos-Marinos era como otro torneo. Otro ‘flow’. Valió la pena en muchos sentidos y las dos fanaticadas quedaron satisfechas”.
Tanto dentro como fuera de la cancha, Martínez dejó sello. Se hizo famoso por el célebre ‘¡No pueden!’: “Saliendo hacia el camerino, en un juego contra Guaros (en Barquisimeto), los fanáticos me estaban molestando. Keving Palacios me dice: ‘¡No pueden!’ y yo le replico igual. Y allí nos enganchamos. Eso ayudó muchísimo. Cada jugador siente diferentes cosas: siente presión antes del juego, durante el juego. Mientras más unido esté el equipo, mejor iban a ir las cosas. Eso animaba mucho, ese grito”.
“Mi juego era físico, pero no para lesionar a nadie. Si no, para sacarlo de sus casillas. Cuando lanzaban el balón, yo tenía ya un 92% de certeza de hacia dónde iba el balón. Y allí aprovechaba para bloquear al contrario y tomar mi rebote”, expresó Martínez sobre su modo de solventar la falta de estatura y tomar los rebotes.
El dominicano también se enroló con Guaros de Lara y Trotamundos de Carabobo en la LPB. Es uno de los jugadores más representativos del continente desde el año 2000. Se ha convertido en un auténtico trotamundos del baloncesto también con experiencia en ligas de Italia, Puerto Rico, México, Francia, España, Chile y Argentina.
AHORA EL JABAO
Esta entrevista del merenguero por @lpb_aldia, cuenta de Instagram de la LPB, la realizó el pasado lunes la colega Geisha Torres. Ahora el jueves 16 de julio desde las ocho de la noche le tocará a “El Jabao” Gabriel Estaba, quien no necesita ser presentado. Gloria de nuestro baloncesto con más de veinte años de experiencia en la Liga Especial y LPB. Panteras de Lara, Panteras de Miranda, Marinos de Oriente, Bravos de Portuguesa, Malteros de Lara y Gaiteros del Zulia contaron en su nómina con el nativo de Carúpano, en el estado Sucre.
Fue campeón en Venezuela con Marinos de Oriente 1991 y Gaiteros del Zulia 1996 y 2001. Seleccionado para el Juego de las Estrellas en 1990, 1994, 1995 y 1996. Líder encestador de la LPB en 1994. Nombrado Regreso del Año en la temporada 2000. Líder en puntos y bolas ganadas en 1994.
España, Portugal, Puerto Rico y República Dominicana acogieron la calidad del criollo, además de ser puntal de la selección nacional, campeona suramericana 1991, segundo lugar en el Preolímpico de Portland 1992 y participación olímpica en Barcelona 1992, incluyendo la final ante el “Dream Team” de Estados Unidos (Jordan, Malone y compañía).
Y mañana se efectuará la asamblea general extraordinaria de accionistas de la LPB. Los puntos de la agenda conciernen a la aprobación o desaprobación de los estados financieros 2017, 2018 y 2019, presentados a los miembros de la organización en la asamblea general ordinaria del 18 de junio.
También se considerará la elección de los integrantes de la nueva junta directiva del ente. Esta asamblea se efectuará en la sede administrativa de la LPB, en El Rosal de Caracas, desde las diez de la mañana.