Jacobo Penzo se preguntaba “Qué habrá sido de Herbert Marcuse”

Cuando falleció el cineasta Jacobo Penzo en el año 2020 dos recuerdos nos saltaron a la memoria: su película de ficción La casa de agua (1984) y sus críticas para varios medios de comunicación, revistas especializadas y los célebres catálogos mensuales que editaba la Cinemateca Nacional.

La primera fue una gran joya cinematográfica que trataba sobre la vida de Cruz Salmerón Acosta (1892-1929), el poeta de Manicuare, estado Sucre, población donde nació y vivió el escritor, quien muere por la enfermedad de Hansen (lepra). Con guion del periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez y protagonizada por Franklin Virgüez, Doris Wells, Elba Escobar e Hilda Vera, entre otros, este largo fue estrenado en el Festival de Cannes de ese año, además de representarnos en los premios Oscar.

Claro está, también este periodista y pintor dirigió documentales y cine ficción como Música nocturna (1987), En territorio extranjero (1993), Borrador (2003) y Cabimas, donde todo comenzó (2012), entre otros.

En cuanto a sus críticas cinéfilas, estaban tan bien documentadas y argumentadas, que aunque las pocas veces que no estuvimos de acuerdo entre lo que leímos y vimos, no podíamos negar que estas críticas eran de primera.

Sin embargo, el año pasado nos llegaron dos obras escritas de ficción, que nos muestran otro filón de este orgullo de Carora, estado Lara. Se trata del poemario Rumores y el libro de relatos titulado Qué habrá sido de Herbert Marcuse, sacados a la luz en 2014 por Editorial Eclepsidra en 2014. No tuvieron la acogida que se merecían en su momento. Sin embargo, el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) recogió un buen lote de los libros que no se vendieron y los llevaron inclusive a la Filven 2021. Están a la disposición en este ente.

24 Guiones

En esta oportunidad nos referiremos a este libro de 24 relatos, donde el lenguaje es sencillo, pero no exento de una crudeza elegante cuando es necesario; de la ironía precisa; o simplemente de historias tan parecidas a la vida real, que en vez de supuestos cuentos, nos parecieron atinadas crónicas en la mayoría de los casos. En general, el libro no tiene una temática centrada en una sola vertiente, sino que es variopinta y donde la precisión de las historias, son parecidas a pequeños guiones sin desperdicio de palabras.

De estas historias, nos centraremos en las cinco que más nos gustaron, sin desmeritar al resto. Se trata de “Un padre ejemplar”; “Pensando en la familia” (“y estuvo seguro que si seguía dudando sería lo mismo que estar bajo la tierra”); “Guerra asimétrica” (“el individuo comete crímenes personales. El colectivo, históricos”); y “Cuatro apuntes del natural” (son cuatro cuentos cortos intensos en un solo bloque).

En “Guerra asimétrica” dos soldados (uno violento y otro pacifista) en medio de una avanzada reflexionan sobre este concepto. Es preciso en la descripción sicológica de los personajes. “Un padre ejemplar” se centra en la decisión de un hombre para poder cuidar a su hijo. Por la misma vía va “Pensando en la familia”. Ambos con finales crudos pero realistas. Y “El cuerpo” es sobre un hombre muerto que llega al mar en un gran viaje, luego de ser asesinado en un cerro por maleantes.

El autor lo decidió así, pero “Cuatro apuntes del natural” podrían ser perfectamente historias independientes, no perdiendo la fuerza de lo que relatan: “Un pequeño y sucio demonio”, enfocado en la explotación infantil; “Un actor del método”, un hombre que sale de la cárcel logra que un crítico de cine todo confundido le de dinero; “Un gran hombre”, sobre quienes creen que los pitonisos encauzarán el futuro; y “La muerte y el trabajo”, un compungido hijo que ve a su madre fallecer, observa como la arreglan mecánicamente.

T/Eduardo Chapellín
F/Archivo CO