Por Kenny García Ortega|Jaque mate económico (Opinión)

Los procesos políticos que ingenuamente han querido caminar por la senda de una supuesta soberanía a la hora de la verdad se topan con la supremacía del modelo neoliberal cuando hablamos del rumbo de la economía. Hoy en Venezuela se aplica un paquete del Fondo Monetario Internacional (FMI) de manera indirecta. La élite económica local ataca al proceso revolucionario por su flanco más débil, el económico, y no hay nada ni nadie que pueda evitarlo porque conceptualmente y a nivel de gestión nunca se ha asumido cambiar radicalmente las relaciones de poder que dominan el mercado en nuestro país. Bien lo afirma el dicho “la ignorancia es muy atrevida”, y por ser ignorantes y reformistas en economía el proceso revolucionario parece va de salida, por ahora.

Los fenómenos de la guerra económica se acrecentan: más colas, más especulación y más desabastecimiento. El Gobierno Bolivariano continúa empeñado en explicarnos que todo es culpa de la burguesía, de la oligarquía, de las élites, de Estados Unidos con su maligno fracking que ha ocasionado que el precio del petróleo llegue casi a los 20 dólares, etc. Justificación tras justificación sin solución. No hay respuesta a los problemas y el clima en la calle se hace más tóxico.

El Estado burgués domina la escena y no se le toca un pelo a las élites económicas que hacen valer su voluntad. Cualquier bachiller sabe que los problemas de la guerra económica son generados por productores, importadores y distribuidores pero se impuso la idea de que los bachaqueros son los culpables de todo el saboteo; es decir, el mismo pueblo tiene la culpa de lo que le pasa al pueblo y la burguesía sale eximida.

La alta autoridad que pretenda hacer “revolución” a nivel económico se topará con lo difícil de atacar el origen de los problemas porque la cadena de conexiones causales se ramifica demasiado, es demasiado intrincada y compleja como para que pueda seguirla y sanearla instituciones con muchos funcionarios en puestos clave que padecen de indolencia, tienen déficit de voluntad política revolucionaria y carecen de entrenamiento.

Abunda la burocracia inútil cómplice de la ilegalidad. Además, la mayor parte de los eslabones tienden a estar contaminados con corrupción institucionalizada por mafias gubernamentales que llevan años funcionando y fortaleciéndose de la mano del sector privado. Combatir lo malo a lo interno, con la ayuda de la misma gente que vive de lo malo, es una tarea inviable por no decir imposible cuando la lenidad es el común denominador.

Acá el principal problema económico son los malandros del sector público y privado que saquean a Venezuela impunemente. De no haber castigo alguno, será muy cuesta arriba recuperar la credibilidad para darle continuidad al proceso bolivariano. Ya casi no hay tiempo.

@CyberRevol