Hamburgo, capital mundial del triatlón, sede el sábado de la séptima prueba de las «World Series», lloró la baja, por accidente, para los Juegos Olímpicos de Río, del español Javier Gómez, único quíntuple campeón del mundo del deporte que une la natación con el ciclismo y la carrera.
Gómez Noya, de 33 años, había clasificado la temporada pasada, tras culminar segundo en la prueba de Chicago, Estados Unidos, que ganó su compatriota Mario Mola, un hasta entonces inédito quinto título mundial.
En Londres 2012 fue plata, al compartir podio con sus más encarnizados rivales, los hermanos Brownlee, que festejaron ante su público el oro de Alistair y el bronce de Jonathan.
Gómez tres veces ganador de la Copa del Mundo y cuádruple campeón europeo, al gallego sólo le faltaba un título en su palmarés.
La organización de Hamburgo -donde llegan a competir hasta once mil triatletas, en los diferentes grupos de edad- fue la ‘madre’ del nuevo concepto de un Mundial por etapas. Y desde 2009, cuando vieron la luz las «World Series», la ciudad-estado hanseática nunca ha faltado en el calendario del campeonato.
En su laborioso empeño encontró, antes de tiempo, el más injusto de los desenlaces: el miércoles, entrenando una vez más, se cayó de la bici en Lugo, donde fue intervenido de la fractura de la cabeza del radio del brazo izquierdo. Lesión que, en principio, le obligará a perderse lo que queda de temporada.
Algo que ya no importa. Porque lo único que le importaba al líder de hierro del deporte español eran los Juegos de Río de Janeiro. Y el destino quiso que Javier Gómez no esté el 18 de agosto en la línea de salida de la playa de Copacabana, emblemático enclave carioca.