Por Fernando Bossi|Jesús Menéndez (Opinión)

La Batalla de Santa Clara estaba ya definida a favor del Ejército Rebelde. El comandante Bordón Machado había recibido la noticia de que por la zona del municipio de Santo Domingo, unos hombres, vestidos de civil, intentaban escapar, y que entre ellos estaba Joaquín Casillas Lumpuy, jefe del regimiento “Leoncio Vidal” del dictador Fulgencio Batista. La sospecha se confirmó, y los revolucionaros capturaron al asesino del líder obrero Jesús Menéndez. El Che dio la orden, y el criminal fue ajusticiado.

Jesús Menéndez Larrondo había nacido en 1911 en el pueblo Encrucijada, antigua provincia de Las Villas. De familia humilde, descendiente de combatientes mambises, desde jovencito trabajó en la parcela de su familia y también como vendedor ambulante, pero ya a los 16 años había comenzado sus labores en las centrales azucareras.

Apenas con 18 años es elegido Secretario General de los Trabajadores del Central Constancia y al año siguiente se funda en Encrucijada el Partido Unión Revolucionaria Comunista/PURC (luego Partido Socialista Popular), al cual se incorporó.

En 1939 fundó la Federación Nacional de Obreros Azucareros y en las elecciones generales de 1940 resultó electo Representante a la Cámara por el PURC.

A través de su constante accionar consiguió una inmensa cantidad de reivindicaciones para los trabajadores, siendo la más significativa el “diferencial azucarero”, conquista lograda por la actitud patriótica asumida ante la posición del gobierno de Grau San Martín de congelar por dos años el precio del azúcar para Estados Unidos. El “diferencial azucarero” logró incrementar el monto salarial de los trabajadores en un 13 por ciento.

Pero el imperialismo, en breve tiempo, desconoció lo acordado, y nuevas movilizaciones comenzarían a producirse con Menéndez a la cabeza.

El Gobierno ordenó la detención del líder obrero, violando la inmunidad parlamentaria de la que gozaba. En la estación de tren de Manzanillo, el 22 de enero de 1948, Menéndez se niega a ser detenido por Joaquín Casillas Lumpuy, quien aprovechó que el sindicalista le dio la espalda para asesinarlo de tres disparos.

Con justicia Jesús Menéndez será conocido como “El General de las Cañas”.

fernando.bossi.rojas@gmail.com