Johan Santana anunció su retiro definitivo como lanzador

Todos lo sabían pero el zurdo era el único que mantenía la esperanza de volver a la lomita. Desde la última vez que pitcheó en las mayores, un 17 de agosto de 2012 con el uniforme de los Mets de Nueva York, Johan Santana debió parar debido a una serie de lesiones, en especial en el brazo de lanzar.

Intentos fallidos, en especial uno muy recordado por la fanaticada magallanera, incidieron en que el pasado sábado en un homenaje que le realizó el equipo con que más brilló en la gran carpa, le hicieran anunciar su retiro definitivo de la pelota.

También se debe recordar que ya había sufrido una lesión previa en su brazo que lo alejó por más de un año del montículo con Nueva York y hasta lanzar un no hit no run ese 2012, pero el brazo no aguantó mucho y volvió a la lista de lesionados, de donde no pudo retornar a las mayores.

En este merecido reconocimiento, los gemelos tomaron la palabra y le regalaron a los fanáticos en Target Field uno de los momentos más emotivos junto a su zurdo predilecto, ese que pasó de ser una apuesta como jugador Regla 5 en el 2000 a uno de los más respetados pitchers en la Liga Americana.

Santana fue exaltado al Salón de la Fama de Mellizos en una ceremonia previa al compromiso ante los Reales de Kansas City. El estar junto a Torii Hunter, Michael Cuddyer, Brad Radke, Cristian Guzmán, Luis Rivas, Juan Rincón y JC Ramírez refrescó sus años mozos.

GRATOS RECUERDOS

“Regresar, estar aquí de nuevo, ver a mis viejos amigos, ser exaltado al Salón de la Fama es algo en lo que nunca hubiera pensado. Ahora sucedió y yo estaba como, ‘Wow’. El trabajo duro da sus frutos. Eso es básicamente lo que es. Estoy muy emocionado”, resaltó el ganador del premio Cy Young del joven circuito en 2004 y 2006.

Tras las declaraciones, el recinto de Mineápolis se inundó de aplausos para el Gocho. Pero todos esperaban que el acto culminara con una nueva aparición del siniestro sobre el morrito, para rememorar cómo fue que terminó con marca de 82-35, efectividad de 2.92 y 1.152 ponches en 1.070 y dos tercios de entradas entre 2003 y 2007, sus mejores temporadas como gemelo.

El guión de la solemnidad no tenía escrito el final, así que el exsiniestro de 39 años de edad le puso su toque personal, tan sutil y acertado como el poderoso cambio de velocidad que desarrolló en las ciudades hermanas.

Santana llamó a su hijo, Johan Jr., a la lomita para que fuese él quien dejara caer un pitcheo en su guante, y cerrar
así su ciclo como lanzador oficial. La afable escena preparó un cierre brillante para un maestro en el arte de dominar:
“Llegó la hora de cerrar este capítulo y comenzar uno nuevo».

T/ Eduardo Chapellín
F/ Archivo CO