La FCND ofrece talles de este baile en Caño Amarillo|El joropo tradicional llanero lucha por recuperar su espacio

Juan Montoya, nativo de Palmarito, estado Apure, con más de 19 años como cultor de la danzas típicas de esa región del país, trajo a Caracas el taller básico de joropo tradicional llanero. Su propósito es recuperar el espacio que en otro tiempo ocupó este baile a escala nacional.

Montoya aclaró que tradicionalmente el baile del joropo fue utilizado por el hombre para cortejar a la mujer amada. Esta danza “es enamoramiento, galanteo y la combinación de fuerzas y elegancia entre dos personas. Donde el llanero busca conquistar a su pareja mediante el baile”, comentó.

El cultor agregó que las formas, las figuras y las posiciones que se ejecutan durante la danza tradicional son el reflejo de la idiosincrasia y las costumbres de las y los habitantes de los llanos venezolanos, donde el galanteo juega un papel importarte.

–¿Por qué dice que en el joropo llanero es un enamoramiento entre la pareja?

–En el pasado, el llanero aprovechaba los bailes para buscar novia, para enamorar a las mujeres. Anteriormente era muy difícil que los padres le permitieran a sus hijas reunirse libremente con un hombre, y es por eso que las parrandas eran el lugar perfecto para iniciar una relación romántica. En ese contexto era difícil que una dama depreciara una invitación a bailar, y este era el momento para comenzar a enamorarla.

JOROPO TRADICIONAL O DANZA NACIONALISTA

Montoya enfatizó que con el taller promovido por la Fundación Centro Nacional de Danza (FCND), en su sede de Caño Amarillo, se quiere dar a conocer “al auténtico joropo llanero”.

Este bailarín diferenció entre la forma tradicional de bailar el joropo llanero y las coreografías propuestas por las danzas nacionalistas adoptadas por algunos colectivos promotores culturales en Venezuela. Aclaró que no está en contra de esta propuesta artística ni de sus ejecutantes, pero pidió prudencia a aquellos que afirman que esto es “el autentico joropo del llano”.

Con relación a algunos elementos que caracterizan la danza nacionalista, Montoya señaló que en esa manifestación es común que el hombre baile separado de la bailadora y con un fuete en la mano: “Algunos afirman que ese es el modelo del hombre que representa al bailador del joropo tradicional. Debemos recordar que el llanero tiene fama de machista y en las manifestaciones tradicionales resalta la figura masculina».

«En el autentico baile del joropo llanero, recalcó, el hombre actúa con picardía a la hora de enamorar a la mujer para que esta sienta que hay una figura masculina tratando de conquistarla. Es por esto que el hombre durante la ejecución de un joropo llanero, nunca suelta a su pareja y además, es inconcebible que durante un baile el hombre sonría más que la dama”.

Otro detalle importante de este baile tradicional es la vestimenta de las bailarinas y los bailarines. Por ejemplo, “en el joropo tradicional, la dama baila con alpargatas o descalza pero nunca con tacones”, señaló Montoya. Igualmente, explicó que la falda, siempre colorida, debe usarse hasta la rodilla. Aspecto que la diferencia de los modelos hasta los tobillos que lucen las bailarinas de las danzas nacionalistas.

“La blusa debe ser blanca y existen de variados estilos”, dijo.

El vestuario del bailador está formado por un pantalón que puede ser gris, negro o caqui, pero nunca un jean. Se aceptan camisas blancas, a rayas o a cuadros y pueden ser sustituidas por una franela también de color blanco. En el caso del sombrero, el que en el pasado era de cogollo, ahora, explicó Montoya, es confeccionado en fieltro o con pelo é guama. Esta indumentaria es distinta a la empleada en las danzas nacionalistas, en las que los bailarines usan el liqui liqui «casi como una regla inalterable”, comentó.

EL TALLER DE MONTOYA

El taller de Juan Montoya tiene como objetivo dar a conocer a las y los participantes los pasos básicos del joropo llanero. Este curso -que finalizará el viernes 19 de abril- le mostrará a las bailadoras y los bailadores cómo acoplarse a los tiempos rítmicos del pasaje llanero y el joropo recio. Una vez que dominen el paso básico se les enseñarán algunos «adornos», figuras y posiciones que le permitan embellecer su interpretación, explicó el cultor.

Señaló que en su método de enseñanza los «adornos» se clasifican en corridos y cortados. En el primero la pareja se desplazan de un extremo al otro del salón dibujando una media luna. En los cortados los adornos se efectúan en un espacio reducido donde la pareja puede dar tres pasos hacia un lado y al otro.

En cuanto a las figuras, el instructor explicó que algunas son un reflejo de la faena diaria del llanero, y otras imitan a los animales del campo, especialmente a las aves. En este sentido habló de la figura del «carpeteao», una especie de toreo con los dos brazos que le ejecuta el hombre a su pareja.

También describió la figura conocida como la «zambullida del güire», en la que el hombre toma de las manos a su pareja, extienden los brazos hacia los lados y luego de un movimiento de cabeza llamado «tutequeo» -realizado por el bailador-, pasa por debajo de algunos de los dos brazos de la mujer a manera de una «zambullida». Montoya señaló que son muchas las figuras en el joropo llanero y resaltó movimientos como el «trapiche» y el «pecho y cola».

Durante el taller, los participantes tendrán la oportunidad de aprender posiciones como el valseo básico, movimiento en el que el hombre toma la mano derecha de la mujer con su mano izquierda a la vez que sujeta a su pareja de la cintura con la mano derecha. Luego se desplazarán por la pista realizando movimiento en forma de espiral.

Otra posición es la denominada «a punta de soga», en la que los bailadores se sujetan fuertemente de las manos, inclinan el tronco levemente hacia atrás, estiran los brazos y bailan por el salón girando de un lado a otro.

Otro elemento característico de esta tradición es el «zapateo»: un movimiento ejecutado exclusivamente por el hombre cuando la música adquiere mayor intensidad.

Montoya señaló que existen diversos tipos de zapateo entre los que destacó, el «café con pan», «el potro», «la sentada del perro velón» y «el pujío del babo». En todos el hombre golpea al piso con los pies. La contraparte del zapateo en la mujer es el escobilleo, y al igual que en la figura del hombre, son variados.

Montoya mencionó que durante su trayectoria como cultor del baile tradicional ha perfeccionado la pedagogía para transmitir sus conocimientos: “La enseñanza me ha servido también de aprendizaje. Paralelamente surgen ideas que te van alumbrando. Son como musas que llegan convertidas en nuevos pasos, figuras, adornos y técnicas que al ponerse en práctica facilitan la transmisión del conocimiento a los estudiantes”.

–¿Se le facilita al caraqueño el aprendizaje de esta manifestación cultural?

–Existe una gran disposición al aprendizaje. Se pueden encontrar personas con dificultad para llevar el ritmo pero manifiestan mucho interés en aprender sobre esta manifestación. Con estos talleres se busca crear la sensibilidad en las y los participantes porque, aunque sea difícil de creer, me he topado con personas que nunca han visto bailar un joropo llanero de la forma tradicional. Creo que con el impulso que se le esta imprimiendo a este tipo de actividades desde el Gobierno en pocos años el joropo llanero estará bien posicionado en el gusto del caraqueño.

EL HOMBRE ZAPATEA LA MUJER ESCOBILLA

“En la manifestación el hombre zapatea y la mujer escobilla”, exclamó Montoya. Conceptos que además de diferenciar dos movimiento tanto en sus formas como en su intensidad, también tienen la intención de explicar la responsabilidades y el predominio de la voluntad masculina durante el baile.

“Debemos recordar que el llanero tiene fama de machista”, reiteró.

“En el joropo tradicional el hombre es el que guía y marca la dirección de los movimientos mientras la mujer acompaña”, explicó. Esta norma que favorece a la figura masculina, no implica que la importancia de la mujer dentro de la actividad sea menor.

Otra característica importante en el baile tradicional es la manera en como los bailadores fijan sus miradas en su compañero o compañera. “La mirada, además del agarre de manos, es el segundo volante en la pareja. Y todos estos elementos: la mirada, el agarre sumado y recorrido por todo el salón de baile formaban parte del cortejo. Esto era así hasta que el hombre era aceptado o rechazado por la dama. Cuando el bailador lograba su objetivo lo celebraba con un fuerte zapateo que reflejaba su alegría por la conquista”, apuntó.

−¿Evolucionó el joropo tradicional llanero?

−Ese ha sido un gran tema de discusión porque muchos grupos de bailes están haciendo cosas no apegadas a lo que es la tradición. Están agregando pasos del tango y de la salsa casino y no conservan la pureza del llano. Creo que si se profundiza y se conoce bien la manifestación, se puede crear dentro de los parámetros tradicionales del joropo. Algunos jóvenes afirman que la inclusión de otros géneros al joropo es evolución, y yo les digo que no están evolucionando el joropo: lo están transformando. Una evolución en el joropo es, por ejemplo, el aumento de la velocidad en su ejecución.

Montoya explicó que como consecuencia de la evolución de la música llanera el baile también ha debido adaptarse a los cambios. Resaltó que esta transformación se debe principalmente a la velocidad que las nuevas generaciones de arpistas imprimen al ejecutar el instrumento. “Esto a dado pie a la creación de coreografiás en el joropo llanero, pero se debe acotar que esta manifestación en sus raíces se basa en la improvisación”, dijo.

–La danza nacionalista ha calado en el gusto de muchos de los bailarines y bailarinas ¿Cuál cree usted es la situación del joropo tradicional en la actualidad?

–La danza nacionalista fue creada por la bailarina Yolanda Moreno en el año 1962, y fue impulsada por Venevisión. Luego Joaquín Riviera le anexo a esa propuesta movimientos de bailes mexicano, vestidos panameños y taconeos españoles con la intensión, según ellos, de enriquecer y embellecer lo tradicional. Para mi lo tradicional es lo bello y puro como se encuentra en los pueblos. Es bueno que se conozca la danza nacionalista pero también es importante que se conozca la contra parte que, en el caso del baile del joropo, representa la esencia de los pueblos llaneros.

“En un taller básico de hora y media se puede enseñar más pasos, adornos y figuras que las que tienen la danza nacionalista. Ya con eso se demuestra que el joropo tradicional es un baile más completo que esa propuesta”.

Texto/Romer Viera
Foto/Héctor Lozano
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Maestro mis saludos desde los llanos de Colombia. Interesante su defensa por el joropo tradicional y creo que es el que debemos hacer que no muera. Sin desconocer que algunas danzas nuevas le dan otro aire al joropo, pero lo autentico lo tradicional lo debemos mantener porque eso es un legado de nuestros ancestros. Bien, uste habla de: “café con pan”, “el potro”, “la sentada del perro velón” y “el pujío del babo”.
“tutequeo” -realizado por el bailador- “carpeteao”, También describió la figura conocida como la “zambullida del güire”, “trapiche” y el “pecho y cola”. cómo se realizan estas figuras y cuantas se pueden utilizar por los bailadores. Mi pregunta maestro es porque pretendo hacer un video para mostrar y enseñar nuestra danza a las personas que nos visitan y a quienes esten interesados en aprenderla. Si usted tiene un video que responda mi pregunta le agradecería me informara la manera para conseguirlo. Gracias y un fraternal saludo. Carlos Peña Cumaral Meta Col.