José «Cheo» Pérez: «Mi obra ha tomado camino, no se ha ido por un solo lugar»

«Nací en otra zona de Caracas, pero me criaron en Guaicoco, cerca de Carpintero en Petare. Allí desde mi infancia realicé dibujos estando en primaria y secundaria. Sin embargo, a los 21 años a mi casa familiar le di un sentido de taller. Estaba solo y fue la única forma de hallarme contento», señala el pintor José Rafael “Cheo” Pérez Varela, uno de los artistas de la muestra “Expresiones en diálogo: 23 artistas petareños”, que hasta este mes estará en el Museo Bárbaro Rivas de esta popular zona caraqueña.

Empezó como aficionado, debido a que los programas de artes plásticas y pintores que veía en la televisión, le llamaron la atención, además del cuerpo C de El Nacional, «donde leía sobre exposiciones y entrevistas a artistas. Me atrapó ese mundo. Primero me fui destacando en el dibujo escolar».

Nació el 20 de septiembre de 1955. Su infancia y adolescencia transcurrieron en Petare junto a su abuelo y sus tíos. Estudió hasta tercer año en la Escuela Técnica de Campo Rico, donde aprendió principios de electricidad, albañilería y soldadura. Sin embargo, su inclinación por la pintura lo lleva a realizar cursos en la Casa de la Cultura Jermán Ubaldo Lira entre 1973 y 1974 y a principios de los años 80 en la Escuela de Artes Cristóbal Rojas: «Como dije, con el dibujo fueron mis inicios pictóricos. Hacía dibujos de Simón Bolívar y otros próceres. Hice un curso de bodegones en la Casa de la Cultura Jermán Ubaldo Lira en Petare».

Pérez aprovecha los materiales disponibles como el óleo, el lápiz y el carboncillo y utiliza residuos de pinturas encontrados en la basura. Sus soportes son variados, disponiendo de desechos de cartones y aglomerados: «Preparaba lienzos con tela y usaba pinturas que encontraba o le regalaban en la calle, aparte de comprar cuando podía. Mi técnica es mixta, dedicándome al principio a realizar bodegones y paisajes. Eso fue en 1991 y todavía sigo pintando en el óleo. No utilizo mucho lienzo, sino que uso trapos, sábanas, cartones».

GRAN CAMINO

Este caballero transmite de gran nobleza humana, sigue viviendo en la barriada petareña y retoma con su trazo expresionista la tradición académica de los paisajes, las naturalezas muertas, los músicos y las bailarinas: «Mi obra ha tomado camino, no se ha ido por un solo lugar».

Y ha caminado bastante, ya que su producción dicha por él mismo, supera fácil las 600 obras e pequeños, medianos y grandes formatos, «los cuales vendía a precios muy baratos, a precios existenciales, porque la gente no tenía los reales. Otros compran la obra y esperan que uno muera para venderla más cara.. Un señor llamado Paulino aquí en Petare tiene muchos cuadros míos».

Debió abandonar su casa en Guaicoco, en un sector llamado la «Vuelta del gato», ya que vivía en condiciones casi infrahumanas: «Mis familiares tenían mucha edad y se mudaron a otra casa porque no podían subir los escalones. Me encargué de la casa pero fue robada por muchachos sin oficio que se dedicaron a molestarme. Estaba pasando un mal momento y utilizaba la cera de las velas de las iglesias para iluminarme de noche, a buscar agua en perolas».

Al final las condiciones adversas, hicieron que abandonara esa vivienda y desde hace tres años vive en casa de su hermana, que le facilitó un espacio para hacer su estudio: «Ahí he producido bastante».

«Cheo» tiene una importante producción pictórica, “a pesar de trabajar casi siempre en condiciones difíciles, al no disponer de un taller ni un espacio adecuado para trabajar. Él pinta en cualquier lugar, generalmente en formatos pequeños o medianos, sobre maderas, cartones, conglomerados o segmentos de telas, materiales que consigue o que le facilitan. En algunas obras vemos como las formas y las texturas de los soportes, así como la pastosidad de la pintura se hacen evidentes y forman parte de la imagen, lo que le agrega otros valores plásticos a su pintura”, relata Félix Hernández para la exposición El fantástico imaginario de la 524 (2018)

PARA MUESTRA…

Exposiciones individuales: Los signos y el alma de la realidad. Casa de la Cultura Jermán Ubaldo Lira, Petare (1999); Anverso y reverso de un pintor. Fundamos, Petare (2010); José Pérez- un pintor. Secadero 1-Centro de Arte Los Secaderos, La Trinidad en Caracas (2012); Anverso y reverso. Hotel Alba Caracas (2012); El fantástico imaginario de la 524, Museo de Bellas Artes, Caracas (2018).

Exposiciones colectivas: “18 creadores”. Sala de Exposiciones de la Gobernación de Caracas (1999); “Sentir Petare”. Galería de Arte contemporáneo Tito Salas, Petare (1999); “Artistas petareños”. Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas (2009); “De bodas y casorios”. Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas (2010); «Expresiones en diálogo: 23 artistas petareños». Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas (2009).

Este artista plástico considera que los organismos culturales regionales, en su caso la alcaldía de Sucre en Miranda, «deberían recopilar las obras de sus artistas para que no se pierdan o queden solo en manos privadas. Los organismos públicos deben motivar al artista exponiendo su obra o comprándola. Debería ser un acervo cultural de un municipio, un estado, un país El caso más palpable fue el de Bárbaro Rivas, uno de los iniciadores de la pintura ingenua en Petare. Vendía sus piezas muy baratas, a precios irrisorios y su obra fue grande. De Bárbaro Rivas se conocen pocas piezas en los museos como un acervo».

Su hermana Esmeralda lo ha encarrilado en los últimos años. Es la que se encarga de manejar su hermosa obra pictórica, buscando buenos precios por sus trabajos «y que no sigan aprovechándose de su talento, porque lo tiene».

«Que me den un aporte significativo o que me bequen para seguir trabajando», es lo único que pide «Cheo» a los organismos culturales oficiales.

En esta exposición “Cheo” presentó las obras en óleo “Cantata de Cruz de Mayo (2012) y “Acrobacia de circo” (2014), muy hermosas por cierto. Aparte de Pérez también participan en esta interesante muestra, los también petareños David Petit, José Luis «Hochy» Blanco, Guillermo Bello, Carlos Cedeño, Daniel García Volcán, Amarilis Hannot, Arnaldo Herrera, Armando Linares, Pedro Miguel López «Pemilo», Henri Matos, Fran Morales, Aura Moreno «Mayela», Ysmer Mota, Héctor Ordaz, Pedro Perera, Armando Rodríguez, César Rodríguez, Jorge Romero, Carlos Urbina, Juan Urbina, Freddy Vera y el siempre recordado Miguel von Dangel.

En otro extracto del texto de Félix Hernández, se lee que «Cheo» Pérez «… trabajando en condiciones de extremas limitaciones económicas y sociales, Cheo Pérez puede ser visto como un ‘creador popular’ con una formación más bien autodidacta, pero de una gran cultura visual. Y ello debido a que sus logros estilísticos nos remiten a la lección que nos dieron determinadas vanguardias de la modernidad artística europea, tales como el fauvismo y el expresionismo, en un momento de crisis en la manera de representación, que alteró las nociones naturalistas heredadas del siglo XIX y que en Cheo Pérez se expresa en la alteración de las proporciones, la perspectiva, los puntos de vista y los esquemas compositivos muy personales.. A pesar de su temprana incursión en el arte y de su prolija producción pictórica, Cheo Pérez sigue siendo un artista casi desconocido y quizá no justamente valorado».

Quienes no lo crean vean el video elaborado por el Museo de Bellas Artes de esta exposición. Cuando los lectores lo puedan hacer, se sorprenderán con algunas piezas dignas de estar en cualquier museo del mundo.

T/Eduardo Chapellín
F/Miguel Romero
Caracas