Este viernes se cumplen 199 años de su asesinato| José Félix Ribas llevó sus principios hasta las últimas consecuencias

Se cumplen este viernes 199 años del asesinato de José Félix Ribas, de quien el historiador Lionel Muñoz afirmó que “debe ser recordado como un héroe, un mártir por nuestra libertad, que supo ofrendar su vida por nuestra Independencia”.

Ribas, señaló Muñoz, “fue un patriota poseedor de una rectitud y una actitud incólumes, cabeza emblemática de los primeros momentos de la independencia”. “Trascendió la acción heroica de aquel 12 de febrero del año 1814 en La Victoria, y enfrentó con honor  su trágica muerte”, agregó.

RADICAL Y CONSECUENTE

Patriota “republicano, ilustrado y liberal; es decir, de ideas radicales en aquel momento”, Ribas “fue partidario de la independencia absoluta de Venezuela y de la abolición de la esclavitud en el seno de la Sociedad Patriótica”, comentó el historiador e investigador de la Universidad Central de Venezuela.

“José Félix Ribas fue un  audaz revolucionario, que perseguía  un ideal de justicia, respeto e igualdad, dispuesto a transformar la realidad y, consecuente con sus principios, llevaba cuanto pensaba hasta sus últimas consecuencias. “Esa es la lección ética de aquel gran caraqueño. Pero sobre todo, para ubicarlo en su marco histórico, debemos asumir que supo leer las coordenadas de su tiempo y actuar conforme a ellas”, aseveró Muñoz.

TIEMPO DE GRANDES CAMBIOS

Muñoz afirmó que que para comprender la significación de Ribas hay que ubicarlo en el contexto de los grandes cambios propios de su tiempo: “El tiempo de Ribas corresponde a la formulación de la crisis histórica de la Independencia, alimentada por la lectura que se hizo en tierra firme de las máximas de la ilustración”.

“Fue un hombre que  actuó en medio de un cambio sin precedentes, brusco, violento, radical: dejábamos atrás trescientos años de dominio colonial para fundar la república que desde aquellos días hemos conformado trabajosamente”, explicó. Y acotó que “el suyo, fue un tiempo de deslinde con España, pero también de deslindes internos; cada uno de los grupos que componían  la sociedad colonial venezolana planteaba sus intereses”.

“Los criollos luchaban por la libertad económica, porque era una procura suya desde hacía tiempo atrás, toda vez que  primaba su condición de dueños de las tierras y las esclavitudes. A su vez los pardos −sector intermedio de la población− se identificaban más con la igualdad, porque aspiraban igualarse con los criollos, esto es, acceder a sus mismas posiciones y tener sus mismos privilegios”, detalló.

Muñoz enfatizó lo complejo del proceso que desencadenó la crisis de independencia: Los criollos “querían también igualarse con los antiguos peninsulares” para acceder, “por fin, a posiciones de poder político. Les gustaba la libertad en la medida que hablaban de su propia libertad, económica y política. Pero cuando se les hablaba de libertad en relación con los negros esclavos, o de la igualdad con los pardos, se les paraban los pelos, pues la libertad y la igualdad  les gustaban, pero no tanto”.

Aclaró que esas contradicciones salieron a flote con la crisis del mundo hispano después de 1810, “y serían el combustible de la violencia que se desmandaría desde la segunda mitad de 1811en adelante, hasta que se terminaron las hostilidades en medio de la República de Colombia”.

MANTUANO DE ABOLENGO

Ribas se hallaba entre quienes escribieron a Miranda para que regresara a Venezuela, contó Muñoz: “Era uno de  los que salían a la calle a convocar  a la participación en los hechos del 19 de abril y formaba parte de aquellos que acompañaron  a Miranda en la Sociedad Patriótica, en  defensa de la independencia inmediata y en la difusión de  esa idea  hasta llevarla al  pueblo y al  Congreso de 1811”.

Entre esos hechos y el  origen social de Ribas, el historiador encuentra un contrasentido, pues el prócer “formó parte de las familias más acaudaladas de aquella sociedad. De hecho, contrajo tempranamente matrimonio con una tía de Simón Bolívar. Junto con los Montilla, los Salias y otros personajes venidos de familias de abolengo, participó de las reuniones previas al 19 de abril de 1810, fecha en la que saltó definitivamente al ruedo político por ser  miembro de  la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, en calidad de representante del gremio de pardos”.

Al mismo tiempo, su actitud radical lo llevaba a tomar acciones contundentes: “Conocida es su iniciativa de encabezar una protesta pública en Caracas, con motivo de los eventos conocidos como la Masacre de Quito, eventos cuyas noticias  llegaron a nuestra capital en agosto de 1810, declaró”.

EL FINAL

“Con el liderazgo de Boves y  la batalla de Urica, la masiva revuelta de los pardos contra la independencia había sellado, hasta esa fecha, la  suerte de la Segunda República”, comentó el profesor Muñoz. Y recordó que “esa es la acción bélica en que la Boves muere de un lanzazo, aunque con su carga logró romper  el centro republicano y los realistas ganan la batalla. De inmediato,  Morales se hizo reconocer como jefe de los realistas y marchó sobre Maturín el 10 de diciembre en la noche y el 11 en la mañana. Ribas y Bermúdez le hacen una resistencia tanto más heroica cuanto sólo tenían unos 450 hombres y sobreviene la derrota”.

“Ribas huye hacia los llanos. Es  capturado por los realistas y sometido a todo tipo de humillaciones. Su muerte fue espantosa. Lo mataron los realistas al hacerlo preso en los llanos centrales. El teniente Justicia Mayor de Tucupido, lo reclamó como su prisionero y lo llevó hasta la Plaza Mayor de aquel pueblo, en la que lo fusiló y luego lo descuartizó”, describió Muñoz.

La partes desmembradas del guerrero fueron enviadas a Caracas para que fuesen exhibidas en lugar público. “Su cabeza, frita en aceite, se colocó en una jaula en la puerta de Caracas, con el gorro frigio puesto, porque Ribas solía llevarlo en vida como símbolo de la libertad y del republicanismo”, relató.

En una reflexión sobre el tema, el profesor Lionel Muñoz manifestó: “Solo después, gracias a la decepción que en pardos y blancos de orilla provocó el restablecimiento del orden colonial, que los relegó a sus lugares de siempre, sin distinciones, privilegios ni reconocimiento por sus servicios al rey, y  vista la política de inclusión adelantada por la república, es que fue posible el triunfo de la independencia”.

NECESARIO ES VENCER

El historiador  e investigador Lionel Muñoz explicó que José Félix Ribas desplegó su condición de Militar como parte del Batallón de Milicias de Blancos de Barlovento. Combatió contra Monteverde y tras la caída  de la Primera República, se refugió en la Nueva Granada, para acompañar más tarde la entrada de hombres en territorio de la Capitanía General de Venezuela junto con Bolívar.

En el año 1813 se destacó al frente de  batallas decisivas  durante   la Campaña Admirable, “sin embargo hay un hito en su vida guerrera”, señaló:
“De sus acciones militares, se recuerda  especialmente  la batalla de La Victoria, del 12 de febrero de 1814, en la que logró derrotar las feroces huestes del realista Morales acompañado por unos inexpertos estudiantes y seminaristas. Allí pronunció su célebre frase: “No podemos optar entre vencer o morir. Necesario es vencer”, expresó.

Texto/ Mercedes Aguilar
Foto/Archivo CO
Caracas