Por Vale TV y el canal Youtube del Arzobispado, como señales matrices, los venezolanos podrán apreciar la ceremonia de exhumación del “médico de los pobres”, de quien este 26 de octubre se celebra un año más de su natalicio. José Gregorio Hernández, uno de los pionero de los estudios médicos científicos en Venezuela, ya forma parte de la identidad criolla, venerado y apreciado como ninguna otra de nuestras figuras religiosas
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Este lunes 26 de octubre, cuando se celebran 156 años de su nacimiento en el pueblo de Isnotú, estado Trujillo, serán exhumados los restos del doctor José Gregorio Hernández en la iglesia de la Candelaria, en Caracas, donde reposan. Se trata de un requisito previo exigido por el Vaticano antes de su beatificación, prevista para el primer trimestre de 2021. Aunque la ceremonia se realizará en horas de la mañana con el templo cerrado, la feligresía podrá seguirla a través del canal Vale TV, y por el canal en Youtube de la Arquidiócesis.
La Arquidiócesis de Caracas publicó la carta oficial del cardenal Baltazar Porras en la que invita a los medios de comunicación social a cubrir la ceremonia de exhumación del venerable doctor José Gregorio Hernández.
“Están cordialmente invitados para transmitir desde la señal matriz generada por los canales oficiales de la Arquidiócesis de Caracas, Vale-TV y en Youtube (…) Se estima que el acto tenga una duración de una hora”, se informó en el texto.
En el documento se expresa que se va a generar una señal matriz “limpia y en alta definición digital” para que sea retransmitida por todos los medios públicos y privados que deseen tomarla.
Precisó Porras en su carta que “A diferencia de otros eventos eclesiales, este acto se hará dentro del templo, en privado por la pandemia, por lo cual no se permitirá el acceso interno a ningún personal de otros medios”.
Está previsto que la actividad, por la cual reina una gran expectativa, se inicie a las diez de la mañana.
La Arquidiócesis de Caracas señaló en un audiovisual que la exhumación de los restos es un requisito que exige el Vaticano para constatar que allí están las osamentas del futuro beato. También para verificar que todo coincide con el acta que se redactó tras la exhumación del año 1975. Ese año se realizó el procedimiento para trasladar los restos del doctor José Gregorio Hernández desde el Cementerio General del Sur hasta la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria.
Los especialistas también extraerán reliquias de primer grado, que son pedacitos de osamenta que serán enviados a cada Diócesis y Arquidiócesis del país, y otras a Roma.
Detalló que hay reliquias de segundo orden, por ejemplo, las telas que se colocan encima del sarcófago.
El protocolo de la exhumación detalla que el proceso de extracción de reliquias, como se le llaman a pequeños fragmentos del cuerpo de la persona consagrada, tiene fines religiosos. Según se explica en la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos, los restos mortales se colocan en una mesa cubierta con una tela para facilitar el trabajo de los peritos anatómicos. Allí los expertos extraen los fragmentos de primer grado, que deben ser entregados por el obispo o delegado episcopal al postulador o vicepostulador de la causa (quien se encargó de los trámites de la beatificación) para que se elaboren las reliquias. El obispo, luego de escuchar la opinión del líder de la causa, debe decidir dónde serán custodiados los trozos del cuerpo. Estos restos para fines religiosos no pueden ser comercializados ni exhibidos en lugares no autorizados.
Según lo previsto, las reliquias serán enviadas a cada diócesis y arquidiócesis venezolanas y a Roma. Otras serán reservadas para el caso de que se creen parroquias o santuarios en el país que necesiten esa reliquia de primer orden.
En el corazón del pueblo
La beatificación del doctor José Gregorio Hernández fue autorizada por el papa Francisco el pasado 19 de junio, luego de que una plenaria de cardenales y obispos, celebrada en Roma, se pronunciara favorablemente.
Su proceso de canonización se inició en el año 1949 y se prolongó por más de 70 años.
En el año 1972, la santa sede reconoció que José Gregorio vivió una vida virtuosa y ejemplar, por ello le concedió el primer título que la Iglesia católica otorga en el camino hacia la santidad: Siervo de 
Dios. Luego de iniciar el proceso, y completados los primeros casos, José Gregorio Hernández fue nombrado “Venerable” por el papa Juan Pablo II en 1986.
José Gregorio Hernández es el primer beato laico en la historia de Venezuela y el cuarto del país.
El 27 de abril de 2020 la Arquidiócesis de Caracas anunció que la Comisión Teológica del Vaticano aprobó el milagro del Venerable en la curación de Yaxury Solórzano Ortega, de 10 años de edad, quien recibió un tiro en la cabeza durante un asalto a su padre en 10 de marzo de 2017.
Según reseña de Telesur, Yaxury Solórzano y su padre fueron asaltados por delincuentes en el caserío Mangas Coveras, del estado Guárico. En el hecho la pequeña recibió un disparo en la cabeza que la dejó gravemente herida.
La menor no pudo ser intervenida quirúrgicamente hasta 50 horas después de herida, y en el proceso perdió masa encefálica. Con pronósticos reservados, se consideró que quedaría con discapacidad severa.
Después del suceso, su madre pidió la intercesión del Venerable y, cuatro días después de la operación, la niña empezó a reaccionar bien. Unos 20 días bastaron para que estuviera completamente 
sana.
Casos milagrosos de curación como el de Yaxury Solorzano atribuidos al llamado “médico de los pobres” han sido reportado por miles luego de que José Gregorio Hernández falleciera por arrollamiento en un lamentable accidente de tránsito el 29 de junio de 1919, en una calle de La Pastora, en Caracas. Hasta e2018 el expediente de su causa de beatificación acumulaba un registro de 2.100 casos, de acuerdo a la nota de Telesur.
De José Gregorio Hernández se ha dicho que forma parte de las devociones de los venezolanos, quienes lo han tenido como santo antes de que el Vaticano lo declarara oficialmente. En cada hogar, al lado del santoral oficial, se encuentra una estatuilla suya, con su traje negro, su sombrero de igual color, y su rostro apacible en el que destaca su bigote. Sus devotos suelen llevar una estampita suya en la cartera o pegada en el espacio interno del vehículo.
Cuando el presidente Hugo Chávez lanzó la Misión José Gregorio Hernández, en marzo de 2008, para atender a las personas con discapacidad, señaló que sin duda el médico trujillano formaba parte del imaginario colectivo.
Chávez confesó que hizo unas consultas y decidió ponerle su nombre a la misión… “y rendimos tributos a la memoria de un venezolano integral, un médico del pueblo, el médico de Isnotú, médico del pueblo, humilde ser humano…”.
Más recientemente, Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV y presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, confesó que durante sus días de convalecencia y tratamiento, afectado por la Coviod-19, se encomendó a José Gregorio.
A esta devoción, cariño, y fe que el pueblo venezolano profesa por José Gregorio Hernández se suman personajes de todas las condiciones, profesiones y estratos sociales.
El zuliano Huáscar Barradas, llamado «La Flauta de Venezuela», estuvo entre los que por estos días homenajeó con su instrumento al próximo beato del país.
La noche del pasado 21 de octubre subió a Instagram un emotivo video en el que describe que estar en el lugar donde reposan los restos del Médico de los Pobres, la iglesia de la Candelaria, en Caracas, «fue algo mágico».
El músico asentó: “Venezuela vive un momento histórico porque después de un larga espera nuestro doctor José Gregorio Hernández va rumbo a su beatificación. Tocar en la iglesia la Candelaria en Caracas fue algo mágico. ¡De alguna manera los sonidos de mi flauta eran más elevados y profundos a la vez! ¡Una sensación muy particular, y quería compartirla con ustedes! ¡Este lunes 26 de octubre 10 am será realizada su exhumación como parte de ese proceso tan esperado! ¡Felicitaciones Venezuela! ¡Tu hijo que ayudó a tanta gente será bendecido y reconocido en el mundo entero por su humildad y entrega al prójimo!».
Hombre de ciencia
La extensa bibliografía escrita sobre José Gregorio lo presenta como médico, científico, profesor universitario, filántropo de vocación religiosa católica y franciscano seglar.
De su vida se resalta que destacó por su vocación profesional y religiosa, en especial por su servicio a los más necesitados. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Sus aportes al campo de la medicina son incontables. Introdujo el microscopio en el país y fundó las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología en la UCV.
Fue el primero de seis hermanos, hijos de Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisnero Mansilla.
Toda su infancia transcurrió en Isnotú, su pueblo natal. Su padre era dueño de un almacén de mercancía seca. Su madre, dedicada a las labores del hogar, falleció cuando José Gregorio contaba con ocho años.
“A los trece años de edad”, se indica, “José Gregorio manifestó a su padre su deseo de estudiar la carrera de derecho, sin embargo, su padre le convenció para que estudiara medicina. El aceptó. A partir de ese momento, tomó la medicina como su propia vocación. En 1878, cuando contaba con trece años y medio, bajó de la sierra trujillana hasta Caracas, siguiendo la travesía: Isnotú, Betijoque, Sabana de Mendoza, Santa Apolonia, y La Ceiba, en mula; por el lago hasta Maracaibo, y después por mar a Curazao, Puerto Cabello, La Guaira, y por tren, hasta Caracas.
En la nota de Telesur se detalla que en 1888 recibió su grado de médico en la Universidad Central de Venezuela, y posteriormente, amplía sus estudios en París, Francia.
En Francia profundizó sus estudios en diferentes aéreas como microbiología, histología normal y patológica, bacteriología, patología, embriología, fisiología experimental, y anatomía patológica.
Al regresar a Venezuela introdujo el microscopio, se desempeñó como docente en las cátedras de Histología y Bacteriología en la Universidad Central de Venezuela y contribuyó a la instalación de laboratorio de fisiología experimental.
“En 1891, Hernández regresa de Europa, en el mes de noviembre de ese año, comienza su actividad como docente en las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, de la Universidad Central de Venezuela convirtiéndose en el fundador de ambas. Además, al concluir sus estudios de postgrado en París y Berlín le fue delegada la responsabilidad de adquirir, con recursos del Estado venezolano, los materiales necesarios para instalar el Laboratorio de Fisiología Experimental de Caracas así como la adquisición de la bibliografía que fuera necesaria para la apertura de las cátedras mencionadas en la UCV”.
Por otra parte, a Hernández se debe la introducción del microscopio en Venezuela, del que además enseñó su uso y manejo. También introdujo otros instrumentos científicos que trajo de Francia.
José Gregorio se ganó una reputación como un profesor culto y políglota. Hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín. Era músico, filósofo y exigente.
Formó una escuela de investigadores, que desempeñaron un papel en la medicina venezolana. Discípulos de Hernández fueron, entre otros, el doctor Jesús Rafael Rísquez, quien fue su sucesor en la Cátedra de Bacteriología y Parasitología, y Rafael Rangel, considerado como el fundador de la parasitología nacional.
El 30 de junio de 1919, una multitud acompañó el traslado de los restos de José Gregorio Hernández, cargado en hombros de sus estudiantes y discípulos. Primero fue llevado al paraninfo de la UCV y luego el Cementerio General del Sur.
El 23 de octubre de 1975, tras un incendio provocado por las llamas de las velas sobre su tumba, y debido al inicio del proceso de beatificación, por pedido del Vaticano, se exhumaron sus restos mortales y fueron llevados a la iglesia de la Candelaria.
T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
Caracas
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