Memoria|José Laurencio Silva: Héroe de Carabobo, Junín y Ayacucho

José Laurencio Silva encarnó al guerrero que imbuido de ideal elevado y generoso se enrola en una causa superior, la Emancipación suramericana, hasta arriesgar continuamente la vida en combates en el curso de 14 años.

ITINERARIO

Silva vino al mundo en el pueblo Tinaco (Edo. Cojedes) el 7 de septiembre de 1791, siendo su madre la “comadrona” o partera del pueblo, y su padre un pescador. Republicano desde 1810 y leal a Simón Bolívar en toda circunstancia hasta 1830, al igual que Rafael Urdaneta, Diego Ibarra y Bartolomé Salom, al desaparecer el Libertador, Silva -quien casó con Felicia Bolívar Tinoco, sobrina del Padre de la Patria- inició un curso político distinto al que Bolívar concebía para quienes le secundaron en su obra de reformas y anfictionía continental. Silva se había destacado en todas las campañas militares hasta Ayacucho en 1824.

PERIPECIAS BÉLICAS

Silva se sumó en 1813 a la Campaña Admirable bajo la conducción del Libertador, participando en la Batalla de Taguanes. Al caer la II República en 1814 Silva se dirige a su región natal, viajando de noche y ocultándose en franjas selváticas de Carabobo, Guárico y Cojedes hasta contactar a los suyos. Víctima de la delación de un allegado a su familia, será hecho prisionero cerca de Tinaco y trasladado preso al cuartel general realista. Logra evadirse de la cárcel y se dirige al campamento de José Antonio Páez, a quien acompaña en las acciones del Yagual de 1816, Mucuritas en 1817, de Calabozo con Bolívar en 1818 y luego en el inmortal combate de Las Queseras del Medio de 1819, entre otras ejecutorias.

EN JUNÍN

El 6 de agosto de 1824 por instrucciones del Libertador, Silva al frente de varias decenas de jinetes se adelanta a la caballería republicana para acometer, sin garantías de victoria, a la caballería realista. Los patriotas debían descender a toda prisa por un estrecho paso que, en la vertiente oriental de los Andes peruanos desemboca en la planicie de Junín, situada a 4000 metros sobre el nivel del mar. Allí eran esperados por la disciplinada caballería enemiga. Luego de un inicial desorden al salir a la planicie, y sin espacio para maniobrar debido a lo compacto del cuadro realista y el área pantanosa que circunda la salida, Silva reagrupa a los suyos y rompe el regio cuadro español, abriendo campo al resto de la caballería que apura su marcha. Al lado de la reciedumbre de los lanceros apureños y casanareños que estuvieron en la jornada, un factor que definió el encuentro fue el tamaño de la lanza republicana de tres varas, frente a la española de dos varas y media.

54 HERIDAS

En su cuerpo quedaron muestras del denuedo de este prócer ante el enemigo. El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre se refirió a estas marcas gloriosas afirmando “… envidio las heridas de Silva”. En el curso de la Gesta Emancipadora el prócer cojedeño recibió 54 heridas. En la misma planicie de Ayacucho recibiría de manos de Sucre el ascenso a General. Acompañó a Bolívar hasta su último minuto en San Pedro Alejandrino. Silva murió en 1873.

“SE ELEVÓ AL SACRIFICIO POR UNA IDEA NOBLE Y GENEROSA»

“¡Suelta la fantasía en solicitud amorosa…donde quiera que vuelve la vista el entusiasta investigador de los triunfos de la República … contempla un monumento, una hazaña, aparece un héroe, brotan laureles! Comprende entonces de cuánta grandeza es capaz el hombre (…) El que se eleva al sacrificio de su propia existencia por una idea noble y generosa, tiene en sí algo divino, que no es común a los demás seres (…) Allá por las llanuras y colinas verdes del Tinaco, aún nos parece ver errante la sombra de aquel héroe de Junín [José Laurencio Silva]” [Ramón Azpurúa, Biografía de hombres notables, Tomo II, pp. 69/70]

PARA QUE NO TE OLVIDES…

7 de Septiembre

1812

BATALLA DE BORODINO

Napoleón Bonaparte había invadido Rusia tres meses antes con una fuerza descomunal de unos 700 hombres, tratando de imponerse en el oeste al zar Alejandro, con el propósito de regresar triunfante y dotado de recursos al centro de Europa. El jefe del ejército ruso mariscal Mijail Kutúzov , consciente del rechazo del pueblo ruso a todo invasor de su tierra ordenó la táctica de tierra arrasada y dejar avanzar a Napoleón desde la frontera rusa con Polonia hasta adentrarse a unos 100 kilómetros de Moscú. El encuentro también ha pasado a la historia como Batalla del río Moscovia. Joaquín Murat, lugarteniente de Bonaparte, acomete las líneas rusas atravesándolas, empero el combate se torna muy reñido con un contra-ataque ruso que sería repelido por la caballería. Al final de la jornada los rusos abandonan el terreno. Sería la única victoria de Napoleón en Rusia.

1846

ZAMORA GRITÓ: «¡TIERRA Y HOMBRES LIBRES»

Al grito de “¡Tierra y Hombres Libres!” Ezequiel Zamora, por entonces conocido como dueño de una pulpería y con posesiones en Villa de Cura (Edo. Aragua), toma las armas en reclamo del derecho de las tierras a favor de la masa campesina, así como para la definitiva extinción del sometimiento que involucraba el sistema de la esclavitud y la servidumbre entonces imperantes. Para 1846 el deterioro de los precios internacionales del café había afectado la exportación y conducido a la quiebra de muchos hacendados, imposibilitados para cubrir las deudas contraídas en el contexto de la Ley de Libertad de Contrato de 1834 y otras normas jurídicas de los Congresos dominados por la oligarquía conservadora nucleada en torno a José Antonio Páez.

1896

ANTONIO MACEO LLEGO A TUMBAS DE ESTORINO

El recio héroe de la Guerra de Independencia cubana, tras combatir en Arroyo de Mantua se dirigió al sitio conocido como Tumbas de Estorino, donde recibiría 100 mil cartuchos y planeó la reorganización de las fuerzas revolucionarias de Pinar del Río y el occidente de la Isla, para marchar rumbo a oriente.

T/Néstor Rivero
F/Archivo CO