José Sánchez fue un «todoterreno» de las tablas nacionales

El reciente fallecimiento de José Sánchez deja al mundo teatral venezolano sin otro de sus bastiones. Este guaro fue un hombre integral en nuestras tablas. Desde la actuación a la dirección, pasando por la producción, la escenografía y otras áreas, mostró siempre esa sonrisa de quien trabaja en lo que le gusta.

Sus inicios fueron en su natal Barquisimeto, estado Lara, donde se formó en cursos y talleres, pero sus eternas ganas de superación lo llevó a realizar el Taller Nacional de Teatro de la Fundación Rajatabla, en el período 1988-1990, aparte siguió formándose año tras año: «Uno debe siempre estar al día en el teatro».

En general, por más de veinte años formó parte del elenco estable de la Fundación Rajatabla, antes de tomar otros derroteros, siempre en el mundo del teatro. Entre las obras de teatro más importantes en su carrera están Jacobo o la sumisión, Cipango, La tempestad, Fuente Ovejuna, El coronel no tiene quien le escriba, Peer Gynt, Oficina No , “Sucre el sueño del hombre, La triste historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada, Israfel, Enemigo del pueblo, Cómicos”, El corazón en una jaula, Bolívar, Volando en V, Juliana, El esclavo de la luna, Cuentos del bosque de Viena, Sin voz, Los enredos amorosos de Williams Shakespeare, La pasión, Blasón de lobos, Buñuel, Lorca y Dalí, En un lugar de La Mancha, Loco santo de a locha, Rey Lear.

También actuó y hasta dirigió en obras de teatro para niños como Pinocho, El espantapájaros, Oliverio, El retablillo de don Cristóbal, Batman la aventura, La isla de los Soñin, El Ceniciento y El nacimiento, entre otros.

El mundo audiovisual no le fue ajeno, participando en cine y series de televisión, como en Archivo Criminal, donde actuó en el Caso Hospital Vargas (actor); aparte de la película Sangrador.

Ojo visor

Fue muy cotizado por su buen ojo crítico, siempre en un tono constructivo, por lo que era muy solicitado para asesorías y dirección de actores. De ahí que también participó en trabajos como monitor y docente en diversos talleres teatrales en Caracas, San Felipe, Barquisimeto y Acarigua. También coordinó el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, núcleo Lara (período 1995-1996).

Participó y destacó en diferentes festivales nacionales e internacionales, entre ellos el Festival Nacional de Teatro y del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Con el Grupo Rajatabla actuó en México, Chicago, Montreal, Argentina, Alemania, Londres, Portugal, Guatemala, Colombia y Australia, entre otras ciudades y naciones.

Ya como director, estuvo a cargo de las piezas Dollwrist, Cartas del corazón para Edith Piaf, Morir con las alas plegada y La Jaula Big Shop, por citar algunas.

Gente que lo conoció como Ramón Pérez (Producciones Setting), lo calificó «como un hombre muy dedicado a su profesión. Conmigo por varios años realizó utilería y elementos decorativos, siempre con ganas de hacerlos mejor. Fue un ser humano que ayudaba a todo el mundo, especialmente a su familia».

En el caso de Sandro Fina, desde que lo conoció en un Festival Internacional de Teatro hace años, lo vio como un hombre que «creó familias tanto con su gente del Rajatabla como con otras personas, amistades que aún perduran hoy en día. Como crítico decía comentarios constructivos, porque te decía tus fallos y aciertos, pero siempre pedagógicamente. Actores y actrices una vez que culminaban una presentación, se le acercaban para pedirle su opinión».

T/ Eduardo Chapellín
F/ Cortesía Rajatabla