La cifra de muertos por el incendio de la cárcel de la ciudad de Comayagua, Honduras, aumentó este domingo a 359 con el deceso en Tegucigalpa del reo Wilson Recarte, de 30 años.
«Ya solo quedan cuatro de los diez» reclusos que ingresaron al centro hospitalario el pasado 14 de febrero, informó a los medios locales la portavoz Lilia Leiva.
De acuerdo a la jefa del departamento de Medicina Forense, Lucy Marder, hasta el sábado se habían efectuado 47 autopsias; 25 cadáveres han sido identificados y de ellos, 16 han sido entregados a familiares.
Durante la jornada de hoy, los familiares de los reclusos han sido sometidos a pruebas de sangre para lograr la identificación de los cadáveres.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha solicitado «la realización de una profunda investigación independiente sobre las causas del incendio y para determinar si las condiciones en la cárcel contribuyeron a las enormes pérdidas de vidas», informó desde Ginebra el portavoz del organismo, Rupert Colville, al referirse a la masacre ocurrida.
«Urgimos al gobierno a garantizar que se brinde inmediatamente a los familiares de quienes estaban presos en la cárcel de Comayagua cuando se produjo el incendio, informaciones completas sobre la situación de sus parientes», agregó Colville.
Por su parte, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, admitió el sábado que hubo reclusos que huyeron durante el incendio, a pesar de que, hasta el viernes, las autoridades policiales aseguraban que todos los sobrevivientes estaban bajo seguridad policial.
«No sé cuántos de los que estaban guardando prisión huyeron pero tienen que ser capturados», dijo en una rueda de prensa desde Tegucigalpa.
También este sábado el fuego destruyó varios mercados de la capital Tegucigalpa, provocando más de 20 heridos y cuantiosas pérdidas materiales.