Europa ha avanzado frente al cambio climático. Pero aún quedan muchos pasos por dar. Y el continente va a tener que acelerar y caminar más rápido si quiere cumplir con los objetivos que se había propuesto. Es lo que revela el informe de evaluación publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, ‘Estado y perspectivas 2015’. Según dicho informe, publicado este martes, estamos a medio andar del objetivo marcado para 2050: simplemente «vivir bien, dentro de los límites del planeta», pero queda mucho por hacer.
A medio camino pero con «retos considerables» por delante. Según apunta, el capital natural de nuestro planeta está siendo degradado por condiciones socioeconómicas, y las presiones planetarias sobre el planeta son cada vez mayores, debido en gran parte por el aumento de población y por el aumento de consumo.
Además, el capital natural de Europa no está siendo protegido y conservado en relación a las ambiciones que se había autoimpuesto, apunta el informe. Así que queda mucho trabajo si se quieren cumplir los objetivos.
¿Y dónde va a fallar Europa si no se pone las pilas? El informe señala varios puntos: las emisiones de gases invernaderos siguen siendo demasiado altas si quieren llegar reducirlas en un 85% para 2050. Y no es el único fracaso: no reduciremos lo suficiente, a este paso, los riesgos para la salud de productos químicos, ni el uso del agua, ni el estrés hídrico, ni conseguiremos proteger la biodiversidad marina y costera, ni el estado ecológico de las masas de agua dulce. Es más, apunta, para 2020 se prevé un recrudecimiento del cambio climático y sus efectos en la salud humana.
Eso sí, hay espacio para la esperanza, al menos en un objetivo: vamos en buen camino para cumplir con los objetivos de consumo de energía y combustibles fósiles, al menos para los próximos 10 años. Para 2050, el informe apunta negro, alerta roja: o se invierte más, o no se van a encontrar fuentes de energía alternativas. Aún así, el estudio ha aplaudido los avances de los últimos 40 años en nuestro continente, en el análisis que ha realizado de 39 países, entre los que están los 28 de la UE. Pero recalcando: «dicha mejora aún no se ha traducido en una mayor resiliencia de los ecosistemas o en un menor riesgo para la salud y el bienestar. Además, las previsiones a largo plazo suelen ser menos positivas de lo que se podría inferir de las tendencias recientes».
El 60% de sus especies, en condiciones desfavorables
El informe también realiza una evaluación de las condiciones actuales de nuestro entorno. Y tampoco son muy buenas. Por ejemplo, hay cada vez más especies (60 %) y de hábitats (77 %) en condiciones desfavorables. Es decir, sin la protección necesaria. Y cada vez son más, ya que han aumentado en un 52% y un 65% respecto a hace 15 años, recalca el informe. Y esto se debe a acciones humanas, principalmente, la modificación de sus hábitats, la agricultura o tala de bosques, sobrexplotación de recursos naturales, implantación de especies exóticas… Son numerosas las razones, y el documento asegura que no se está haciendo lo suficiente para combatirlos.