Columna de Basem Tajeldine| El juego perdido (Opinión)

Nicolás Maquiavelo no habría podido siquiera imaginar el perverso juego del imperialismo en Egipto. Los estrategas del Pentágono han logrado confundir a la opinión pública mundial sobre lo que realmente ocurre en aquella convulsionada región del planeta, aunque sus logros mediáticos no siempre repercuten en pro de sus intereses.

Los hechos demuestran que sus victorias parecen agua que se escurre entre sus manos.

De nada ha servido el chantaje y la manipulación de las informaciones que grandes medios como Al Jazeera ejecutan a diario.

De nada han valido las amenazas diplomáticas europeas contra el Gobierno interino egipcio y el chantaje financiero de Estados Unidos.

Resulta complicado comprender el tablero político que hoy se suscita en Egipto ante la avalancha de noticias y opiniones que surgen no solo de los laboratorios mediáticos al servicio de EEUU, Europa e Israel, sino también de parte de algunos seudoizquierdistas como Santiago Alba Rico que contribuyen a confundir a muchos.

¿Qué pretenden al ocultar las relaciones entre EEUU y la Hermandad Musulmana?

La ambigüedad de Barack Obama, las denuncias oportunistas del presidente turco  Recep Erdogan que culpa a su aliado Israel de estar tras la caída de Mohamed Mursi, el oportunismo de las petromonarquías al apoyar el Gobierno de transición en Egipto, etc., también contribuyen mucho a confusión.

Los cierto es que Estados Unidos e Israel han perdido a sus mejores aliados en la región. Esta vez jugaron la carta del islamo-fascismo, y volvieron a fracasar.

Caracas