Este martes en la mañana, en el centro de convenciones Enrique Tirado Reyes de la ciudad de San Felipe se llevó a cabo un encuentro con los medios de comunicación de la región y el primer mandatario del estado Yaracuy, Julio León Heredia, con el propósito de alertar a la población acerca del peligro inminente que representa que líderes religiosos hagan uso de redes sociales con fines de incitación al odio, descrédito o irrespeto a las autoridades.
Durante el encuentro denominado «Por la verdad y la paz» León Heredia denunció al obispo de San Felipe Víctor Hugo Basabe por elaborar lo que denominó “campaña de descrédito”, incitando al desorden, a la violencia y a la discordia entre los yaracuyanos a través de su cuenta de twitter @victorhugo“.
“Incitó al desorden y a la violencia transformándose en un instrumento para acabar la paz en Yaracuy y sembrar el odio” y explicó que se han emprendido procesos legales enmarcados en el capítulo 5, artículos 414 y 447 del código procesal penal y artículo 20 de la ley contra el odio, por la convivencia pacífica y tolerancia.
El primer mandatario leyó la biblia en éxodo 20:16 “no hablarás contra tu prójimo falso testimonio” y mencionó que el obispo, colocó en su cuenta de twitter un vídeo en el que se mostraba a agentes de policía torturando a jóvenes, asegurando que era en el estado Yaracuy, cuando realmente el vídeo fue realizado en otro lugar, fecha y escenario.
Luego continuo leyendo la Biblia en Proverbios 6:12 y 19, así como Proverbios 25:18 y Romanos 13: 1 y 2 exhortando a la audiencia de cadena radial regional, representantes de los medios, cuerpos de seguridad y militancia regional del Partido Socialista Unido de Venezuela, que se encontraba en el recinto a ser garantes de los principios bíblicos de respeto a la autoridad por parte de lideres religiosos.
León Heredia detalló “espero acudir a la División de Cultos del Ministerio de interior, Justicia y Paz, órgano que les da una habilitación a los sacerdotes y a los pastores para que puedan ejercer, a los fines de plantear el caso”, además mencionó que están en las diligencias pertinentes para llevar esta información hasta el Papa Francisco, pues está convencido que el Sumo Pontífice desconoce a quién tiene en Yaracuy como representante de la iglesia católica.
El gobernador prosiguió “Yo le pediría a todo el pueblo de Yaracuy que le exijamos a quienes se levantan y pretenden decir o enseñar la palabra de Dios desde cualquier confesión cristiana que tengan respeto. Ese recinto no puede ser un recinto para asumir posiciones que son individuales. Yo creo que la feligresía, el que se congregue en cualquier lugar se debe respetar el púlpito, no puede ser que el espacio eclesiástico, la religiosidad y al hablar en nombre de Dios se pretenda manipular, la propia Biblia lo condena partiendo de lo más elemental que es los mandamientos como lo es no dar falsos testimonios”, exhortó.
Insistió León Heredia que Yaracuy es tierra de paz, y así se ha venido demostrando a lo largo de los últimos diez años, agregando que “nuestra máxima para transitar en la vida, son los principios cristianos, precedidos por la Biblia, donde deriva toda acción en bien de la paz, el amor, y la armonía”.
Reiteró “Jesús dijo: bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios. Yo no administro justicia, lo más importante es que el pueblo tenga conciencia de que es lo correcto al ejercer alguna acción hacia el prójimo. Necesitamos fortalecernos en Dios y en Jesucristo redentor, en la santísima trinidad. No podemos permitir que un líder eclesiástico siembre odio hacia quienes gobiernan ni los cuerpos de seguridad, ni mucho menos publicaciones en redes sociales con falsos testimonios e incitación al odio y la violencia. Desde mi alma cristiana, con errores y virtudes, gobierno a todo el pueblo de Yaracuy. Hagamos el mayor esfuerzo para preservar la paz, seamos todos hijos de Dios”.
Para finalizar, el mandatario regional formuló un llamado a la paz y la calma del pueblo y reiteró su llamado a no utilizar los espacios donde se congrega la fe para convertirlos en tribunas políticas.