El presidente electo en Perú, Pedro Pablo Kuczynski, manifestó su tácita conformidad con la decisión del presidente Ollanta Humala de no indultar al exgobernante Alberto Fujimori, aunque una ley del nuevo Parlamento podría beneficiarlo por su avanzada edad.
Kuczynski dijo que “ha habido una sentencia que lamentablemente hay que cumplir» y reiteró que hay que tener en cuenta las circunstancias de los presos en su condición de edad avanzada y enfermos para que no terminen sus días en la cárcel y cumplan sus condenas en un mejor ambiente, en sus casos.
Según expuso, no indultará a Fujimori pero tendría que aceptar una legislación parlamentaria, de mayoría fujimorista, que otorgaría prisión domiciliaria a todos los reclusos en la condición del exmandatario, quien cumple una condena de 25 años hasta 2032.
Fujimori fue hallado culpable intelectual de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por un escuadrón del ejército conocido como el Grupo Carolina, así como del secuestro de un empresario y de un periodista.
La víspera, Humala afirmó que no lo indultaría porque “como presidente de la República no puedo tomar una decisión sin tener las recomendaciones de la comisión de Gracias Presidenciales».
Humala hizo la declaración en una entrevista con una televisora local y puso fin a conjeturas diversas que hablaban de un supuesto arreglo secreto entre el mandatario y el partido fujimorista Fuerza Popular, mayoritario en el nuevo parlamento.
También se habló de un indulto simultáneo del exgobernante y de Antauro Humala, hermano del mandatario saliente y que cumple prisión por rebelarse junto a un grupo de licenciados del ejército contra el gobierno neoliberal de Alejandro Toledo en 2005.
Sectores políticos, juristas y organizaciones sociales y de derechos humanos rechazan la posibilidad de un indulto a Fujimori, porque la legalidad nacional e internacional prohíbe ese beneficio a quienes hayan sido condenados por la gravedad de los delitos cometidos por el preso.