La Argentina popular de Maradona y la de la discriminación de los rugbiers

Con la partida física del inmortal Diego quedó también al descubierto cómo otro sector del deporte y los negocios resultan a veces enemigos de sus propios pueblos. Hablamos del escándalo generado por Los Pumas, la selección nacional de rugby de Argentina

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La partida física del “Diego de la gente” causó una conmoción mundial, por supuesto en primer término en su patria, Argentina. Se trataba de la despedida al más famoso futbolista de las últimas cuatro décadas y de uno controversial para los poderosos y comprometido y con fallas y aciertos de humano para quienes enfrentan a las élites.

Todos observamos el dolor del pueblo argentino con la noticia infausta. La admiración por quien significó su gran reivindicación en el campo político y deportivo con aquel emblemático triunfo 2 a 0 frente a Inglaterra en el Mundial México 86. Allí ocurrió el gol de “la mano de Dios” y también el que es considerado el mejor gol de la historia de los mundiales.

Fue también un gol al colonialismo, una revancha frente a la humillación y la arrogancia imperial, cuando aún estaba fresco para los latinoamericanos el recuerdo de la guerra de Las Malvinas. Aquel episodio que fue una aventura de la dictadura, y que terminó muy mal para las grandes mayorías del pueblo argentino. Obvio que las Malvinas son argentinas, como el Esequibo es venezolano.

El ídolo del deporte más popular del mundo era un pibe salido de las llamadas “villas miseria” de los suburbios de la ciudad de Buenos Aires, de la Argentina, esas que no salen en las postales, donde se nota el mestizaje del pueblo argentino. Barriadas donde generalmente falta el agua, se interrumpe con frecuencia la electricidad, donde las aguas negras pueden ir por arriba enfermando a todos. Todo aquello que a muchos no les viene a la mente cuando piensan en Argentina.

Maradona representa también esa revancha de los más humildes, y él estaba consciente de eso. Fundador del sindicato de jugadores de fútbol, adversario del poder omnipotente de la FIFA, amigo de Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales. Todo un subversivo latinoamericano para los poderosos. Defectos, también bastantes. Pero era y sigue siendo el “Diego de la gente”. La muestra también de una sociedad hipócrita que lo criticaba por sus adicciones, mientras sus círculos de élites hacen también sus fiestas con narcóticos. Que cuestionaban su trato a las mujeres, pero eran los que ocultaban los abusos a las trabajadoras domésticas, por ejemplo.

Y en Latinoamérica se sintió también eso, cómo los de arriba miraban con desprecio a Diego Armando. Quizás si no les hubiese pisado tantos callos dirían otras cosas, perfumarían su paso. Argentina, su tierra natal, no escapó de ese escenario. Un equipo de rugby y su historia hicieron también revelar, a horas del fallecimiento de Maradona, su rostro de discriminación y desprecio por los humildes. Se trata de Los Pumas, la selección nacional de rugby de Argentina, y de su federación deportiva respectiva, la Unión Argentina de Rugby (UAR).

Tan lejano que asusta

Apenas a horas del fallecimiento de Maradona, en el otro extremo del mundo, Los Pumas enfrentaban a Nueva Zelanda. La selección local rendía un emotivo homenaje al Diego, el equipo argentino apenas un mediocre brazalete con el adhesivo que conocemos en Venezuela como “teipe negro”. Evidentemente que en un evento de selecciones nacionales son las federaciones las que disponen de los homenajes oficiales en cancha. Era evidente que la UAR no quería estar muy vinculada con un tributo al ídolo del fútbol.

Tampoco se notaba mucho la disposición de los llamados “rugbiers” argentinos, que ante el homenaje de los neozelandeses solo mostraban indiferencia. Como si nada había pasado. Dicho episodio se regó como pólvora en la Argentina adolorida y de allí se fueron descubriendo más cosas sobre quiénes eran en realidad como personas esos tipo que parecían de hielo en Nueva Zelanda.

Comenzaron con su capitán, Pablo Matera. En sus redes sociales había abundante material sobre cómo se autobiografiaba el personaje. Citamos algunos: «Sudáfrica Baby Por fin me voy de este país lleno de negros… Ouch!!», «Linda mañana para salir en el coche a pisar negros», «La mucama está hace dos horas haciéndose la que limpia la televisión mientras busca la forma de enchufar los cables de Directv para ver su novela», «El odio a los bolivianos, paraguayos, etc. nace de esa mucama a la que una vez se le cayó un pelo en tu comida».

También en la cuenta de Twitter de Matera, que fue cerrada por él mismo luego de verse descubierto, también había comentarios sexuales sobre menores de edad, mensaje de odio contra los judíos y en general contra los pobres.

Otros de sus compañeros hacían lo mismo en sus redes sociales, manifestar su odio y su discriminación sin rubor alguno, con emoción, con orgullo. Es el caso de Guido Petti, que escribía cosas como: «¿Qué es una mucama embarazada de trillizos? Un kit de limpieza», «Tengo una empleada nueva de 18 años, flaca, morocha (morena) de ojos celestes… Puedo jurar que le pasa el trapo a varias amigas». En muchos otros mensaje se refería a todos los habitantes de las barriadas pobres argentinas como “negros”, en general y en despectivo.

Otro de los famosos rugbiers, Santiago Socino, se burlaba de Hebe de Bonafini o tenía como pasatiempo apuntar contra los judíos: «Qué quilombito (lío) se podría armar en Villa Crespo si Hitler estuviera vivo. Atlanta. El que no salta es un jabón», «Para ser un judío se necesita un corte en el pito…. Un corte en el pito y gastar poquito, para ser un judío».

Lejos de manifestar críticas, varios de los compañeros de los tres personajes salieron a justificarlos, a repetir que Matera “era su capitán” y solo eran algunos “errores” de juventud. Con esto pretendían hacer creer que todo había cambiado porque eran tuits escritos entre 2011 y 2013.

La Unión Argentina de Rugby decidió ante el escándalo suspender a los jugadores involucrados y quitar la cinta de capitán a Pablo Matera. Algo es algo, dirán ustedes los lectores. La cómica y la desvergüenza llegó a los tres días cuando la propia organización federativa decidió levantar las sanciones a los tres “angelitos” y designar nuevamente a Matera como capitán. Para la UAR, “las medidas preventivas» resultaban «innecesarias».

En las últimas horas, otra decisión, esta vez del entrenador de Los Pumas, Mario Ledesma, cambió nuevamente el panorama. Matera, Petti y Socino no fueron convocados a su próximo partido y la banda de capitán también cambió de brazo.

Es curioso que para aquellos para los que los errores de Diego parecían graves afrentas en lo deportivo, que cuestionaban su conducta, poco dijeran de lo que habían hecho estos individuos del rugby y siempre hubiesen callado. Claro, nadie en el mundo pondrá en duda que la huella de Los Pumas en lo deportivo no pasa mucho más allá de Argentina y aún allá no llegaban ni a brisa delante del huracán Diego. Como dicen, en fin: la hipocresía.

Patrocinadores de importantes transnacionales, patrocinadores de importantes empresas argentinas poco han dicho del escándalo de Los Pumas, el equipo que representa esa otra Argentina, la que nos dibujan en muchas postales pero resulta falsa. La que cuestiona a otros como delincuentes pero son los que participan en los robos del Estado que despojaba a las grandes mayorías del pueblo de lo que en realidad les pertenece. Aquella que normaliza la discriminación contra bolivianos, paraguayos y sus propios compatriotas. Que son xenófobos, pero nietos o bisnietos de europeos emigrantes.

No es un hecho aislado para el rubgy argentino. Frecuentemente se divulgan sus excesos de violencia. Lo que escriben en sus redes sociales muchas veces lo llevan a la práctica, inclusive asesinatos. Pero como son de las familias acomodadas casi todo queda debajo de la alfombra por algunas semanas de escándalo en los medios y luego una brutal, como su actitud, impunidad.

El asesinato

Un grupo de rugbiers protagonizó recientemente un crimen en la localidad turística de Villa Gessel, y quedó registrado en videos: mataron a golpes a un chico porque les dio la gana. Porque así son, porque son los hijos de los poderosos, de los influyentes, de los que tapan todo con el dinero, de los imitadores de los fascistas gringos que suelen aparecer en las películas de fútbol americano.

En enero, una patota de rugbiers que aprovechaba el verano del sur también buscaba asesinar. Tenían un grupo de chat, en el que, según las experticias y lo que se filtró a los medios, implicaban al grupo de jóvenes en aventuras violentas, de golpear colectivamente a otros por puro placer o por discriminación.

Aquel 18 de enero, Fernando Báez Sosa murió luego de ser salvajemente golpeado por la horda de rugbiers a las afueras de una discoteca. A pesar de que los relatos indican que había funcionarios de seguridad cerca, nadie logró impedir que los jugadores de rugby perpetraran su crimen.

Han transcurrido 11 meses del crimen de Fernando y aún no hay condenados. Cuando se revisaba la hoja de vida de los implicados casi todos tenían un nexo con el poder económico y político, aquellos que se sentían “avergonzados” de Diego Maradona como argentino.

El padre de Fernando, Silvino Báez, divulgó ayer una carta sobre el tema, la reproducimos a continuación:

T/ Chevige González Marcó
F/ Archivo CO
Caracas