La concejala Marielle Franco fue asesinada con municiones que usa la policía brasileña

Multitudinaria protesta en Río de Janeiro en repudio al asesinato de Marielle y Anderson

Río de Janeiro fue el escenario de una gigantesca concentración de personas que homenajearon a la lideresa que cuestionó la ocupación militar de las favelas

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Un día después de ratificar sus denuncias sobre el terrorismo de Estado ejecutado por el régimen de Michel Temer en las favelas de Río de Janeiro fue asesinada la concejal de izquierda Marielle Franco. Negra, lesbiana y rebelde, tres características que la hicieron blanco del poder oligarca y blanca que se robó las instituciones de Brasil.

Temer pensaba que ofreciendo mano dura y reprimiendo a los pobres que habitan en la urbe carioca iba a ganar popularidad. Apenas 5% de los brasileños aprueban su mandato, quería un golpe de efecto para cambiar el paisaje, pero todo indica que su siniestra jugada le salió al revés.

La brutalidad del crimen contra Marielle y Anderson, el chofer del vehículo donde se trasladaba, levantó una indignación continental. En toda Suramérica, entre los temas más mencionados en la red social Twitter estaba la condena al atentado político que sacudió ayer al gigante amazónico. En las calles de Río de Janeiro la indignación tomó las calles con multitudinarias manifestaciones de dolor y repudio. También en la emblemática avenida Paulista de Sao Paulo, en todo Brasil hubo un estruendo de rechazo.

No fue cualquier crimen político, fue la continuación de la escalada de represión y terror para evitar la fuerza del pueblo. Fueron a la médula, Marielle era la relatora de la comisión del Concejo Municipal de Río que fiscalizaría la intervención militar de las favelas. En un país donde la mayoría de los integrantes del Congreso están vinculados con hechos de corrupción, valdría pensar si no hubiese sido más efectivo militarizar el Parlamento.

Todo los indicios suponen que hubo una planificación deliberada, no era gratuito atacar justo a quien lideraba los cuestionamientos a la opresión en los cerros de Río. Los atacantes no se llevaron ninguna pertenencia.

Temer evadido

Durante las protestas en Río no hubo presencia de la Policía Militar. Temer, quien tenía prevista una agenda propagandística para promover la intervención militar, suspendió su viaje a Río de Janeiro.

«¡Por Marielle, eu digo não, eu digo não à intervenção!”, era una de las consignas que entonaba la multitud y que seguramente espantó a Temer ante cualquier vaga idea de mantener sus planes de visitar Río de Janeiro.

La diputada del Partido Comunista de Brasil Jandira Feghali explicaba ante la multitud los motivos políticos del crimen: “Marielle murió porque sintetizaba las tres opresiones que tenemos en el país: la opresión de género, la opresión de clase y la opresión racial, este fue un crimen político”.

Municiones de la Policía Federal

Las primeras investigaciones sobre el asesinato de Marielle y Anderson demuestran que las municiones con las que le cegaron la vida provienen de un lote vendido a la Policía Federal en Brasilia en el año 2006. Se trata de balas que jamás llega a personas que no sean integrantes del cuerpo policial.

La munición del tipo UZZ-18 es original, no fue recargada, pertenecía inequívocamente a la Policía Federal, a menos que dentro de esta institución fuese vendida de contrabando. Trece disparos lanzaron contra el vehículo donde se movilizaban Anderson y Marielle. Además, 346 reales en efectivo y tres celulares no fueron siquiera tocados por los criminales.

Los asesinos, que usaron dos carros para cometer el crimen, fueron captados por cámaras de seguridad.

T/ Chevige González Marcó
F/ Agencias
Caracas