La conquista de Guayana facilitó el nacimiento del Correo del Orinoco

La campaña militar que puso a Guayana bajo dominio patriota le permitió a El Libertador echar las bases de la naciente república y planificar la ofensiva final de la guerra independentista, acompañado de un poderoso medio de comunicación

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En abril de 1817 El Libertador Simón Bolívar cruza el río Orinoco por primera vez, en medio de la Campaña Libertadora de Guayana . Luego de la conquista de ese inmenso territorio, tras la toma de Angostura y Guayana La Vieja, según coinciden la mayoría de los historiadores, se despeja y se aclara el horizonte para la causa patriota. Bolívar pisó por primera vez las calles empedradas de Angostura el 11 de agosto de 1817. Allí montó su cuartel general y comenzó a despachar.

La decisiva victoria de Manuel Piar en la Batalla de San Félix, el 11 de abril de 1817, había despejado el camino.

La Campaña Libertadora de Guayana tiene en José Gil Fortoul (Historia Constitucional de Venezuela), una de sus fuentes documentales.

Fortoul afirma : “Dueños así los patriotas del Orinoco y sus márgenes, dueños también de gran parte de la provincia de Barinas, donde Páez acosaba al ejército de Morillo, la causa de la independencia no podrá ya ser destruida por más reveses parciales que sufran… Bolívar comprendió que el porvenir era suyo”.

La historiadora Hildelisa Cabello Requena, autora del libro El papel protagónico de Guayana en la Independencia Suramericana, 1817-1821, cita a Armando Rojas, quien narra la febril actividad de Bolívar en Angostura.

“A partir de ese momento el panorama de la patria se ilumina con una nueva luz. La energía que despliega el héroe es inagotable, su movilidad, asombrosa. Está presente donde el momento lo requiere. Su cabeza parece un volcán en ebullición. Desde su cuartel general en Angostura concibe planes para la guerra, planes para la paz, planes para Venezuela, para la Nueva Granada y para la América entera”.

Entre sus planes estaba un periódico.

Gil Fortoul agrega:

“Bolívar veía alto y lejos. (…). Era pues, urgente convertir el Gobierno, de hecho, en un aparato siquiera de régimen constitucional, para demostrar al extranjero que ya la naciente república no se apoyaba solamente en el éxito de las armas. Un año antes, semejante medida hubiera sido prematura, y peligrosa por las veleidades de insubordinación de los jefes patriotas Piar, Arismedi, Mariño. Ahora estaba indicada por la circunstancia misma de sentirse el Libertador bastante fuerte para sofocar toda iniciativa de disidencia, como sucedió con la de Páez o de sus oficiales. Angostura, que no fue hasta entonces sino un cuartel, se transformó en verdadera capital con el concurso de las más notables ilustraciones civiles. Allí se hallaban Fernando Peñalver , Martín Tovar, Francisco Javier Yánez, Juan Germán Roscio, José Luis Ramos, Diego Bautista Urbaneja, Manuel Palacio Fajardo y los granadinos Francisco Antonio Zea , Fernando Serrano, Francisco de Paula Santander, José María Salazar, y de tan brillantes colaboradores se aprovechó Bolívar para sacar a la luz un periódico que con el título de Correo del Orinoco fue por dos años el ariete intelectual de la empresa libertadora.

El soñador

Señala Armando Rojas que cuando Bolívar el 8 de abril cruza el Orinoco, venía a continuar su sueño, el sueño que comprendía y explica su energía.

“Hace 12 años que viene soñando. Empezó a soñar una cálida tarde de agosto romano en el Monte Sacro, con el Tíber a sus pies. Soñó a orillas del Guaire. La Cuadra de Bolívar fue ciertamente una casa de vigilia y de gesto alerta frente a los movimientos del Corso en España. Pero también fue un refugio para los grandes sueños que su tenacidad y heroísmo habrían de convertir en realidades. Soñó en Cartagena y su sueño se convirtió en la Campaña Admirable . Soñó en Jamaica, y su sueño plasmado en la Carta genial aún constituye una meta para los pueblos de América”.

El sueño libertario de Bolívar, había sido expuesto, en una suerte de delirio, durante el incidente de la laguna de Casacoima, el 4 de julio de 1817, en el asedio de Guayana La Vieja, en que, junto a otros compañeros, estuvo a punto de ser capturado por los realistas. Bolívar se lanzó a las aguas de la laguna, llenas de lodo y matorrales. Salvados milagrosamente, llegan al trapiche de Casacoima. El héroe presentaba un estado febril. Le dan bebidas calientes. Comienza a proferir palabras y sus oficiales pensaban que estaba loco .

“No sé lo que tiene dispuesto la providencia, pero ella me inspira una confianza sin límites. Salí de Los Cayos, solo,en medio de algunos oficiales, sin más recurso que la esperanza, prometiéndome atravesar un país enemigo y conquistarlo. Se ha realizado la mitad de mis planes: nos hemos sobrepuesto a todos los obstáculos hasta llegar a Guayana, dentro de poco rendiremos a Angostura, y entonces… iremos a liberar a Nueva Granada, y arrojando a los enemigos del resto de Venezuela, constituiremos a Colombia. Enarbolaremos después el pabellón tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra obra de libertad a la América del Sur y asegurar nuestra independencia, llevando nuestros pendones victoriosos al Perú: el Perú será libre”.

El grueso de historiadores coincide en calificar la creación del Correo del Orinoco como uno de los grandes aciertos de Simón Bolívar.

Pedro Grases en su ensayo Impresos de Angostura, incluido en el libro Escritos Selectos, Biblioteca Ayacucho, afirma que el taller del impresor instalado en Angostura en 1817 “…es un prodigio del esfuerzo del Libertador, a la par de una de una de sus más clarividentes previsiones para llevar a cabo la emancipación. Es bien sabido que el Libertador juzgaba que la imprenta era indispensable para la realización de sus propósitos de libertad e independencia para los pueblos americanos. Apenas se sintió con pie firme en Guayana se empeñó en disponer de un taller tipográfico que hiciese una más rápida y amplia comunicación con los ciudadanos de su naciente Estado y divulgase las noticias a los países del exterior”.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
Caracas