La huella de Fidel  en 60 años de Revolución Cubana

I

Se cumplieron, el pasado sábado 7 de diciembre, 30 años de aquel histórico acto (Cacahual, 1989), cuando el comandante eterno de la Revolución Cubana Fidel Castro, inmortalizó a los héroes internacionalistas de su país, que ofrendaron sus vidas cumpliendo misiones humanitarias en el exterior.

Recordó Fidel que fue un 7 de diciembre cuando “cayó, junto a su joven ayudante, el más ilustre de nuestros soldados, Antonio Maceo. Sus restos yacen aquí, en este sagrado rincón de la patria”.

El patriotismo y el internacionalismo fueron reivindicados por Fidel como dos de los más hermosos valores atesorados por el ser humano.

Cuando observamos los procesos de la humanidad constatamos que existen hechos históricos que están labrados como petroglifos sobre rocas metamórficas, que ni el tiempo ni nadie pueden borrar.

La lucha de los pueblos por alcanzar su liberación. Nobles propósitos emancipadores que son claro ejemplo de un profundo sentimiento humanista.

Y justo es reconocer que el pueblo cubano y su revolución a lo largo de su historia, y a pesar de las limitaciones impuestas por el imperialismo yankee, han dado permanentes demostraciones de solidaridad, en diversas latitudes del orbe.

Inquebrantable la gesta emprendida por Fidel contra el colonialismo y el proceso de recolonización que las potencias imperiales llevan adelante con el propósito de dominar el universo.

El “capitalismo salvaje”, con su economía de rapiña, sus antivalores, y sus métodos hegemónicos pretende impedir que los pueblos alcancen su soberanía, su independencia, y su felicidad.

Pero los pueblos del mundo son irreverentes. La confrontación histórica de hoy no es otra que socialismo vs. capitalismo. Los pueblos no pueden seguir siendo instrumentos de las potencias capitalistas, para que perpetúen sus desmedidas e inhumanas ansias de riqueza y de poder.

Los pueblos despiertan del letargo a que han sido sometidos por las potencias imperiales. Y como un huracán humano emprenden nuevas luchas libertarias. Avanzan hacia la edificación de nuevos modelos de desarrollo con justicia social.

Afirma Fidel que “… la revolución no se puede importar ni exportar; un Estado socialista no se puede fundar por inseminación artificial o simple trasplante de embriones. La revolución necesita las condiciones propicias para ello en el seno de la propia sociedad, y solo cada pueblo puede ser su propio creador.”

El imperialismo en sus pretensiones por sobrevivir se propone recolonizar a los países en desarrollo. Por eso vivimos en un mundo en donde se han restablecido oprobiosas prácticas fascistas. El imperio, en sus pretensiones hegemónicas, se cree dueño del mundo; restituye las ambiciones de Hitler de dominar el mundo.

El imperialismo cree tener derecho a intervenir abiertamente y a agredir a los países en desarrollo. De la manera más aviesa viola el principio universal de no intervención en los asuntos internos de otras naciones.

II

A lo largo de sesenta años la Heroica Cuba ha logrado resistir el bloqueo económico y las más difíciles prácticas de asedio a que ha sido sometida por el imperio. Hoy podemos decir que Cuba y su revolución han salido victoriosas.

Y esto ha sido logrado porque el comandante de la Revolución Cubana, Fidel Castro, sembró un sentido de amor patrio en la conciencia de cada cubano.

Fidel entendió que el pueblo es el sujeto fundamental de todo proceso de transformación. Que la emancipación no sería posible de alcanzar si en su conciencia no se arraigaba el sentimiento patrio. Fidel entendió que para hacer realidad la revolución era necesario producir una identidad simbiótica entre pueblo y Gobierno revolucionario.

III

Inconmensurable es el legado de Fidel. Su prédica política siempre estuvo guiada por un profundo sentimiento humanista. Humanismo engendrado en la propia razón humana fomentada por la relación con el otro, con los otros, como iguales, aunque diversos. Humanismo que el enciclopedismo no logró definir a plenitud, y que fue desnaturalizado por el liberalismo capitalista.

Humanismo es la manera como Cuba se relaciona con los demás pueblos del mundo: solidaridad, cooperación, fraternidad, principios que han guiado a la Revolución Cubana en sus años de existencia.

Cooperación solidaria que se expresa en la presencia de técnicos, médicos y educadores cubanos en decenas de países del universo.

En la instalación de la VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, celebrada en La Habana, Fidel se preguntaba:

“¿Qué se le puede impugnar a Cuba? ¿Qué es un país socialista? Sí, somos un país socialista, pero a nadie ni dentro ni fuera del Movimiento pretendemos imponer nuestra ideología y nuestro sistema. ¡Y no tenemos nada de qué avergonzarnos por ser socialistas! ¿Que hicimos una revolución radical en Cuba? Sí, somos revolucionarios radicales, pero no pretendemos imponer a nadie, y mucho menos al Movimiento de los No Alineados, nuestro radicalismo”.

Y agregó Fidel “…Somos decididamente antiimperialistas, anticolonialistas, antineocolonialistas, antirracistas, antisionistas, antifascistas, porque esos principios forman parte de nuestras concepciones y están en la esencia, el origen, la vida y la historia del Movimiento de los Países No Alineados desde su fundación”.

IV

Fidel se preguntaba igualmente: “¿Qué es la historia de Cuba si no la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de América Latina si no la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos estos pueblos si no la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en el mundo entero?”.

Al triunfar la Revolución en Cuba, América Latina se encontraba totalmente bajo la hegemonía del imperialismo estadounidense. La Revolución Cubana fue la precursora de una nueva era histórica. Amplias perspectivas de liberación se abrieron para millones de humildes y desposeídos, en su lucha para terminar con la opresión.

En febrero de 1962, Fidel Castro lanzó su trascendental II Declaración de La Habana. En ella afirmó que el movimiento de liberación contemporáneo latinoamericano era indetenible.

América Latina y el Caribe constituyen una región que ha sido expoliada de sus recursos naturales y sometida al genocidio de sus pobladores, desde la época colonial. Después de las guerras de independencia y, hasta ahora, se ha impuesto el neocolonialismo que se mantiene, principalmente, a través de gobiernos tutelados que responden a los intereses del imperialismo.

La unidad y la integración nuestramericana son elementos fundamentales de la visión estratégica del líder de la Revolución Cubana, que bebió en el legado de José Martí y Simón Bolívar.

Fidel afirmó que la integración de América Latina y el Caribe se debe fundamentar en la unión política y económica entre sus naciones, en la búsqueda de su desarrollo autónomo y soberano. Naciones liberadas de la hegemonía yankee.

Para Fidel la integración latinoamericana y caribeña tiene un alcance multidimensional. Es una interacción entre procesos políticos, sociales y culturales de los pueblos.

Relevantes son los logros que Cuba y Fidel impulsaron en América Latina en los campos de la salud, el deporte y la educación.

El internacionalismo de la Revolución Cubana ha devenido en una práctica constante de solidaridad y cooperación, como nunca se ha visto en el mundo.

Con la creación del método audiovisual «Yo sí puedo”, Cuba ha ayudado al mundo a alcanzar la alfabetización de millones de personas, y gracias a su aplicación países como Venezuela y Bolivia se declararon libres de analfabetismo; en Haití miles aprendieron a leer y a escribir.

En el año 2002, los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez dieron impulso inicial a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que promueve un proceso de integración alternativo a los esquemas existentes en la región. Tiene su base en la solidaridad y la complementariedad entre los pueblos de nuestra América.

V

Durante el gobierno del comandante Chávez, Fidel viajó a Venezuela en 11 ocasiones; incontables las veces que el líder de la Revolución Bolivariana visitó a Fidel en La Habana.

Un histórico y fuerte abrazo se dieron Hugo Chávez y Fidel Castro el 13 de diciembre de 1994, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana. Se dio, así, inicio a una estrecha relación de amistad, que marcó una nueva era revolucionaria para el continente latinoamericano y el mundo.

Ahora quisiera recordar las palabras de Hugo Chávez con ocasión de celebrarse el 80 cumpleaños de Fidel, en agosto de 2006:

“Fidel es un gran detector de problemas, como un matemático, un Pitágoras, un Pitágoras social, él es un gran matemático social, para solucionar los problemas de los pueblos, creo que, de tantas, tantas cosas que admiro de Fidel, de esos 80 años de inmensidad, esa es una de las que más admiro y trato de imitarlo. Fidel puede ser como un padre, un padre más allá de las dimensiones humanas, más allá de las dimensiones de los formatos, y yo pudiera pensar que él me ve a mi como si fuera un hijo.”

VI

Los venezolanos recordamos con gran satisfacción aquellos días de diciembre de 1994, cuando nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez Frías, visitó -por vez primera- a la República de Cuba, meses después de haber recobrado su libertad al comandar la heroica rebelión militar del 4 de febrero de 1992.

Hugo Chávez fue recibido por el presidente Fidel Castro, con los honores que se le brindan a un Jefe de Estado. Apoteósico recibimiento que los venezolanos agradeceremos por siempre.

En la conferencia dictada en la Ilustre Universidad de La Habana, el comandante Hugo Chávez, y ante una pregunta acerca de si era la primera vez que visitaba Cuba, respondió:

“… por primera vez vengo físicamente, porque en sueños a Cuba vinimos muchas veces los jóvenes latinoamericanos. En sueños a Cuba vinimos infinidad de veces, los soldados bolivarianos del Ejército venezolano, que desde hace años decidimos entregarle la vida a un proyecto revolucionario, a un proyecto transformador. Así que, de verdad, agradezco este nuevo honor que me hace el presidente Fidel Castro (…) A él le dije: Yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día, en los meses y en los años por venir”.

Hugo Chávez y Fidel Castro se hermanaron en sus sueños libertarios. Allí están esos dos gladiadores; dos Quijotes que nos guían para que nos mantengamos indoblegables en la lucha por la liberación de nuestros pueblos.

Cuba y Venezuela son hoy para el mundo, lo que fuera en su tiempo el Faro y la Biblioteca de Alejandría para oriente y occidente.

Y el sueño se ha hecho realidad. Desde 1999, año en que Hugo Chávez asumió la Presidencia de Venezuela, las relaciones entre Cuba y Venezuela, entre la Patria de Bolívar y la Patria de Martí se han ensanchado al infinito. Nos hemos convertido en un solo pueblo hermanado por el mismo ideario.

Y es que la relación entre la Revolución Cubana y la Bolivariana no es circunstancial. Es una relación duradera que se sustenta en principios políticos, económicos y sociales compartidos. Cada una de acuerdo con su propia realidad.

¡Qué viva Fidel!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Muchas gracias!

* Cortesía de la Misión Permanente de la República Bolivariana de Venezuela
ante la Oficina de las Naciones Unidas, y demás Organismos
Internacionales con sede en Ginebra.
La Pastorale/Route de Ferney/Ginebra/Suiza

Asunción del nuevo Presidente de la República Argentina

El enviado de Trump se equivocó de país

Tenía que ser Clarín, el diario cómplice de la dictadura de 1976 y eterno desestabilizador de cualquier gobierno soberano, el que diera la noticia sobre la “indignación” del funcionario estadounidense Mauricio Claver-Carone por la presencia del ministro de Comunicación de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Rodríguez y del expresidente de la Revolución Ciudadana de Ecuador, Rafael Correa. Ambos habían sido invitados por el nuevo presidente Alberto Fernández para que participaran en la asunción del mando, y esto enervó al enviado de Trump, el prepotente Claver-Carone que seguramente creyó que estaba arribando a una de las tantas colonias o gobiernos sumisos (como los del Grupo de Lima) que aun le rinden pleitesía al imperio. Pero no, Argentina no es eso mister Trump, para desahogo y dicha de nuestro pueblo ya no gobierna su súbdito Mauricio Macri. Por eso, su actitud despreciativa está de más e hizo bien en irse anticipadamente, porque como siempre dicen los bolivarianos de esa Venezuela que usted desearía invadir, y nosotros ahora repetimos: “este país se respeta”.

Pero veamos quién es este personaje que se llevó por delante el protocolo diplomático con su actitud más que desubicada. Se trata de un cubano-estadounidense, acérrimo defensor del bloqueo a Cuba. Tanto, que fue uno de los que no dudó en demostrar su desprecio a la actitud un poco más flexible que había encarado en su momento el gobierno de Barack Obama.

Abogado de profesión, nacido en Miami y estrechamente ligado a la “gusanera” anticubana, Claver-Carone ejerció el titulo defendiendo los intereses de multinacionales (como no podía ser de otra manera), además de ser Director Ejecutivo interino de Estados Unidos ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). Actualmente es Director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU.

Siempre ha sido tan extremista en manifestar su odio al Gobierno revolucionario cubano, que en declaraciones a la prensa miamense llegó a decir que “por fin el dictador sangriento ha dejado este mundo”, cuando ese gran humanista y rebelde por antonomasia que fue el comandante Fidel Castro falleciera. También fue Director Ejecutivo del Comité de Acción Política EEUU-Cuba Democracy PAC, un lobbie ultraderechista que relevó en Washington a la Fundación Nacional Cubano Americana y se opuso a leyes que pudieran “financiar la maquinaria represiva” de lo que él denomina “dictadura cubana”.

Por todos estos antecedentes es lógico que el provocador enviado de Trump quisiera irse rápido, ya que no podía soportar compartir el mismo espacio con dos patriotas como Rodríguez y Correa, ya que pudiera correr peligro de “contaminarse” de un izquierdismo que horroriza a sus jefes estadounidenses.

Al huir, rabioso y consternado, Claver-Carone suspendió el encuentro que tenía pautado con el canciller Felipe Solá, creyendo que con ese portazo podía asustar al nuevo Gobierno. Pero no fue la única huella que dejó con su partida ya que previamente había metido sus narices en donde no debía, al entrevistarse con una enviada del autoproclamado Juan Guaidó que quiso y no pudo ser su “embajadora” en Argentina.

Hay que recordar que la Administración que reside en Washington había manifestado serio disgusto por el comportamiento solidario de Alberto Fernández con el presidente boliviano Evo Morales cuando le ayudó a salir de su país para evitar que el fascismo (ahora en el gobierno de facto) intentara asesinarlo.

Eso tampoco estaba “pautado” en la Agenda Trump, que previamente había pronosticado “buenas relaciones” con el nuevo Gobierno argentino, pero su soberbia y actitud injerencista fue más fuerte que cualquier intento de “seducción” o “cooptación”. Ahora, que Claver-Carone pateó el tablero tras previa consulta con el multimillonario supremacista, ambos quisieron demostrar que se sienten ofendidos, porque lo que creían que era una republiqueta bananera, se convirtió a sus ojos, de buenas a primeras en una República que no está dispuesta a que le impongan vasallaje.

T/ Carlos Aznárez