La impuntualidad

A los tantos errores señalados por el presidente Chávez, en una de sus intervenciones no hay otra cosa que nos defina como venezolanos que no sea la impuntualidad.

Esta costumbre tan venezolana, es en muchos casos, la causa  por donde comienza a manifestarse la desarmonía  en un grupo , por el hecho de que al ser convocados para una hora determinada, comenzamos a llegar, uno a uno , hasta que por fin se abre el evento o lo que fuere, una hora o más tarde de lo que se ha convocado.

Aquí no cuenta para nada el dicho muy conocido y muy antiguo  “el tiempo es oro…”

A mi manera de ver las cosas, sin pretender dictar cátedra sobre esta materia, estoy más que segura de que haríamos una gran contribución  a esta Revolución Bolivariana si tomáramos en cuenta estas sugerencias que -de vez en cuando- nos permitimos mencionar con el mayor respeto a ciudadanas y ciudadanos.

Otra rasgo que nos identifica como venezolanos se refiere a nuestra manera de hablar imprecisa e indeterminada.

Decía alguien con gran acierto que “somos el país del más o menos, del más acaíta y más allaíta, más arribita y más abajito, etc. Esto viene a mi memoria porque al querer, por cualquier razón, obtener una hora puntual, no hay forma de  precisarla.

Como me sucedió cuando necesité de alguien para realizar un trabajo y la hora que me dio fue que vendría en la tardecita. Al insistir en que me fijara una hora determinada, no hubo forma de obtener la hora exacta.

Por qué esta costumbre está tan arraigada en el comportamiento venezolano ¿Por qué en Caracas y en Venezuela entera nunca es ninguna hora.

En Caracas, por ejemplo pueden haber tantas horas como relojes que indiquen la misma hora. En una sola cuadra puede haber un reloj que marque las once y cinco, otro que esté dando las diez, otro en el cual faltan veinte para las once, sin contar los que están parados desde hace mucho tiempo.

Para poner fin a esta anarquía cronológica, el Gobierno instituyó una hora oficial y la Cantv estableció el servicio del 119 para cumplir con el servicio especial. A veces nos resulta mejor llamar al 119, si queremos asegurarnos de la hora, que confiar en nuestros propios relojes.

En Caracas o en cualquier lugar del país, una pregunta tan sencilla como ¿qué hora es? se convierte en un acertijo o en una pregunta absurda.

Recomendamos  a las venezolanas y los venezolanos que para comenzar a ser puntuales tenemos que tener en nuestros relojes la hora oficial.

T/ María Lucía Díaz de Nazoa
Caracas

Donde conosco al menos si les llego lo que se escribe