La IV República se caracterizó por la corrupción descarada e impune

En la actualidad, el Estado venezolano da ejemplo al mundo en la lucha contra la corrupción, al atreverse a iniciar una verdadera cruzada en contra de las mafias que funcionan como carteles, en la industria de hidrocarburos y principalmente en Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa).

Como bien los señaló hace unos días atrás el ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Jorge Rodríguez, quien expresó que pocos países en el mundo se han atrevido a realizar una lucha anticorrupción como la que ha emprendido el Gobierno Bolivariano en estos últimos meses con el fin de sanear a la principal industria del país.

Sin embargo, la mediática burguesa insiste en asegurar que nunca ha existido tanta corrupción como ahora. En realidad, lo que nunca se había visto, sino hasta ahora, era la explícita voluntad de la dirigencia política gobernante, de llegar a fondo con los casos de corrupción, hasta sus últimas consecuencias y caiga quien caiga.

No olvidemos, que tal y como lo aseguró en su momento el Comandante Hugo Chávez, la rebelión popular de El Caracazo en 1989 y la rebelión cívico- militar del 4 de febrero de 1992, tuvieron su origen en la indignación del pueblo ante la falsa democracia adeco-copeyana que se dedicó a desfalcar al país y convertirlo en un verdadero nido de delincuentes de cuello blanco que actuaban impunemente.

Recordar es vivir

Solo para traer a la memoria los cientos de miles de casos de corrupción que se denunciaron en la Cuarta República, mencionaremos los recordados recientemente por La Iguana TV en un artículo publicado:

Robo en el Terminal de La Bandera. 300.000 millones de bolívares de desfalco a la nación por obras. Reponsable: Antonio Ledezma

Robo de 5.000 millones de Inmerca (Instituto de Mercados Municipales); responsable: Antonio Ledezma

Al exalcalde ahora prófugo de la justicia, también se le ha señalado de dolo en la concesión a la empresa Hai-China, en el Cementerio General del Sur, por un monto de 1.500 millones de bolívares anuales durante 20 años.

Pero las actividades ilícitas subían de categoría y eran perpetradas no solo por funcionarios medios, sino también por integrantes del Ejecutivo, incluso por los propios presidentes.

De este modo, el mencionado trabajo destaca entre los casos de corrupción más rimbombantes los siguientes:

Desvío de fondos a Nicaragua: 100 millones de dólares. Responsable: Carlos Andrés Pérez

Robo de maíz africano. 100 millones de dólares. Responsable: Luis Herrera Campíns

Robo con el barco “Sierra Nevada”. 400 millones de dólares. Responsable Carlos Andrés Pérez

Robo con la Manzopol (Policía de Manzo González “Jeep” y armas) para el CEN de AD 180 millones de dólares. Responsable: Jaime Lusinchi

Robo en Recadi. 122 millones de bolívares. Responsable: Jaime Lusinchi.

Robos en los Bancos Progreso y Latino y . 90.000 millones de bolívares. Reponsables: Luis Herrera- Orlando Castro

Desfalco y robo durante el período conocido como Viernes Negro-alza del dólar. 300.000 millones de dólares. Responsables: Luis Herrera Campíns y Leopoldo Díaz Bruzual “el Búfalo”

Robo con cuentas mancomunadas. 1200 millones de dólares. Responsables: Cecilia Matos y CAP. -Robo de 700 millones de bolívares. Vinicio Carrera (Luis Herrera)

Robo en el Banco de Los Trabajadores (BTV). 1.800 millones de bolívares. Responsables: Carlos Ortega y CAP

Robo en la Fundación del Niño. Responsable: Rafael Caldera.

Robo en el Centro Simón Bolívar. 600 millones de bolívares. Con autobuses Ícaros. Diego Arria y CAP

Robo de 20 millones de bolívares. En barras de oro del Banco Central de Venezuela y depositadas en Chase Manhatan Bank

Pedro Tinoco y Rafael Caldera. Responsables del robo de 10.000 millones de bolívares del Instituto de Crédito de los Trabajadores (Incret). Ciudad Vacacional Los Caracas

Robo en la empresa Cemento Andino. 1.000 millones de bolívares. Responsables: Williams Dávila y CAP

Robo de prestaciones de los trabajadores del INH. 1.500 millones de bolívares. Responsables: Banca Ibáñez y Jaime Lusinchi

Robo y quiebra de la empresa Viasa, el Estado perdió más de 65.000 millones de bolívares. También el saqueo de 1.720 millones de bolívares en el negocio de la privatización de la Cantv. Responsable: CAP

Robo de 5.000 millones de bolívares/año a Pdvsa para ONG Primero Justicia

Tres perlas

En un interesante trabajo publicado por Ernesto J. Navarro hace ya algún tiempo, podemos recordar a fondo tres casos emblemáticos que describiremos a continuación:

Banco de los Trabajadores de Venezuela

Esta entidad bancaria fue fundada en la década de los 60, con el objetivo de “favorecer” a los trabajadores. Nos dice Navarro en su trabajo que en realidad “se convirtió en un búnker de Acción Democrática (AD) a través del férreo control burocrático ejercido por la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV)”.

“El Banco de los Trabajadores de Venezuela, tristemente recordado por sus siglas BTV evidenció, una vez más, que la partidización de las instituciones del Estado, durante los gobiernos del Pacto de Punto Fijo, consolidaron los peores vicios republicanos y extendieron patente de corzo a la campeante y siempre impune corrupción”, describe el comunicador.

El BTV adquirió compromisos que sobrepasaron su liquidez, incluyendo costosas campañas publicitarias para captar mayor número de ahorristas. Mientras estos crecían, aumentaban las irregularidades.

En 1982, el banco es intervenido. Navarro cita que según el diccionario de la Corrupción en Venezuela “dentro de las irregularidades presentadas se destaca la concentración para el otorgamiento de los créditos hacia los tres principales deudores (Gobierno, una empresa filial del banco y Coracrevi- CTV)”. El principal responsable era su director Eleazar Pinto.

Los ahorristas se quedaron en el aire con el quiebre del banco. Los medios anunciaron la detención de los expresidentes de la CTV y del BTV, Antonio Ríos y José Vicente Sánchez Piña, quienes a las dos semanas fueron puestos en libertad.

Los jeeps de Ciliberto

El ministro de Relaciones Interiores de la época José Ángel Ciliberto, utilizó dineros públicos para comprar vehículos para Acción Democrática. La Casa Militar, custodia del Presidente de turno, recibió el lote. Nadie vio los vehículos. Una década más tarde se encontraron tres culpables, aclara Navarro.

“Según se hacía constar en el oficio del MRI número 4027000-58, fechado el 11 de julio de 1988, dirigido al coronel Ramiro Zambrano, subjefe de la Casa Militar, el despacho ministerial a cargo de José Ángel Ciliberto, hacía entrega de un lote de 15 vehículos rústicos marca Jeep. Al día siguiente, por medio del oficio número: 4027000-61, se entregaban al edificio militar otros 5 jeep que sumaban un total de 20.

Pero estos vehículos, en realidad fueron utilizados para la campaña electoral de AD.

“Aunque la prensa nacional obtuvo copia de los oficios mediante los cuales MRI entregaba los jeep a la Casa Militar, el destinatario de tales documentos, coronel Ramiro Coromoto Zambrano declaró el 22 de junio de 1989: “nunca vi los jeep en Miraflores”, destaca la investigación.

“Lo cierto es que el entonces ministro Ciliberto, había utilizado el dinero de la partida secreta de dicho ministerio (unos 337.060 dólares americanos entregados por el presidente Lusinchi) para la adquisición, no solo de los 20 jeep denunciados por la prensa, sino de un total de 65 que fueron repartidos luego por la secretaria privada del presidente, señora Blanca Ibáñez”, prosigue.

Una década después los responsables Ciliberto, Ibáñez y Jorge Mogna, director general sectorial de Administración y Servicios y adjunto a la secretaría de finanzas de AD, fueron absueltos de esta causa «porque transcurrieron los cinco años que establece la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público para que caduque la acción penal, más la mitad de esos cinco años para un gran total de siete años y medio, y en consecuencia, la Corte Suprema de Justicia decidió en forma definitiva la prescripción de la acción penal en relación al caso. Entonces se demostró la existencia de intocables de la política.

El chinito de Recadi

En 1983, el Gobierno del copeyano Luis Herrera Campíns creó un organismo llamado Recadi (Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales) con el objetivo de, supuestamente, frenar la fuga de capitales del país a través de un sistema de tipos de cambio diferencial y controles de capital.
“Esta organización manejó a sus anchas todas las divisas que circularon por las cuentas bancarias desde 1983 y hasta 1989, sin que nada -al menos hacia el conocimiento público- diera cuenta de la oscura procesión que se movía por dentro”, explica Navarro.

“Jaime Lusinchi (AD) toma posesión de la Presidencia de la República el 2 de febrero de 1984, bajo el llamado proselitista del “pueblo, pongamos al país en marcha”. El testigo en las riendas del poder nacional se lo entrega Herrera Campíns. De esta manera y por cuarta vez consecutiva, la Presidencia pasa de adecos a copeyanos y viceversa… era la época de esplendor del Pacto de Puntofijo”, prosigue Navarro.

Durante ese período emblemático de la Cuarta República, Recadi fue la gallinita de los huevos de oro de adecos y copeyanos.

En 1989, Cap II tomó la decisión de liquidar el organismo. De inmediato, desde el Congreso Nacional se denunció el “aprovechamiento fraudulento de fondos públicos, utilización de dólares preferenciales para fines distintos a los declarados, sobre facturación de importaciones y soborno”.

CAP ordenó una exhaustiva investigación sobre “un posible fraude a la nación, derivado de la sobrefacturación de importaciones con dólares preferenciales, autorizados por Recadi a varias empresas del sector privado durante 1988, y cuyo monto podía ascender a 2.500 ó 3.000 millones de dólares».

La lista de los peces gordos era grande, entre ellos el mismo Jaime Lusinchi. Pero ninguno cayó. También se vieron involucradas empresas verificadores internacionales: Société Généralé Surveillance Caleb Brett, Bureau Veritas.

Por este caso solo Ho Fuk Wing, resultó el único detenido que purgó condena por el caso Recadi. Lo más increíble fue que su detención se produjo por accidente tras cometer una infracción de tránsito. Fuk Wing pasaría a engrosar el imaginario popular como el Chinito de Recadi, describe Navarro,

T/ Redacción CO
F/ Agencias
Caracas
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