La José Ángel Lamas está a la altura de las mejores escuelas del mundo

Escuela Superior de Música José Ángel Lamas en la avenida Urdaneta

Desde hace cinco años el profesorado, el estudiantado y demás personal de esta venerable institución, desempeña sus labores en medio de las incomodidades de un sótano de la Biblioteca Nacional, a la espera de la paralizada remodelación de su antigua sede. La Lamas es la más antigua escuela de música del país y la de mayor prestigio y renombre

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Aunque Yazmira Ruiz tiene 26 años como profesora de canto lírico en la Escuela Superior de Música José Angel Lamas todavía no aspira a jubilarse. El año pasado le correspondía disfrutar del beneficio, pero se rehusó. ¿Cómo abandonar una institución a la que ama y a la cual está atada desde los nueve años? En esta semana se le vio sentada frente al piano con sus dedos pulsando notas en el teclado en el fondo de un inmenso salón. Allí impartía la respectiva clase personalizada de canto lírico a Luis Fernández, un joven de Maracay, estado Aragua, cursante del sexto año, y quien es uno de sus alumnos más aventajados.

Clases de guitarra con el maestro Leopoldo Igarza

Relata que entró con nueve añitos a la escuela Lamas cuando todavía no se había construido la avenida Urdaneta. La escuela se extendía como hasta la mitad de lo que es hoy la avenida. Contaba con salones grandes, pero le quitaron espacio para dar paso a la vía. Atrás estaba un patio donde el maestro Vicente Emilio Sojo tenía unos gatos.

En la institución esta pastoreña estudió teoría y solfeo, canto, armonía. Entre sus profesores tuvo a Inocente Carreño y a Pedro Antonio Ramos. Luego se fue a Europa y se inscribió en la Escuela Superior de Música de Cracovia, Polonia. También cursó estudios en la Academia Chigiana de Siena, Italia, y en el Mozarteum de Salzburgo, Austria. Durante su carrera ha recibido siete premios internacionales.

“Aquí me concedieron el Premio Municipal de Música por mi carrera docente y artística”, señala.

-¿Qué significa esta escuela para usted?

-La vida, por eso dije que no quería jubilarme. Recientemente falleció mi esposo y ahora con más razón quiero permanecer aquí. Este trabajo me agrada, me gusta, siento gran satisfacción de formar a los alumnos, ver el resultado con ellos. Todos son muy buenos y tengo una magnífica relación.

De la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas afirma que es la cuna de la formación de los grandes músicos venezolanos.

“Es importantísima la creación, la formación, el mantenimiento y la estabilidad de esta escuela. Es la primera escuela de música del país. Déjeme decirle que es la única de la cual aceptan el diploma de graduado en el exterior. Es una carrera larga. Solamente el canto son ocho años, el piano, diez, el violín, diez años. Hay que tener verdadera vocación, no se pude estudiar por encima. No se puede ser un músico mediocre”, asienta.

A pesar de que el sótano de la Biblioteca Nacional, donde se imparten las clases desde hace cinco años mientras se restauraba la sede de la avenida Urdaneta, no reúne las condiciones ideales y afrontan ciertas incomodidades, la profesora Yazmira Ruiz jamás ha pensado en tirar la toalla. Alberga la esperanza de un pronto retorno al antiguo recinto de la avenida Urdaneta.

“Tenemos ya cinco años fuera de nuestra sede”, asienta, “y estamos desesperados porque necesitamos regresar a nuestra escuela. Esa casa fue declarada Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación. Es valiosísima por donde la veas. Haga votos por que la restauren pronto y nosotros podamos volver lo antes posible”.

Leopoldo Igarza, profesor de guitarra clásica, es otro docente ligado “toda una vida” a esta escuela, primero como estudiante en 1957 o 58, y luego como profesor desde hace 43 años. Imparte clases ad honorem. Como estudiante de guitarra fue alumno de Alirio Diaz y del español Regino Sains de la Maza, en España. Obtuvo su grado de maestro compositor tras estudiar bajo la dirección de Antonio Lauro.

Igarza, nacido en San Fernando de Apure, ha sido distinguido con varios reconocimientos, como el Premio Municipal de Música de Caracas, los premios del Concurso Internacional Alirio Díaz y del Concurso de Composición para Guitarra Antonio Lauro.

Lilia Marchán, directora encargada de la escuela desde hace cuatro años, califica como un honor, un privilegio, un lujo, contar entre el personal académico tanto con el profesor Leopoldo Igarza como con Yazmira Ruiz , junto a otros docentes de prestigio en el área musical. En términos elogiosos también se expresan Nigidia Velandía, subdirectora académica, Albin Zapata, subdirector administrativo, y Luis Escalona, coordinador cultural.

La influencia de Sojo

Estudiantes y profesores de la escuela

Leopoldo Igarza recuerda lo notable del profesorado que le ha dado a esta escuela el prestigio del cual goza. Está el propio Alirio Díaz, el maestro Manuel Enrique Pérez Díaz, entre muchos otros, y, por supuesto, al maestro Vicente Emilio Sojo, fundador del Orfeón Lamas y director de la Escuela Superior de Música.

Igarza resalta el legado que dejó el maestro Sojo y el peso que tuvo en la formación de generaciones de músicos.

“Dentro de la composición formó a músicos como Antonio Lauro, Modesta Bor, Raimundo Pereira, Inocente Carreño, Evencio Castellano, Gonzalo Castellano, Antonio Estévez, Alba Quintanilla y Rómulo Lazarde, José Antonio Abreu, quien era de los mejores alumnos cuando yo comencé a estudiar acá”, señala Igarza.

De la obra del maestro Sojo rememora que en la Semana Santa montaba obras religiosas, con coro y orquesta, en el Teatro Municipal. En las Navidades se tocaban sus arreglos.

“Después que murió el maestro Sojo desaparecieron las Navidades y la Semana Santa a las que estábamos acostumbrados”, dice.

Expresa el maestro Igarza que el presidente de la República Luis Herrera Campins quiso convertir la escuela Lamas en un conservatorio moderno, pero vino la cuestión de los títulos universitarios, y las cosas se complicaron. Luego, con la remodelación de la sede, se encontraron restos de interés arqueológico, y los trabajos se paralizaron.

William David Moncada, estudiante de cuarto año de piano, explica que en la escuela ha recibido una sólida formación en historia, el instrumento, la ejecución. Son diez años de arduos estudios que incluyen la cuestión teórica, la música clásica, la historia de la música, un repertorio extenso, la técnica, la ejecución.

La llama de Lamas

Lilia Marchán, la directora, describe a la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas como el alma mater, la escuela de música más antigua en toda la historia de Venezuela. Aunque se mencionan varias etapas, periodos generacionales, existe un hilo conductor, una línea de continuidad musical que podría ubicarse inicialmente con el padre Sojo, la escuela de Chacao, el periodo del siglo XIX, la Academia de Bellas Artes, la escuela de Santa Capilla y todo el siglo XX con el nacimiento formal de la Escuela Superior de Música.

Refiere Marchán que en el sótano de la Biblioteca Nacional están desde 2014, cuando fueron mudados provisionalmente mientras se concluían los trabajos de restauración de la antigua sede.

Ensayo de piano y contrabajo

Señala la directora que pese a todo el apoyo y respaldo que le ha dado la Biblioteca Nacional, el espacio no se presta para acoger una escuela como la Lamas, que atiende a niños y adultos mayores.

“Lastimosamente la Biblioteca Nacional tiene problemas a nivel de aire acondicionado lo cual nos afecta. Estamos en un sótano, al lado de un estacionamiento, y nos vemos perturbados un tanto por el monóxido de carbono que expelen los vehículos. A veces padecemos problemas de agua, y confrontamos dificultades para el acceso. Necesitamos ya salir de este espacio”, confiesa Lilia Marchán, quien agrega que han venido trabajando con los consejos comunales de la parroquia Catedral, entre ellos el Cuna del Libertador y el Árbol Filosofal Tres Raíces. Toda la información respectiva ha sido suministrada a sus superiores en el Ministrerio del Poder Popular para la Educación, al cual están adscritos.

Nigidia Velandía, la subdirectora académica, explica que las materias son las mismas que se dan en todos los conservatorios del mundo.

“No tenemos nadar que envidiarle a ningún pensum ni matricula de ninguna parte del mundo. Se empieza por la teoría y solfeo, cinco años, armonía, tres años. Paralelamente se imparte historia de la música, tres años, estética de la música. Se da formación de práctica coral por tres años, instrumentos populares venezolanos, tres años, formación en técnica vocal y el instrumento de su especialidad, que puede ser uno de los instrumentos de la orquesta sinfónica. Se incluyen todos, y el piano, además del órgano, así como el canto lírico. En los instrumentos sinfónicos, tenemos todos los de cuerda, de viento, madera, saxofón, instrumentos de viento metal, la flauta transversa, el arpa clásica, la guitarra clásica”, dice.

Adicionalmente se imparten clases de caligrafía musical o materias complementarias como análisis musical, composición. El título de maestro compositor es uno de los que otorga la Lamas como una carrera aparte. Los alumnos estudian contrapunto, fuga, pequeñas formas musicales, grandes formas musicales, orquestación.

-¿A nivel de exigencia cómo cataloga la escuela?

-Nada que envidiar a ninguna escuela en el país. Digo con esto que nuestros egresados muy honorablemente representan a Venezuela con las máximas credenciales. Al ingresar ellos a estudios de posgrado en cualquier universidad del mundo llevan el aval que les da la Escuela Superior de Música.

Lilia Marchán indica que los sábados se dictan cursos para adultos mayores que por uno u otro motivo no pudieron estudiar en su oportunidad, y desde el 15 al 18 de julio se realizarán, desde las ocho de la mañana, las audiciones para el ingreso anual de los nuevos estudiantes.

“La llama de Lamas nunca se apagará. Nosotros amamos lo que hacemos porque tenemos ese don maravilloso que nos ha dado Dios, como es el don de la música y esa formación que hemos recibido desde temprana edad en esta casa de estudios”, dice la directora.

T/ Manuel Abrizo
F/ Héctor Rattia
Caracas