La lucha del pueblo saharaui contra la opresión marroquí, una historia que Occidente no quiere que conozcas

En las últimas semanas se incrementó la tensión en África occidental, el pueblo saharaui nuevamente encendió las alarmas contra violaciones de Marruecos a su derecho a la autodeterminación. Una vieja herida en la que España tiene gran responsabilidad

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En el noroccidente de África hay una herida abierta dejada por las políticas imperiales europeas y las oligarquías más atrasadas de ese continente. No me refiero a Libia, donde las huellas de muerte que han dejado los imperialistas son más recientes y un poco más conocidas.

Casi siempre se nos ha ofrecido como dato curioso que solo un país de África usa como idioma oficial el castellano o español. Hasta allí ha quedado escondido el drama que vive el pueblo de República Árabe Saharaui Democrática (RASD) una nación que habla nuestro mismo idioma. Una República oculta, obligada a vivir en la clandestinidad y que sufre desde hace varias semanas el recrudecimiento de un conflicto mediante el cual el Reino de Marruecos pretende aplastar el derecho a la autodeterminación de los saharauis.

Un territorio que era conocido como el Sáhara español, fue entregado bajo pactos secretos de la dictadura española de Francisco Franco a Marruecos, por allá por finales de la década de los 70. España se llevó de regreso a españoles y canarios, mientras entregaba casi a la esclavitud al pueblo saharaui.

En 1979, el Reino de Marruecos, un país donde la opresión y violación masiva de los derechos de sus propios ciudadanos no es vista jamás por la Unión Europea o por Estados Unidos, se anexó al territorio también conocido como Sáhara Occidental. El pueblo saharaui ha resistido desde entonces, se han visto obligados a establecer sus comunidades en campamentos en medio del desierto, se han tenido que proteger mediante el Frente Polisario, la institución político-militar que resguarda su Estado y su soberanía.

El Frente Polisario además se ubica en la izquierda política, por tanto es aún más ignorado por las potencias occidentales. La anexión marroquí no fue reconocida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que además aprobó que el Polisario sea el legítimo representante de los intereses del pueblo saharaui.

Hasta 1987, el Reino de Marruecos construyó muros y minó territorios para bloquear la posibilidad de existencia de la República Saharaui. La comunidad internacional en su mayoría calló. Todavía existía la URSS y el campo socialista, que eran la principal fuente de solidaridad con el pueblo saharaui.

España hizo su transición de la dictadura de Franco al pacto que mantiene el sistema de control político subordinado a Washington, integrado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y por los herederos del franquismo en todas sus variantes. Más allá de alguna declaración del PSOE, nada han hecho por la autodeterminación del pueblo que fue entregado como una mercancía a la monarquía marroquí. Del bando del Partido Popular y las otras “derechas” españolas poco había que esperar. Si son partidarios de subyugar a catalanes y vascos, qué se puede esperar con un pueblo africano.

La guerra, primera parte

Desde 1976, el Frente Polisario se encuentra en combate por la defensa de los derechos de los saharauis. La primera guerra, en el sentido estricto de la palabra, culminó en 1991 cuando se firmó un alto el fuego.

No hay que olvidar que el pueblo saharaui estaba ya en resistencia para el logro de su independencia frente al colonialismo español. Fueron al menos tres años de enfrentamientos, desde 1973 a 1976, y muchas décadas más de resistencia contra Madrid.

A la región la ONU mandó una de sus famosas misiones, en este caso la Minurso, para garantizar el cumplimiento de la paz. Pero de poco ha servido si esa misma misión es usada para perpetuar la opresión del pueblo saharaui y sus luchas por la autoderminación.

Los llamados internacionales a un referéndum que abra la posibilidad de que los saharauis decidan sus destinos han sido bloqueados por Marruecos con la complicidad de los gobiernos estadounidenses y la mirada hacia el piso de los gobiernos españoles. Demás está decir que ningún país europeo ha reconocido al Estado saharaui. En cambio hacen grandes negocios con Marruecos.

La RASD es una nación reconocida por 85 países, es miembro pleno de la Unión Africana, pero a Europa y a Estados Unidos no les ha dado la gana de decirles a sus socios marroquíes que cesen la opresión. No importan derechos humanos, torturas, masacres, violación de derechos fundamentales, el saqueo masivo de los recursos saharauis, para las potencias occidentales se trata de un debate subalterno, la monarquía marroquí es su aliada.

Prisioneros desaparecidos, prisioneros torturados, juicios sumarios forman parte del menú ejecutado por Marruecos contra el pueblo saharaui.

La guerra, segunda parte

Durante las últimas semanas, la lucha saharaui contra la dominación y violación de sus derechos por el Reino de Marruecos ha vuelto a circular como silbido en el silencio. El Frente Polisario decidió alzar su voz y sus fusiles nuevamente.

Ya el 31 de octubre habían advertido en un comunicado oficial: “El alto el fuego no puede separarse nunca del acuerdo firmado entre las partes saharaui y marroquí, conocido con el nombre de Plan de Arreglo de 1991, y que no es un procedimiento separado del proceso del referéndum de autodeterminación porque este último no puede organizarse en condiciones de guerra”.

Además reiteraron: “Cualquier evasión del referéndum sobre la libre determinación, que es la única misión de la Minurso, anula automáticamente el alto el fuego como parte integral del plan de arreglo”.

El Polisario recordó la complicidad del Consejo de seguridad de la ONU con Marruecos y sus trampas para evitar la concreción, desde hace 29 años, de un referéndum sobre la autodeterminación de los saharauis.

El 16 de noviembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la RASD anunció al mundo que la monarquía marroquí mediante sus agresiones había obligado a la reanudación de la guerra entre las partes.

«El fin de la guerra está ahora vinculado al fin de la ocupación ilegal de parte de los territorios ocupados de la República Saharaui», señalaba el comunicado de la Cancillería saharaui.

Denunciaron la existencia de “un muro militar, plagado de millones de minas y alambre de púas y custodiado por tropas de ocupación. La violación no existía antes de que se acordara el alto el fuego (1991). No es una ruta internacional o regional. Se utiliza para saquear los recursos naturales del pueblo saharaui e inundar África con drogas. Esta es la verdad de esta brecha de El Guerguerat para quienes no tienen información específica».

“Fue Marruecos quien inició la guerra negándose a cerrar la brecha y anunciando públicamente que había iniciado una operación militar para abrir la brecha cerrada por manifestantes de la sociedad civil saharaui”, enfatizó la RASD.

Desde entonces se han iniciado en la región combates de intensidad que han sido negados por el Reino de Marruecos. España reaccionó con su rostro bicéfalo. El primer vicepresidente Pablo Iglesias se pronunció solicitando que se haga el referéndum de autodeterminación. Pedro Sánchez y el PSOE fueron del silencio a la omisión. Nada puede interferir con sus negocios con los marroquíes parece, acá se les olvida su rayado discurso de falsa defensa de los derechos humanos.

Los partes de la guerra

El propio 16 de noviembre, el Ejército de Liberación Saharui brindó un parte de guerra sobre la situación, en él detallan que efectúan, “intensos ataques contra las trincheras del ejército de ocupación en el muro de la vergüenza marroquí”.

Relataron que los ataques “incluyeron la implementación de numerosos bombardeos focalizados que tuvieron como objetivo a las fuerzas invasoras marroquíes y las convirtieron en un infierno bajo los pies de los invasores”.

El 17 de noviembre, la Cancillería saharui emite otro pronunciamiento en el que señala: “La guerra apenas comienza como consecuencia de la agresión marroquí y su fracaso en El Guerguerat y también como resultado de la negativa de Marruecos a aplicar el acuerdo firmado con nosotros bajo los auspicios de la ONU y la OUA”.

«El fin de la guerra está ahora vinculado al fin de la ocupación ilegal de parte de los territorios ocupados de la República Saharaui», ratificaron.

El 17 de noviembre, Marruecos insiste en la provocación mediante el inicio de la vía de El Guerguerat, una carretera ilegal, que viola los acuerdos de cese al fuego y que según la RASD es la consolidación del sistema de saqueo de las riquezas saharauis.

El 18 de noviembre el Gobierno saharaui hizo “un llamado urgente a todos los países del mundo y a los intereses públicos y privados para que se abstengan de realizar cualquier actividad de cualquier tipo en el desierto suelo nacional que conozca una situación de guerra abierta en curso”.

El 19 de noviembre, el Frente Polisario advirtió “que ya no puede tolerar más la intransigencia marroquí y la incapacidad de las Naciones Unidas de imponer su autoridad sobre el enemigo, sigue manteniendo las puertas abiertas pero con la decisión irreversible de reanudar la lucha armada”.

Ese mismo día las organizaciones saharauis denunciaron una de las tantas y cotidianas violaciones de derechos humanos por parte de Marruecos. Una niña saharaui fue secuestrada y torturada por las fuerzas de ocupación marroquíes. La adolescente de 12 años fue arrestada y sacada de la escuela de secundaria Al-Nahda el pasado lunes y fue trasladada a la Dirección de Seguridad de la Ocupación de Marruecos, donde fue sometida a tortura psicológica y física. El motivo de su arresto fue que vestía un uniforme militar y dibujó la bandera nacional de la RASD en su uniforme.

Otra guerra de 2020, de esas que les interesa ocultar a las potencias occidentales, cuya doble moral se desbarata ante tanto cinismo. Los paladines de la democracia protegen a una monarquía antagónica a cualquier modelo democrático y con ello son los cómplices de la opresión del pueblo del Sahara Occidental.

T/ Chevige González Marcó
F/ Archivo CO
Caracas