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La ONU aprueba dar nuevos derechos a Palestina y pide al Consejo de Seguridad reactivar su candidatura

La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha vuelto a dejar en un ridículo global la alianza Israel-Estados Unidos al someter a votación que Palestina sea un estado de pleno derecho de la ONU, propuesta que ha obtenido el apoyo de 143 votos a favor contra 25 abstenciones. Si bien esto carece de valor, refuerza los derechos de Palestina como estado observador en el seno de la ONU.

Nueve países rechazaron la iniciativa, entre estos Estados Unidos, Israel, Argentina, República Checa y Hungría.

La resolución «determina que el Estado de Palestina […] debe, por tanto, ser admitido como miembro» y «recomienda que el Consejo de Seguridad reconsidere favorablemente la cuestión». Esto no otorga a Palestina la condición de miembro de pleno derecho de la ONU, sino que simplemente la reconoce como cualificada para formar parte del organismo internacional.

La propuesta ha sido presentada por países árabes con el apoyo, entre otros, de España

Planteada la resolución por los países árabes, con el apoyo de otros países como España, los palestinos han reactivado de ese modo su candidatura para convertirse en miembro de pleno derecho de Naciones Unidas, medida que supondría el reconocimiento efectivo de un Estado palestino, después de que Estados Unidos la vetara el pasado 18 de abril en el Consejo de Seguridad formado por quince miembros. Para que un país pueda convertirse en miembro de pleno derecho de la ONU, la propuesta debe aprobarse primero por el Consejo de Seguridad y después por la Asamblea General. No a la inversa.

Pero aunque el plenario por sí solo no puede conceder la condición de miembro de pleno derecho, el proyecto de resolución sometido a votación otorgará a los palestinos algunos derechos y privilegios adicionales a partir de septiembre de 2024, como un asiento entre los miembros de la ONU en la sala de la Asamblea o figurar entre los oradores en cualquier otro asunto. Sin embargo, no les concede el derecho a voto en el organismo ni a presentar candidaturas a los órganos rectores de Naciones Unidas al seguir siendo oficialmente miembro observador.

La resolución de la asamblea carece de valor jurídico y algunos la califican de brindis al sol, pero es un correctivo amargo para la Casa Blanca. EE.UU. se quedó solo el pasado mes en el veto a esa propuesta de reconocer el estado de Palestina. Su embajadora, Linda Thomas-Greenfield, se hizo eco del argumento de la administración Biden de que la ONU no es el lugar donde se ha de tomar esta decisión, sino en una negociación directa entre los dos protagonistas.

Los vetos de EEUU

EEUU vetó el 18 de abril un proyecto de resolución que habría permitido a Palestina convertirse en miembro permanente de la ONU. Durante la votación, 12 países se manifestaron a favor, dos se abstuvieron (Reino Unido y Suiza) y Estados Unidos votó en contra.

En su intervención, en esa ocasión, el embajador adjunto del país norteamericano, Robert Wood, afirmó que «no hay unidad entre los miembros del Consejo de Seguridad» sobre si el solicitante «cumple los criterios de admisión de nuevos miembros, principalmente si cumple el criterio de ser un Estado».

El pasado diciembre ya hubo una votación en el plenario de Naciones Unidas por otro veto de EE.UU. En aquella ocasión (153 votos a favor, 23 abstenciones y 10 en contra), la asamblea se posicionó a favor de un alto el fuego inmediato, asunto que llegó a esta instancia también por un veto estadounidense. Esta vez, sin embargo, estaba en juego algo más profundo como es el reconocimiento de Palestina. La misión palestina ante la ONU en Nueva York sostuvo en la víspera, en una carta dirigida a los estados miembros, que la adopción del proyecto de resolución de plena adhesión sería una inversión para preservar la solución de dos estados para el conflicto, largamente buscada.

También afirmó que “constituiría una clara reafirmación del apoyo al pueblo palestino y a su autodeterminación en este momento crítico. La misión está dirigida por la Autoridad Palestina, que goza de un autogobierno limitado en Cisjordania. La ONU apoya desde hace décadas la solución de los dos testados que convivan dentro de fronteras seguras y reconocidas.

Los palestinos quieren un Estado en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, todos ellos territorios capturados por Israel en la guerra de 1967 con los Estados árabes vecinos. “Estados Unidos sigue considerando que el camino hacia la creación de un Estado para el pueblo palestino pasa por las negociaciones directas”, insistió la delegación de Estados Unidos ante las Naciones Unidas esta semana.

El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, denunció el lunes el texto del proyecto por intentar otorgar a los palestinos el estatus y los derechos de facto de un Estado en contra de lo que establece la Carta de la ONU. Sostuvo que la aprobación no cambiaría nada sobre el terreno. “Si se aprueba, espero que Estados Unidos deje completamente de financiar a la ONU y sus instituciones, de acuerdo con la legislación estadounidense”, afirmó Erdan.

En la resolución se destaca la necesidad de que “Israel se retire del territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, se realicen los derechos inalienables del pueblo palestino, principalmente el derecho a la libre determinación, incluido el derecho a su Estado independiente, y cesen completamente todas las actividades israelíes de asentamiento en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental”.

T/Con información de RT y La Vanguardia
F/AP

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