La poesía plástica de Ender Belandria se exhibe en el Museo Universitario Jacobo Borges

Desde ayer se abrió al público, en la Sala II del Museo Universitario Jacobo Borges, adscrito a la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) y ubicado en el Parque Alí Primera del oeste de Caracas, la exposición Ender Belandria. Una poética de la materia, el gesto y el color, primera individual de este artista formado en las escuelas Cristóbal Rojas y Armando Reverón que cuenta con la curaduría del investigador Félix Hernández.

En esta propuesta conformada por unas 30 pinturas de mediano y gran formato está, a juicio del curador ubicada en la triple frontera que comparten informalismo, la abstracto lírica y lo gestual matérico, tendencias que históricamente tienen un peso muy importante en la historia del arte occidental e incluso universal, especialmente en el caso del informalismo que surgió en geografías tan disimiles y distantes como China, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

“Por la vía de la imaginación e intuición para expresarse en términos puramente plásticos, en él (Belandria) intervienen preocupaciones existenciales, intelectuales y aún de corte místico que lo orientan a una ‘voluntad abstracta’, pudiendo esta conformar una poética debido al desarrollo consciente de un lenguaje largamente meditado, que se presenta como un abanico abarcador entre la abstracción lírica, el informalismo, lo orgánico gestual, lo matérico y lo que estas tendencias representan en la historia del arte”, menciona Hernández en el texto curatorial.

ARTE CONCRETO

No obstante, o tal vez por esa misma condición que bien describe el curador, en esta exposición Ender Belandria manifiesta una posición crítica hacia la abstracción y se inclina por el “arte concreto”, entendido como algo real, no como la síntesis de algún pensamiento sino más bien como algo que está materializado, se hace presente para generar situaciones, emociones y sentimientos.

“Entonces no es una simple abstracción, es algo concreto. Y en función de eso, estas piezas participan de se concepto de arte concreto y se manifiesta” por medio de la sensibilidad, la emoción, la percepción y os sentimientos de quien observa y es cautivado por estas piezas, explicó Hernández en conversación con el Correo del Orinoco.

En este contexto, continuó el investigador, la relación con la cotidianidad se presenta de manera indirecta, reinterpretada y apoyada con títulos que crean el vínculo con el universo plástico. Así, por ejemplo, en una pieza que se llama “Desierto” se puedes apreciar algunas características cromática o formales de un desierto, por supuesto sin llegar a la reproducción sino, “ahora sí”, una síntesis de gestos, materia, color que producen una nueva sensación que lo convierte en algo concreto.

EL LENGUAJE DEL COLOR

En esta primera individual después de participar en aproximadamente seis colectivas a o largo de su carrera, Belandria emplea como unidad fundamental de expresión al color, que en este caso se sustenta en el gesto, la forma y la textura como elementos potenciadores del lenguaje.

Dentro de este orden de ideas, en palabras del autor, en este corpus la forma “es una consecuencia de la acción, de la ejecución” definida por los sentimientos y estado de ánimo que predomina en el momento de hacer cada pieza.

En este sentido, el problema discursivo se concentra principalmente en la manera de plasmar el color de manera que pueda desplegar el potencial expresivo en función de lo que el artista desea expresar.

“El color tiene una influencia en el espectador desde el punto de vista emocional y sicológico, irradia una energía vibratoria que permite establecer una conexión con el observador y estimula su percepción. Todo esto facilita que al forma se reconstruya en la imaginación, en su universo interior”, declaró Belandria.

En una direccionalidad diferente, específicamente la que tiene lugar en el proceso creativo, los medios pictóricos son los que le permiten a Belandria conectarse con su universo interior y en función de aquello que emerge el artista busca códigos propios de la abstracción lírica, el informalismo y lo orgánico gestual, y los conjuga conjuga para darle la mayor fluidez posible al discurso plástico.

A fin de cuentas, la intencionalidad de Belandria como creador es encontrar una conexión de la obra con el público y generar un dialogo que rompa con parámetros establecidos y abra posibilidades que llegue (el espectador) a zonas más profundas de su interioridad y expanda los límites de su imaginación.

La muestra está enriquecida además con 15 dibujos de una serie de estudios y bocetos que permiten a las y los visitantes construir una idea mucho más clara del proceso creativo de Ender Belandria. Al mismo tiempo, en consideración del autor, una vez concluido el estudios estas piezas, en sí mismas, contienen un discurso plástico que las convierte, de alguna manera, en una obra independiente.

La exposición Ender Belandria. Una poética de la materia, el gesto y el color permanecerá instalada en la Sala II del Museo Universitario Jacobo Borges, en el Parque del Oeste Alí Primera, en Caracas, hasta finales de febrero. Está previsto que en este lapso se realicen actividades complementarias como foros, conversatorios y visitas guiadas.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Héctor Rattia
Caracas