La preocupación por la precariedad de los trabajos de la nueva economía llega al Parlamento Europeo

Existe en los países europeos una cantidad creciente de «contratos atípicos» ligados a nuevas formas de trabajo que, con una aureola de modernidad, esconden condiciones de trabajo precarias, salarios más bajos, explotación y menores cotizaciones sociales, lo que implica un crecimiento de la desigualdad.

La preocupación ha llegado al Parlamento Europeo (PE) a través de un informe titulado «Combatir las desigualdades como palanca para fomentar la creación de empleo y el crecimiento» que se debatirá en la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales y el pleno el próximo otoño. De salir adelante, la Eurocámara reclamará a la Comisión Europea (CE) que presente una directiva de derechos mínimos para todos los trabajadores y que elimine la discriminación por tipos de contrato, asegurando un número mínimo de horas de trabajo y facilitando el derecho a un horario decente y negociado.

«Nos preocupa la uberización del mercado laboral, los trabajos en plataforma», explica a este diario el autor del informe, el eurodiputado socialista Javier López. Se trata de la primera vez que se sitúa la desigualdad como foco concreto a combatir en una institución europea, afirma.

En el foco, prácticas laborales como las británicas, donde un millón de trabajadores ha llegado a tener contratos de cero horas, esto es, un contrato que les obliga a estar disponible cualquier día para el empresario pero sin garantizarles un salario mínimo ni un número de horas trabajadas al mes. Sin llegar tan lejos, en países como España se efectúan multitud de contratos por una hora, por un día…

Además, la propuesta expresa su preocupación por los «efectos negativos» de la creciente automatización, debido al retraso en la adopción de una legislación adaptada a la nueva realidad, y que puede presionar a la baja los sistemas de protección social y los salarios, «en especial con los trabajadores con una cualificación baja y media». Según explica el eurodiputado español «sabemos que en términos absolutos estos avances son muy beneficiosos, pero se reparten muy mal y siempre hay perdedores».

La comunicación sugiere al ejecutivo comunitario y a los estados miembros que se planteen introducir un salario mínimo y un seguro de desempleo europeos, de manera que se reduzca la desigualdad entre países. También se refiere a las pensiones, que a juicio del eurodiputado deben estar «bien por encima» del umbral de la pobreza para permitir a los pensionistas  que mantengan su nivel de vida.

Del mismo modo, llama a aumentar los esfuerzos contra la pobreza infantil, y a establecer un ingreso infantil básico. Se preocupa también por combatir la brecha de género y la, todavía mayor, diferencia de ingresos en las pensiones entre hombres y mujeres. Todo ello en un contexto en el que la evolución de la desigualdad tras la crisis económica en la Unión Europea está íntimamente vinculada al creciente desempleo.

El eurodiputado español reclama que Europa se recoloque tras la gran recesión de 2008 y que sitúe como una de sus prioridades acabar con las desigualdades. Señala a los jóvenes y a los parados de larga duración como dos grupos especialmente vulnerables, y considera «crucial» fortalecer y modernizar el estado del bienestar y de protección social.

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