La primera postura antiimperialista de Bolívar cumple 200 años este 7 de octubre

«En Venezuela no podemos ver nuestra historia como individuos victimizados, porque siempre hemos estado batallando, luchando por nuestra independencia, por nuestra soberanía, obviamente Estados Unidos logró colocar en nuestro país agentes durante la IV República, incluso dentro de la Fuerza Armada, pero, sin embargo, no pudo, son intentos, y no van a dejar de hacerlo, porque su proyecto es monroeista y el nuestro es bolivarianista”.

Así lo expresó la profesora e historiadora Anahís Gómez, durante el conversatorio “Estados Unidos contra Bolívar, 200 años del primer ataque del imperialismo a la soberanía venezolana”, evento que se llevó a cabo en la Casa de la Historia Insurgente Bolívar Chávez, ubicada en la avenida Universidad, esquina de Traposos, en Caracas, bajo la coordinación del Centro Nacional de Historia (CNH).

Es importante para nuestra historia recordar que el próximo 7 de octubre se cumplen 200 años de la primera manifestación más clara del comportamiento antimperialista del Libertador Simón Bolívar, “y no solamente como persona, como individuo sino como Estado, cuando le dice claramente al embajador que representa a Estados Unidos que estamos dispuestos a luchar contra cualquiera que le falte el respeto a Venezuela”, dijo la docente, quien detalló que esta actitud de Bolívar respondía a los desmanes y pretensiones del presidente de turno James Monroe.

El falso diplomático

Al comenzar su intervención explicó que Simón Bolívar era el jefe de una nueva República, de un Estado, “es decir que cuando el Gobierno de los Estados Unidos envía a un agente, sabe que cualquier cosa que haga en contra de Bolívar lo hace en contra del Estado, y por ello la manifestación de Bolívar, quien sí sabe que cuando se hacen improperios en contra de Venezuela y de él, también lo hacen contra el Jefe del Estado y por eso no se dejó”.

Comentó que la actitud primaria antimperialista del Libertador surge a raíz de un decreto de Bolívar que establecía un bloqueo de los puertos de Venezuela, ya que las plazas de Guayana estaban ocupadas por el ejército realista de Morillo, “y decreta el bloqueo para obligar al ejército español a rendirse. Esa decisión sale publicada el 6 de enero de 1817, y como tal se mantiene vigente hasta septiembre de ese año en el Correo del Orinoco y llega a EEUU tres meses después”.

Aún enterados -señaló- a lo largo de estos meses fueron varios los barcos que intentaron burlar el bloqueo, entre ellos estaban dos naves de bandera estadounidense de nombre Tigre y Libertad cuya tripulación de manera consciente burla el bloqueo, y obviamente las autoridades venezolanas las capturan.

Comentó que como respuesta, los dueños de estas goletas exigieron al Presidente estadounidense que obligara a Venezuela a regresar las goletas y la mercancía, por lo cual deciden designar a un agente comercial, de nombre Jhon Baptist Irvine, “no a un embajador, sino un agente comercial, que no sabía nada de diplomacia, y en vez de currículo tenía un prontuario, porque no estaban interesados en el reconocimiento de la independencia de Venezuela”, afirmó

Dijo que la misión de este espía era: saber cuáles eran nuestras posibilidades en esta guerra contra España; segundo, presentar un informe detallado de nuestras riquezas: fauna, economía, relaciones; y tercero que regresáramos las goletas, “sin embargo, cuando viene a Venezuela, en Margarita se encuentra con Luis Brion y decide mentir sobre su misión, y asegura que la misma tiene como propósito el reconocimiento que haría Estados Unidos a la independencia de Venezuela, lo cual obviamente llevaría a una guerra entre Estados Unidos y España”.

Ante tal planteamiento, Brion lleva a Irvine al Libertador Simón Bolívar, se producen dos reuniones previas y varias cartas tanto de Bolívar como de este agente. Luego el Libertador le expresa a varias autoridades, entre ellos a López Méndez, cuál era la intención del espía, “sucintamente, porque le explica que eran notas confidenciales, por lo cual no podía dar más detalles”, aclaró.

Por traer, supuestamente, “buenas noticias” al agente Irvine se le recibe con una pompa que luego es utilizado de manera de burla en buena parte de la historiografía estadounidense, porque no era un embajador como tal.

Luego de entregar sus credenciales él devela al Libertador su intención, que no era más que recuperar las goletas, y Bolívar de manera muy aplomada y educada le hace ver que primero tiene que conocer cuales eran las circunstancias en las cuales habíamos capturado esas naves.

La profesora Gómez refirió que el Libertador en sus comunicaciones con Irvine logra armar toda una justificación jurídica acerca del porqué no pueden entregar las goletas, y le ofrece dos soluciones “porque nuestra intención no era, y se lo hace saber en varias cartas, quedarse con la mercancía y los barcos”. Le propuso reconocer que Venezuela había actuado apegada a la ley, y le entregaban las goletas, y segundo, hacer un nuevo juicio, salga A ó B, si sales mal paga los gastos del juicio, si sales bien te llevas tus goletas.

La soberanía está primero

Por no tener conocimiento diplomático -citó- se negó a aceptar esta realidad y otra vez insiste que hubo una ilegalidad, cosa que molesta al Libertador, y va más allá porque en todos sus discursos se muestra grosero, y en esa grosería Bolívar entiende que también lo hace al Estado venezolano.

Anahías Gómez aseveró que por esta conducta irrespetuosa del agente norteamericano, en la carta del 7 de octubre, que pronto celebraremos 200 años, el Libertador expresó “nosotros estamos en guerra en ese momento con España, pero si cualquiera la ofende entraremos en guerra con cualquiera que así lo haga, porque nuestra independencia y soberanía está primero”.

T/ Elízabeth Pérez Madriz
F/ Héctor Rattia