La Revolución Bolivariana le dio un “parao” a la destrucción del patrimonio histórico

La Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador y la Gobernación del Distrito Capital, presididas por Érika Farías y Carolina Cestari, respectivamente, profundizarán en el rescate, ampliación, rehabilitación , conservación, tanto del patrimonio edificado como de los valores espirituales, históricos y bolivarianos de la ciudad de Caracas”, señala Noel Márquez, presidente de la Fundación para la Identidad Caraqueña, ente adscrito a la Gobernación capitalina.

En el marco de este empeño se circunscribe el decreto de expropiación, ejecutado hace dos semanas, de una serie de locales adyacentes a la plaza San Jacinto. El cartel de notificación, de fecha 20 de abril, entregado a los afectados, contiene una serie de consideraciones entre ellas las referentes “a la protección, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, para mantener la memoria histórica de la nación desde el punto de vista económico y turístico, a través del proyecto denominado “Zona de desarrollo especial, cultural, turístico y socioeconómico del casco histórico de Caracas, conjuntamente con el gobierno del Distrito Federal, en el marco del convenio para la rehabilitación, revitalización y recuperación del casco histórico de Caracas, para mantener el acervo histórico de la nación”.

Márquez saludó el decreto de la alcaldesa Érika Farías, ya que sienta el andamiaje legal que permitirá preservar a las generaciones futuras, y a las actuales, los valores patrimoniales y espirituales del casco histórico. Resaltó que en ese sentido serán intransigentes. Hay una visión clara, enmarcada dentro del espíritu bolivariano y dispuesta a echarla adelante sin titubeos.

Estimó que muy pronto se harán anuncios al respecto, cuestión que queda en manos de la alcaldesa y la gobernadora. En cuanto al alcance de las medidas expuso una serie de consideraciones que, aunque escapan al ámbito de su autoridad, recogen la inquietud de muchos caraqueños que ven a su ciudad desde el componente de la espiritualidad, de los valores afectivos, del amor bolivariano por la historia, y desde el derecho a disfrutar de espacios acogedores, en los que la cultura, la solidaridad, la recreación se impongan sobre el mercantilismo y la avaricia. Márquez planteó, incluso, un cambio de uso para el casco histórico. “Vamos por más”, dice.

En cuanto al decreto firmado por la alcaldesa Érika Farías, que afecta los locales ubicados en la plaza San Jacinto, lo calificó como una decisión acertada.

Considera que “este decreto es importante porque garantiza y profundiza los derechos patrimoniales de todos los caraqueños a tener un contacto directo con su historia, con su acerbo cultural, con todo lo que es la raíz de la espiritualidad . Allí se encuentra la casa donde nació el Libertador Simón Bolívar, el Museo Bolivariano, hay un patrimonio edificado tangible, sede de poderes, catedral de Caracas, la plaza Bolívar, que es una fuente de inspiración mundial porque está ahí la estatua ecuestre de Bolívar. José Martí lo dijo: sin quitarme el polvo del camino, vine a la plaza Bolívar a rendir homenaje a El Libertador. Entonces, es un punto focal muy importante, yo diría que ahí está el corazón de la paria, el latido de ese sentimiento patriótico, el latido de ese sentimiento venezolanista que estamos todos obligados a preservar, cuidar, enaltecer y profundizar”.

Aclara que no se está cuestionando la actividad económica y que no se atenta en contra del libre ejercicio de la actividad productiva. De hecho la disposición se refiere a fortalecer los ámbitos socioeconómicos . Sin embargo, indica que la actividad económica se debe practicar en espacios adecuados y que a esos locales se les dio un uso inapropiado.

Sustenta Márquez que las condiciones en que se estaba desarrollando la actividad económica en los locales de San Jacinto dejaba mucho que desear. Se han producido accidentes por almacenaje de pólvora en condiciones inadecuadas y han encontrado expendedores de alimentos de larga data en una condiciones deplorables que atentan incluso contra la salubridad pública.

“No puede ser que el principio de lucro, particular y privado, esté por encima del colectivo, la comunidad. No se puede permitir una actividad comercial que ponga en peligro la casa de El Libertador Simón Bolívar. En una oportunidad estuvo en peligro cuando estalló un polvorín, fuegos artificiales, que estaban almacenados .Te voy a decir que muy pronto se van a dar anuncios específicos. Vamos por parte. Lo primero fue sentar las bases jurídicas y legales. Incluso, cuando se lee el decreto se llama a los propietarios a una conversación amigable. Se hizo el decreto por utilidad pública y se ha llamado a conversar a las partes. Se tuvo una conversación con los usufructuarios, que no son propietarios, y se le han hecho ofertas concretas de reubicación . Hubo un intento de manipular a la opinión pública, por el tema de las piñatas, los niños”, expresa

A salvo de extinción

Más allá de los locales, de las piñatas , Márquez indica que se necesita un casco histórico en sintonía con la espiritualidad que se respira, un espacio para la cultura, para la museística, para la reflexión. Y eso se construye. Y para contar con esas condiciones hay que tomar decisiones. Así se hizo cuando el centro de Caracas era un caos automotor, una zona altamente congestionada y se decidió eliminar el espacio vehicular y transformarlo en peatonal. Se rescataron los teatros.

“Ahora nosotros vamos por más. Queremos que las fronteras del casco histórico se incrementen, porque el ciudadano tiene derecho a disfrutar de una ciudad que le brinde alternativas para su reflexión y su sosiego espiritual, donde la cultura, la espiritualidad, es lo que predomine, a tono con esos valores que nos transmiten la presencia de la casa natal de Simón Bolívar o la capilla Santa Rosa, donde se firmó el Acta de la Independencia. Es decir, son sitios icónicos desde el punto de vista histórico. Incluso, yo plantearía, aunque no es mi competencia, por ejemplo, el uso de la actividad. Creemos que ahí hay un comercio que debe ser reformulado, que, por más legítimo que sea, pueden tener otras zonas en la ciudad de Caracas donde funcionar. Pensamos en un espacio de galerías, para las tertulias, de cine café-concert, de salas de ensayo, de librerías, sitios donde el caraqueño venga y pueda solazarse en esa paz espiritual”.

Reitera Márquez que se debe saludar la decisión de la alcaldesa y que no se trata del cuándo. El cuándo es ya. El decreto da fuerza de ley a un conjunto de decisiones de orden arquitectónico, urbanístico, paisajístico, y de seguridad y defensa, ya que los caraqueños pueden tener la certeza que estos espacios y edificaciones, de profundos valores nacionalista, están preservados contra todo tipo de desnaturalización, de depredación y, por tanto, de su extinción .l

Refiere que ya se ha superado el tiempo en que el acceso a la plaza Bolívar estaba restringido a los negros. Hoy nos definimos como una nación pluricultural y multiétnica, lo que significa que se ha profundizado en la concepción historiográfica venezolana, incorporando a Bolívar y la historia insurgente a los valores criollos. Recuerda que fue Chávez quien hizo revalorizar el sentimiento de los caraqueños y el pensamiento bolivariano. Chávez recuperó la Casa del Vínculo, donde Bolívar vivió con su esposa.

“ Entonces, este decreto está en correspondencia con esa decisión de volver a nuestra historia, de reivindicar el pensamiento bolivariano, no solamente en el hacer político de construcción de naciones sino en sus espacios edificados”, agrega.

Márquez asevera que durante la Cuarta República se practicó una antihistoria, reflejada en el golpe de abril de 2002, cuando votaron el retrato de Bolívar y eliminaron lo de República Bolivariana. En esa época hubo una conducta predeterminada dirigida a desconocer e invisibilizar nuestros valores históricos. De hecho la historia como materia había sido desechada. Se monetizó el valor de la tierra por encima del valor histórico. Claro, a la clase usufructuante del poder no le convenía que la memoria histórica respaldara los deseos de cambio del pueblo venezolano. Por ello se destruyó el patrimonio edificado, se construyeron adefesios para beneficios de terrófagos y la especulación inmobiliaria.

“Con la Revolución Bolivariana”, asegura, “se le dio un parao a la destrucción del patrimonio histórico. Nosotros vamos en otra dirección: vamos a ampliar el casco histórico de Caracas y vamos a darle unos valores de uso, de acuerdo a ese sentimiento de permanencia y de pertinencia histórica que deben tener los caraqueños al reencontrarse con su raíces y verdadera naturaleza bolivariana y patriótica”, dice.

Arsenal patriota

De acuerdo a Márquez, la Sociedad Patriótica sigue teniendo una vigencia en el centro de Caracas, que fue el punto de partida que permitió romper con esa historia del colonialismo, esa historia de los derechos del rey Fernando VII.

“No somos defensores de los derechos de Fernando VII. Somos defensores de los bolivarianos. Este es un gobierno bolivariano, de profunda inspiración patriótica”, expresa.

Refiere que esa inspiración patriótica abarca un abanico completo que incluye la educación, el patrimonio edificado, la recuperación cultural, los elementos de recreación y esparcimientos, los elementos espirituales. Todos esos elementos forman parte de una política de consolidación de los valores de la nacionalidad que esta revolución se ha empeñado en consolidar.

T/ Manuel Abrizo
/ Archivo CO