La Revolución Cubana garantiza la interrupción del embarazo

La libre elección para decidir sobre su reproducción y su futuro es sin duda uno de los grandes logros que ha tenido la mujer cubana dentro de la Revolución.

Las feministas luchamos para que todas las mujeres puedan tomar las decisiones sobre su reproducción de forma libre, y esto significa que interrumpir el embarazo debe ser un derecho social. Los Estados deben garantizar las condiciones para ser madre y también las condiciones para que un embarazo no continúe si la mujer lo decide. Si no existe el aborto seguro y gratuito, el aborto nunca será un derecho para todas las mujeres.

En Cuba, a partir del triunfo de la Revolución, se promovieron leyes fundamentales que obedecieron al cambio, entre ellas, el Código de Familia, aprobado en el I Congreso del Partido Comunista de Cuba que estableció la eliminación de toda discriminación hacia las mujeres y la introducción de la educación sexual en el sistema de enseñanza del país.

Antes de la Revolución en Cuba, el aborto era una práctica legal, pero marcada por una fuerte desigualdad social y económica. Se realizaba en exclusivas clínicas privadas y solo podían pagarlos mujeres de la clase media-alta de Cuba, y muchas del resto del continente y de Estados Unidos, que llegaban a la isla para hacerlo.

Por esa razón, en 1965 el Gobierno cubano instituyó la práctica libre y gratuita de la interrupción del embarazo para todas las mujeres cubanas que lo requirieran y estableció por ley cuatro requisitos:

– Es la mujer la que decide.

– Debe realizarse en una institución hospitalaria.

– Debe ser realizado por manos expertas.

– Es totalmente gratuito.

La interrupción voluntaria del embarazo por libre decisión de la mujer se realiza hasta las ocho semanas de gestación o 10 semanas de falta de menstruación contada a partir del primer día de la última regla. Las mujeres no tienen que dar ninguna razón para solicitar un aborto. Desde 1989 Cuba comenzó a utilizar, además, una forma menos invasiva de aborto que llaman «regulación menstrual», que se realiza hasta las seis semanas de un posible embarazo mediante la aspiración del útero, no requiere de anestesia general o transfusión de sangre, ni del consentimiento de los padres en el caso de menores de 18 años.

El Ministerio de Salud Pública garantiza los servicios de aborto con una alta calidad y seguridad, por lo que existe un número importante de hospitales y otras unidades acreditadas para ello con personal adecuadamente calificado y entrenado.

Paralelamente se ha priorizado la educación sexual, el conocimiento y acceso a los anticonceptivos y la planificación familiar, por lo que la mujer cubana ha alcanzado conocimientos acerca de su cuerpo, la posibilidad de regular su reproducción y la garantía de acceso a los recursos para conseguirlo.

El aborto es un problema fundamentalmente de las mujeres, pero también lo es de clase, son las mas pobres las que mueren en su práctica insegura.

Pensemos que el capitalismo usa la familia como forma de reproducción gratuita de la clase trabajadora y por eso establece control sobre ella. El cuerpo de la mujer cumple así un papel fundamental para el sistema, porque sobre ella está el peso de la reproducción.

La lucha antiimperialista también incluye el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. El imperialismo usa el cuerpo femenino como territorio de guerra, con violaciones, trata y tráfico, prostitución y esclavitud laboral. Grandes industrias chupan la sangre de millones de obreras; su sufrimiento produce ropa a bajo coste para todo el planeta.

El capitalismo, y el imperialismo están profundamente ligados con el patriarcado, que se expresa, por ejemplo, en que las mujeres no son consideradas libres para decidir, y son obligadas a continuar embarazos no deseados, o productos de violación, con riesgos importantes de salud personal.

T/ Equipo Editorial