La tragedia de Virginia

ESCENARIO

POR: OSCAR ACOSTA

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Correspondió a Domingo Navas Spínola escribir la primera obra teatral editada en Venezuela. Se trata de la tragedia Virginia, estrenada e impresa en 1824. También fue autor de una traducción de Fedra, de Jean Racine, clásico del teatro barroco francés y que, para la época, era tenida como modelo de perfección y buen gusto escénico. Navas Spínola trabajó como funcionario realista durante la Guerra de Independencia, para luego sumarse a la creación de la República durante el periodo de la Gran Colombia, ocupando el cargo de alcalde principal de Caracas en 1826. Su Virginia no tiene nada de original, pues es una de las decenas de versiones para el teatro y la ópera que se hicieron en diversos idiomas de un episodio de la historia romana. No podemos acusarlo de plagio, no obstante haber calcado con gran similitud el argumento y los personajes de otra tragedia con igual nombre editada en España en 1805, pues en esa época eran comunes las llamadas “refundiciones”, dramas ya conocidos que eran reescritos cambiando lo que se estimase podía ser mejorado.

Esta obra, de significativo contenido político y muy representada en sus diversas versiones a principios del siglo XIX cuando el vendaval republicano recorría Occidente, muestra las arbitrariedades de Apio que, excedido como máxima autoridad de la antigua Roma, intenta forzar el amor de la doncella Virginia, comprometida con el pundonoroso Icilio. Antes que la ignominia, la joven escoge la muerte a manos de su padre, precipitando una insurrección popular urdida por Icilio que culmina con la muerte del déspota. Constituye una indudable alegoría del ejercicio y los límites del poder, a la vez que un buen ejemplo del arte teatral como tribuna del acontecer histórico.

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Caracas