La voz de la “Reina del Rock”, Melissa, reaparece en Kaporito, el guardián de la montaña

La recordada “Reina del Rock” de la Venezuela de la década de los 80 del siglo pasado, Melissa, es la voz principal en la mayoría de los siete temas originales que forman parte de la película animada venezolana, Kaporito, el guardián de la montaña, filme que llegará a las carteleras este viernes 3 de diciembre, inicialmente en salas de Caracas y Mérida, para luego, a partir del 21 de diciembre, recorrer los circuitos comerciales del resto del país.

Según detalló al Correo del Orinoco la directora y coguionista del largometraje animado Viveca Baïz, las piezas musicales originales de la película se grabaron en Lima, Perú, lugar de nacimiento y residencia actual de Melissa.

Cuando la cinta aún estaba en etapa de preproducción, la cantante seleccionada para interpretar estos temas fue la venezolana Fabiola José e incluso hubo una tercera opción, pero finalmente se grabaron en la voz de Melissa Griffiths, con el apoyo de su esposo, el ya fallecido músico venezolano, Jairo Zuleta.

Música premiada

Nuestra tercera opción era Melissa. Yo siempre fui fans de Melissa, digamos que de manera moderada, porque ella fue mi amiga desde que ella, muy jovencita, llegó a Venezuela. Yo la oí cantar a ella desde antes de ser la ‘Reina del Rock’ en Venezuela“, contó Baïz.

Además la directora, junto a su esposo, el coguionista y productor general de Kaporito, el guardián de la montaña, Donald Mayerston, son de la generación que disfrutó su juventud durante los convulsos años 60 del siglo XX, época de gran crecimiento y desarrollo del rock, género del que eran seguidores y disfrutaban junto a la Melissa venezolana en general, gusto que los unió aún más a Melissa a parte de la afinidad personal.

Sumado a esto, el esposo de Melissa, Jairo Zuleta, un músico muy apreciado dentro de la movida rockera venezolana fue el productor musical de Melissa y amigo cercano de la pareja Mayerston Baïz. Relación que facilitó el trabajo en equipo para uno de los programas del seriado para televisión Los niños de Venezuela que trasmitía Vive TV.

De alguna manera ya teníamos una experiencia trabajando con ellos y así se fue orquestando el trabajo musical con Melissa y estamos muy contentos con el resultado”, acotó la directora.

Inclusive, esta música que trabajó inicialmente el reconocido y laureado compositor para cine Nascuy Linares y luego fue arreglada por Alejandro Blanco Uribe, además de la intervención en la banda sonora de Elizabeth Quintanales, mereció el premio en el rubro correspondiente en la pasada edición del Festival de Cine Venezolano.

La historia

El filme realizado con una combinación de animación en 2D y 3D tiene una fuerte carga ecológica y su evidente intención es crear empatía entre las nuevas generaciones y el rol que juegan los animales silvestres en la preservación de los recursos naturales, especialmente en Venezuela y muy particularmente se refiere al único úrsido autóctono de Sudamérica, el oso Frontino o Tremarctos ornatus, conocido también como el oso de anteojos.

La película cuenta la historia de Kaporito, un osezno frontino que queda huérfano por la caza furtiva y luego sin hogar por la tala y quema de su hábitat. Pero Kaporito no queda completamente solo, se unen a él el resto de los animales amenazados del bosque y entre todos, con el apoyo de Caribay, una niña hija de campesinos que comprenden la importancia del bienestar medioambiental para su propia subsistencia, hacen frente a los indiscriminados e inescrupulosos cazadores.

Aunque con un inicio un poco pesado, especialmente para el público infantil, la fuerza narrativa no tarda demasiado en recuperarse para atrapar la atención y, con el apoyo de la música, captar la atención del espectador que en los 80 minutos recibe además algunos datos relacionados con la ecología.

El filme hace un guiño a Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y cita fragmentos de La leyenda de las cinco águilas blancas, de Tulio Febres Cordero, de aquí toma el nombre de la niña, que lee el texto, y el propio libro aparece de manera explícita.

Gran esfuerzo

El trabajo de animación, por supuesto que no se compara con el de las grandes industrias del ramo, pero busca de manera digna su propio carácter con base en 103 personajes y 1.323 ambientaciones diseñadas por un equipo que configuraron Iván Lira, Adrián López, Andrés Salazar, Delio Díaz Céspedes, Fasuto Mujica, José Mota, Liuxander Ricardo y Tomás Gómez.

Kaporito, el guardián de la montaña es el resultado de un esfuerzo contracorriente, de unos 10 años, que sirvió incluso de escuela para que jóvenes de la comunidad de La Pastora, aprendieran sobre animación.

El programa utilizado fue principalmente Cinema 4D y para acoplar la animación e interpretar a cada personaje se requirió el trabajo de unas 80 personas

El filme contó también con el apoyo de Estudios Anima del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), de Cuba, por medio del convenio Cuba-Venezuela, intervención que se logró mediante la coproducción con la Villa del Cine.

«Claro está que participó el talento venezolano. Hubo etapas en la que participó la delegación cubana y otras en la que estábamos los venezolanos exclusivamente. En sí fue un proceso largo con muchas etapas de trabajo. Estoy satisfecha con lo realizado y en paz conmigo misma», sentenció Baïz.

Antes de toda esta ingente cantidad de trabajo, la confección del guión llevó cerca de dos años de trabajo, tiempo en el que el texto escrito entre Viveca Baïz, Donald Mayerston y Aquilino Ascensión pasó, entre otras revisiones, por una lectura cruzada bajo los ojos críticos de Frank Baïz, Gustavo Michelena y Belén Orsini.

La terminación de Kaporito, el guardián de la montaña, fue posible también gracias a la participación de la Fundación Cinemateca Nacional (FCN), el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), la Fundación Villa del Cine, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), el Programa Ibermedia, el Banco Central de Venezuela (BCV) y Amazonia Films.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Archivo CO