Por Juan R. Rangel O.|Ladrón vestido de color (Opinión)

Anuncian medidas para terminar con la corrupción y escasez de los alimentos de primera necesidad tanto en los locales privados, como en Mercal, Pdval, Bicentenario, Casa de alimentación, etc., pero la especulación campea por todos lados y ni que decir de la descarada y abusiva forma de comercializar el gas domiciliario.

Por lo menos en Guayana ninguna de las medidas anunciadas por el Gobierno Nacional para acabar con ese flagelo han sido sancionadas en esos centros proveedores, cada día hay mas escasez de los productos de primera necesidad.

Falta pollo, carne, leche, azúcar, café, harina, así como productos de aseo personal y poco casi ninguno de los gobernadores y alcaldes hacen nada para controlar la escasez de esos productos. ¿Será que los funcionarios que laboran en esos centros no ven las anomalías que se practican al interior de esos locales distribuidores? Lo que pasa es que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver y peor sordo que aquel que no quiere oír.

Lo cierto es que hay un pueblo que está en la calle, todo lo sabe, todo lo ve, y todo lo dice; lo dice por el sufrimiento que padece, debido a una mafia que se encuentra dentro de los mismos centros expendedores de alimentos y productos de aseo personal.

Si de verdad prestaran interés para detener a estos delincuentes que extraen los productos y se les colocaran los ganchos, nada de eso sucediera. Solo hay que meterle la lupa a esos centros, comenzando por los jefes de mayor responsabilidad hasta el más humilde trabajador y ahí van a conseguir la respuesta.

Ya que la mafia que opera dentro de eso establecimientos no permite que los productos lleguen a sus manos porque los llamados “bachaqueros” son los que consiguen, para luego venderlo a bodegas, restaurantes y polleras.

Igualmente tenemos el problema del gas doméstico: no se puede permitir el desangramiento que trabajadores de la planta están cometiendo con quienes solicitan el gas.

Lo que he podido descubrir es que en esa planta no hay hueso sano, comenzando por los que transportan las bombonas en los camiones para llevarlos a los puntos de ventas: duplican, triplican y cuadruplican los precios y nadie dice nada; hay complicidad entre el camionero y el que acapara el gas para venderlo al precio que le viene en gana.

Lo que causa tristeza es ver a estos funcionarios vistiendo rojo-rojito y otros luciendo camisas con el logo del Pabellón Tricolor y lo que son es unos verdaderos delincuentes que merecen ponerles los ganchos y meterlos presos para que dejen de estar robando al pueblo.

¡“Mano dura” es justicia! Así que ¡actúen ya! presidente Nicolás Maduro, gobernador Francisco Rangel Gómez, alcalde José Ramón López, superintendente de los Precios Justos Andrés Eloy Méndez, gobernadores y alcaldes de la República Bolivariana de Venezuela.

rangeljuan1@hotmail.com