Las rebeliones sociales en el continente no son sorpresivas, pues “los pueblos avisan”

Entre las causas, incluye “la aplicación de modelos de exclusión política, económica, social y cultural y las profundas brechas de desigualdad social, entre otros puntos

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El dirigente político Elías Jaua considera que las manifestaciones sociales ocurridas en Ecuador y Chile, no son una reacción “sorpresiva”. Para él son hechos “absolutamente previsibles bajo el principio de tales acciones, tales consecuencias, “y además los pueblos avisan”.

“A propósito de los recientes estallidos sociales en Ecuador y Chile, en el primer caso contra el intento de imponer un paquete neoliberal y en el segundo como consecuencia de la exclusión estructural que ha causado la aplicación sistemática y continuada de esas políticas neoliberales a lo largo de cuatro décadas, las élites dominantes, los medios y hasta muchos académicos se preguntan: ‘¿Cómo ocurrió?, si el día anterior nada indicaba que una explosión popular pudiera suceder’. ‘¿Cómo es que no nos dimos cuenta?’, se excusan los dirigentes políticos”. (…) Al respecto, considero que las rebeliones sociales no son sorpresivas, son absolutamente previsibles bajo el principio de tales acciones, tales consecuencias, y además los pueblos avisan.

A juicio del dirigente “la aplicación de modelos de exclusión política, económica, social y cultural,; las profundas brechas de desigualdad social, la impudicia en el ejercicio del poder y en el disfrute de las riquezas, la mayoría mal habidas, por parte de las élites políticas y empresariales, el control social a través de la alienación, el clientelismo y la represión policial y la impunidad de los que tienen poder son los ingredientes principales para un hervidero social. El que siembra vientos, cosecha tempestades, reza el dicho de los pueblos sabios y libres”.

Jaua reitera: “Los pueblos van avisando, mandan señales que arriba nadie oye, ni ve, o simplemente ignoran”, y manifiesta que algunos de esos avisos enviado a las cúpulas dirigentes son: “La abstención electoral creciente en los procesos de consulta popular para la elección de las autoridades, lo que expresa que el grueso de la población ha dejado de legitimar el sistema político. No se siente expresado, ni representando por nadie y la desafiliación de las organizaciones públicas, políticas y sociales. Partidos, gremios, sindicatos, organizaciones sociales, de cualquier signo ideológico, se van vaciando de pueblo, hasta quedar convertidas en cascarones vacíos u ocupadas por un pequeño grupo de ‘irreductibles’ que asumen, equivocadamente, que representan a la mayoría”.

Otra de las señales enumeradas por Jaua es la aparente pasividad de los pueblos: “La gente deja de protestar, de demandar ante las autoridades no porque estén felices, sino porque saben que no obtendrán de estas ninguna respuesta o solución. El calvario va por dentro”.

También añade la “anomia social expresada a través de la resolución ilegal de los problemas; recurrentes episodios de violencia social, pequeños, en distintas partes, en tiempos diferentes; incremento de la criminalidad, pérdida de mediación de las dirigencias políticas y sociales y la relación Estado-sociedad queda reducida a una interlocución represiva con la policía”.

Igualmente, coloca en la lista de signos premonitorios los comentarios populares en las calles, reuniones familiares, actividades recreativas y deportivas, entre otras: “Más temprano que tarde, aquí va a pasar algo, la gente se va a cansar”. El pueblo, siempre sabe lo que va hacer y lo anuncia.

“Como bien decía el presidente mártir Salvador Allende en su última alocución aquel fatídico 11 de septiembre de 1973 en Chile: ‘Los procesos sociales no se detienen…’. La rebelión de los pueblos contra la exclusión y en la búsqueda de un modelo donde puedan vivir bien, con justicia, con igualdad con dignidad podrá ser dilatada, contenida, pero al final si no hay rectificaciones profundas y sinceras en el plano ético, político, económico, social y cultural, estos se van a manifestar ejerciendo el supremo derecho humano a la rebelión”, expresa el dirigente del PSUV.

Por último sugiere recordar al general Ezequiel Zamora, quien decía: “Hay que escuchar al pueblo, siempre escuchar al pueblo”. También invita a no olvidar la alocución del comandante Chávez del 8 de diciembre de 2012: “Escuchando al pueblo, siempre escuchando al pueblo”. “Escuchemos siempre, rectifiquemos a tiempo y avancemos con nuestro pueblo en la recuperación y consolidación de un modo de vida humanamente gratificante”, indica Jaua.

T/ Elías Jaua-Redacción CO
F/ Redacción CO
Caracas
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