La semana pasada se instaló el Estado Mayor de la Cultura (EMC), una iniciativa de Freddy Ñáñez, el ministro del sector, con la intención de contar con un espacio de voces del pueblo creador para “para afinar el proyecto cultural de la Revolución Bolivariana”.
Entre las figuras que asistieron a la instalación del EMC estuvo Laura Antillano, una polifacética escritora venezolana que también se ha destacado como titiritera, docente universitaria, columnista en diarios de circulación nacional, guionista de cine, radio y televisión.El año pasado se alzó con el Premio Nacional de Cultura mención Literatura. A propósito de su partición en el EMC, la autora respondió unas preguntas vía correo electrónico.
–En la situación actual de Venezuela ¿cómo pueden contribuir las creadoras, los creadores, las cultoras y los cultores?
–En la situación actual todos tenemos el deber de contribuir a defender al país y su población de las condiciones económicas y hasta climáticas adversas, que aminoran las posibilidades de contar con recursos suficientes para dotarnos de los ingresos medios para el sostenimiento y en términos desiguales. Se requiere del esfuerzo colectivo para salir de una crisis, que por otra parte, es mundial en muchos aspectos.
–En su opinión. ¿Qué rol debe tener el EMC?
–Es una iniciativa del ministro Freddy Ñáñez, poeta reconocido, excelente promotor y productor cultural, quien ha considerado necesario llamar a escritores y artistas a participar en las decisiones y planeamiento de las estrategias del Ministerio de Cultura, con el propósito de escuchar sus puntos de vista y que ejerzamos con ello una contribución concreta como artistas e intelectuales, en la búsqueda de soluciones a los problemas generales que nos aquejan como país.
–¿Considera necesaria esta organización? ¿Por qué?
–Por razones obvias. Un Ministerio de Cultura debe abrir un espacio colectivo de opinión para quienes ejercen el oficio y la vida en ese hacer.
–¿Qué propuesta concreta desea plantear o planteará ante el EMC?
–Pienso que la literatura y el cine son lenguajes abridores de caminos a los que me acerco, se pueden convertir en herramientas para el decir de muchos, ampliar el alcance de su difusión como modos de expresión.
–¿Cree que la organización está equilibrada y garantiza la pluralidad de voces del sector cultural o artístico?
–Hemos participado en una primera reunión y hay gente brillante de muy diversas áreas del hacer cultural, lo que señala un equipo multidisciplinario de “cuartos bates”, por decirlo en términos deportivos. Estuvieron Zhandra Rodríguez, Fruto Vivas, Luis Britto García, Lilian Blaser, entre otros, me imagino que se irá ampliando aún más el espectro, y bienvenidos sean.
–¿En Venezuela es posible el diálogo intercultural y artístico?
–Sí lo es, se ha llevado a cabo en algunos territorios y hoy más que nunca es importante para el país. En todo caso el espacio, la invitación a buscar territorios de acuerdos existe. En Valencia, por ejemplo, tenemos 10 años llevando a cabo un evento: el encuentro con la literatura y el audiovisual para niños y jóvenes, donde en la promoción al cine y la lectura se ha convocado siempre a gente de todos los sectores y hemos logrado su participación. Muchas áreas lo requieren.
–¿Qué hace falta para apalancar la economía cultural?
–Apalancar toda la economía del país.
–¿Cuáles son las disciplinas o sectores de la cultura que más tienen potencial para salir de la crisis económica?
–La cultura en su concepción antropológica abarca todo lo creado por la humanidad, hablar de sectores con más potencial es, pues, relativo. Las situaciones de crisis con frecuencia aumentan o despiertan con mayor vigor el poder creativo de la gente, lo que genera soluciones novedosas, nacen propuestas alternativas.
“El concepto de (Néstor García) Canclini de las culturas híbridas sigue teniendo vigencia, tenemos una gran comunidad con constante interacción de lo local con redes nacionales y transnacionales de comunicación, bombardeo por todas partes de informaciones cruzadas. Sin embargo ello recuerda, lo que Judith Valencia citó en nuestra reunión, Chávez decía: “Éramos un reguero de gente y ahora tenemos pueblo”. ¿Qué es lo que puede señalar la coherencia del país? Objetivos comunes. Vale tomar medidas que indiquen acabar con la impunidad de los corruptos y también con quienes ejercen la violencia directa y pretenden salir ilesos. Es absolutamente necesario establecer la valoración de nuevos referentes que contribuyan a la solución del problema ético-moral”,puntualizó Antillano.