Sintetizó en su columna|Laura Antillano: Se fue el amigo de nuestras mayorías

«Puso a defender sus derechos a quienes eran invisibles para gobiernos anteriores (…) fue y seguirá siendo el amigo de nuestras mayorías«, así sintetiza la escritora venezolana Laura Antillano el legado que sembró el presidente Hugo Chávez en los millones de venezolanos que lo despiden no sólo de viva voz y cuerpo en la capilla ardiente apostada en la Academia Militar, también con el dolor callado y adiós mudo, en cada casa, oficina, plaza de Caracas y del interior del país.

En su columna, publicada este domingo en el diario Últimas Noticias, Antillano destaca que los valores y principios por los cuales prácticamente se inmoló el líder de la Revolución Bolivariana –garantizar el derecho de todos al buen vivir, a la satisfacción de las necesidades, a la recreación, a la liberación– siguen vivos en la conciencia de un pueblo que sabe lo que ha significado la dignificación de la Patria Grande.

Se siente aquello en las calles, en la fila infinita que se mantiene tras cinco días en el Paseo Los Próceres –no importa cuan inclemente sea el sol– al ritmo de la consigna, gritada en perfecta sincronía por viejos, jóvenes, mujeres, hombres, niños, personas con discapacidad: «¡Yo soy Chávez!».

Y es que la desaparición física de Hugo Chávez y las demostraciones infinitas del dolor de quienes resienten su ausencia han puesto de manifiesto que aquel hombre de Sabaneta, Barinas, fue «el creador de presente y visionario de futuro, el representante del pueblo unido, el conmovido y conmovedor, el capaz de producir cambios (…) el estimulador de la vida y la alegría para las mayorías que antes fueron siempre olvidadas».

«Unidad, unidad, unidad» es otro grito que recorre no sólo las afueras de la Academia, también las estaciones del Metro. Consigna encarnada también para recordarle a los mandatarios internacionales que participaron en el funeral de Estado que la lucha por uno de los principales móviles de Hugo Chávez –heredero del pensamiento bolivariano– sigue activa, sigue hecha cuerpo en ellos: la construcción de vínculos estables, acuerdos sólidos entre las naciones de la América Nuestra.

Dice la escritora marabina: «A él le debemos el acercamiento definitivo con Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Cuba, Nicaragua y todas las demás donde hoy se llora su desaparición física».

Con más de una veintena de libros publicados y galardonada con el Premio Ministerio de la Cultura en 2010 por el libro Leer a la orilla del cielo. Antología de cuentos venezolanos para niños, editado por la Fundación Editorial El Perro y La Rana, Laura Antillano se despide del «maestro en muchos campos, el buen amado».

Fuente/AVN
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